GLOBALIZACIÓN,
CAMBIO TECNOLÓGICO Y SISTEMA EDUCATIVO
Por Javier
Brown César
La
tecnología es la respuesta; ¿cuál era la pregunta?
INTRODUCCIÓN
En este fin de
milenio estamos siendo testigos de una revolución global y tecnológica cuyos
únicos paralelos son quizá la invención de la imprenta y la creación de la
escritura. La dinámica del cambio tecnológico y social acelerado implica retos
y oportunidades inusuales, que si no son aprovechadas con oportunidad, pueden
llevar a una ampliación significativa de las diferencias existentes entre
naciones pobres y ricas, y entre grupos marginados y privilegiados. Los
factores principales del cambio cultural, económico y político que vivimos en
este fin de milenio son:
1. La
globalización de las comunicaciones, las finanzas y los mercados, lo que lleva
a una especie de planetarización de procesos que antes se daban principalmente
a nivel regional. Además, este proceso implica la transformación “de economías
cerradas a economías competitivas más abiertas y de estructuras dominadas por
el Estado a estructuras de mercado”[1].
2. El proceso
acelerado de cambio tecnológico cuya dinámica implica la sustitución de
tecnologías en el corto plazo.
3. Los procesos
de democratización que se viven en los países de América Latina. Estos procesos
tienen en su fundamento el concepto de Estado de derecho explicitado como aquél
donde la letra de la ley es observada por todos. Junto con este proceso de
transición, se ha puesto un mayor énfasis en el fortalecimiento de la esfera de
la sociedad civil y en el fortalecimiento del sector privado de la
economía.
4. El énfasis
en las localidades, como resultado de una nueva dinámica centro/periferia,
donde el municipio comienza a ser tema central del debate político y un espacio
de poder cuya “valoración real” se está dando en estos momentos.
5. La
“producción” de una nueva cultura laboral, con base en nuevos códigos y
valores. Parte de esta cultura es la posibilidad de realizar el trabajo de
oficina desde la propia casa, haciendo uso de un módem para enviar resultados.
Estos cambios
globales, que conforman el signo de los tiempos actuales, tienen particular
relevancia para el sistema educativo nacional y parecen preludiar una auténtica
revolución tecnológica. El problema central que se esboza en este trabajo es el
del impacto de la tecnología educativa en la forma como se da el proceso
enseñanza-aprendizaje y los retos de calidad que se plantean a raíz de la
inserción de nuevas complejidades.
La tecnología
educativa es uno de los conceptos más difíciles de definir, debido a su
amplitud, ya que bajo el rubro de tecnología de la educación se pueden
comprender tanto materiales impresos, como casetes, programas de radio y
televisión, instrucción asistida por computadora o
capacitación basada en computadoras, redes e inclusive instrumentos en apariencia
tan rudimentarios, si se les compara con los actuales adelantos tecnológicos,
como el pizarrón y la tiza[2]. El momento actual
presenta un atractivo muy especial, ya que la revolución de los microprocesadores
cataliza cambios constantes y provoca nuevas adaptaciones, nuevas formas de hacer las cosas y plantea
retos inéditos.
GLOBALIZACIÓN Y
SISTEMA EDUCATIVO
Como resultado
del inevitable fenómeno de la globalización, ciertas redefiniciones se están
introduciendo en la concepción de la educación:
1. En la
dinámica parcialidad/integralidad, generalización/especialización, la educación
se orienta preponderantemente al polo de las estructuras integrales y a la
construcción de marcos de referencia amplios a partir de los cuales se da la
diferenciación y la especialización. Parte de esta transformación es el énfasis
que se da al trabajo interdisciplinario y a la teoría de las transdisciplinas,
entre las cuales se contemplan: la teoría general de sistemas, la teoría de la
evolución y la teoría de la comunicación.
2. Los tiempos
didácticos pasan por un momento de redefinición, en el sentido de que la
educación se enfrenta al reto de constituirse en un aprendizaje continuo antes,
durante y después de la escolarización. Este cambio implica también un énfasis
en relaciones asincrónicas, sobre las relaciones sincrónicas, en el sentido de
que los eventos pueden ser recreados después de que han acontecido, de que las
personas no necesitan comunicarse necesariamente de forma actual, sino también
virtual, lo que lleva aparejado el énfasis en el aprendizaje individual sobre
el grupal y al aprendizaje basado en el alumno[3].
3. Algunos de
estos cambios permiten una nueva disposición del tiempo y un espacio propicio para
el aprendizaje reflexivo, la expresión creativa y la formación de comunidades
de aprendizaje por medio del trabajo compartido, el diálogo y la interacción[4].
TECNOLOGÍA Y
SISTEMA EDUCATIVO
Al interior del
sistema educativo el uso intensivo y extensivo de la tecnología no solamente se
ofrece como una vía que genera altas expectativas en sus posibles resultados
futuros, sino también plantea nuevas dificultades, derivadas de la emergencia
de nuevas complejidades. El vector favorecido en la actualidad en el uso de la
tecnología es una especie de pantecnologismo, bajo el cual se afirma que la
tecnología representa la solución primera y última a todos los problemas, ya
que ciertamente agiliza procesos y trámites, permite la realización de
comunicaciones de forma asincrónica, sustituye materiales obsoletos, etc. Pero,
el aspecto de los retos e inclusive de las amenazas que plantea la introducción
y el uso de la tecnología se deja de lado en ocasiones, con el optimismo que
caracteriza la fe absoluta en los sistemas tecnológicos.
Ante todo es
importante tener consciencia de los cambios culturales que la tecnología
promueve, para considerar posteriormente los retos que plantea. Varios vectores
de cambio son ubicables con toda claridad:
1. Con la
introducción de tecnología la realización de actividades rutinarias se deja a
cargo de máquinas, que permiten una liberación de las personas de ciertas
actividades repetitivas, mecánicas y en muchas ocasiones tediosas. Como
resultado, el énfasis se está dando ahora en facultades cognoscitivas de índole
superior.
2. Como resultado de la introducción de robots en muchas actividades, se
ha dado un cambio significativo en el mundo laboral: si los robots realizan
labores físicas que tradicionalmente han correspondido a los seres humanos, lo
que queda para los seres humanos son actividades que las computadoras no
realizan bien: como son los trabajos que requieren creatividad, originalidad e
inventiva; valoraciones, planteamiento y análisis crítico de problemas,
asignación de prioridades; búsqueda de información pertinente y relevante;
creación de soluciones originales e innovadoras; aplicación de estas soluciones
y detección de fallas en proyectos piloto innovadores[5].
3. Como resultado de la priorización en las facultades cognoscitivas de
índole superior, se da un cambio significativo en la temporalización del
conocimiento. Ahora existe un mayor énfasis en aquellos conocimientos que se
pueden denominar de vida media larga, los cuales son principalmente de carácter
teórico o referidos a oficios complejos, mientras que los conocimientos de vida
media corta, o sea, los conocimientos respecto a procesos, aspectos técnicos y
profesionales específicos, se consideran ya menos relevantes.[6]
4. Como
resultado de la incorporación de los recursos tecnológicos a diferentes
entornos y ambientes, el dominio de la tecnología ha llegado a ser considerado
en la actualidad como una capacidad indispensable para tener éxito en la vida.
TRADICIÓN/NOVEDAD
Lo nuevo es por
lo general factor de incertidumbre, sobre todo cuando cataliza el cambio en el
muy corto plazo. La introducción de un nuevo plan de estudios o de una nueva
herramienta o recurso didáctico tiene que vencer varios tipos de resistencias
para afianzarse y probar sus beneficios y la medida en que puede ser exitosa.
Por tradición, se llega a considerar que existe una mejor manera de hacer las
cosas y si este uso se ha arraigado por mucho tiempo, entonces se le da el
estatuto de procedimiento, “receta” o programa inmodificable. En un primer momento,
la introducción de tecnología puede aparecer como un factor externo al sistema
educativo que o bien puede ser visto como una amenaza a intereses personales o
de grupo e inclusive como factor de riesgo político, o bien puede ser
considerada como una oportunidad para la solución de problemas urgentes.
De manera
similar a como funcionan los mercados de bienes económicos, la introducción
súbita de la tecnología en el medio educativo puede causar un impacto
importante en el corto plazo. Este impacto puede definirse inicialmente (y
siguiendo la analogía con la economía) como inflación[7], o sea, como una
(sobre)abundancia de posibilidades, como una generación de expectativas muy
altas e inclusive como una sobrevaloración de las posibilidades. Este impacto
inflacionario inicial que representa la innovación tecnológica pierde mucha de
su fuerza y dinamismo en el mediano plazo, pudiéndose inclusive provocar un
fenómeno deflacionario que lleva a la subvaluación de la tecnología y que tiene
como referente los fracasos que se dan cuando no se siguen ciertos criterios y
orientaciones. No obstante, la valoración que se da en el largo plazo puede
hacer que las “aguas tomen su curso” llevándose a una visión realista de los
alcances y limitaciones del impacto tecnológico en el ámbito educativo.
Las barreras o
resistencias que se presentan con la introducción de nuevas tecnologías en el
ámbito educativo son principalmente las siguientes:
1. Barreras
institucionales. La introducción de tecnología de punta se dificulta en aquellas
instituciones que están acostumbradas a rutinas, y que han adoptado
procedimientos y formas de organización rígidas.
2. La barreras
programáticas. El elemento de novedad que aporta el uso de la tecnología de la
educación implica la revisión y modificación de los programas de estudios e
inclusive de la jornada escolar[8].
3. La
resistencia de las organizaciones sindicales. El sindicato magisterial puede
presentar serias objeciones a la innovación, sobre todo si no hay una
percepción clara del beneficio productivo que la introducción de tecnología
puede acarrear, sobre todo en el corto plazo.
4. Barreras en
las telecomunicaciones. Las empresas estatales de telecomunicaciones pueden
desconocer los tratados y acuerdos internacionales, aún inclusive los suscritos
por el propio país.
5. La barrera
del disenso (la falta de consenso). Toda incorporación de tecnologías
relativamente poco conocidas, como puede ser el caso de redes de cómputo, se
encuentra ante el temor, la resistencia y la incertidumbre ante lo nuevo. La
estrategia más usual para contrarrestar estos efectos es mediante campañas
amplias de difusión e información.
6. La
resistencia a la tecnología. El rechazo de la tecnología se potencia si el
posible usuario no encuentra un uso productivo en el corto plazo, en este
sentido se puede recurrir a usos triviales de la tecnología efectuados en el
marco de los recursos disponibles a nivel regional. La tecnología suele
rechazarse si no existen capacidades de exploración y juego, pero también si no
se le encuentra un uso productivo concreto. La visión constructivista que tiene
como consecuencia el que “El aprendizaje es mayor cuando los alumnos participan
en la construcción de un producto significativo...”[9] lleva aneja la perspectiva
de que la computadora se usa para impulsar al alumno a indagar.
7. El rechazo
del magisterio. Si bien se puede superar la resistencia inicial a la
introducción de tecnología con un programa deliberado de orientación y
formación profesional para que maestros y administradores aprendan a usar la
tecnología y a integrarla en su currículo, es también importante realizar un
esfuerzo serio y bien meditado para enseñar a los maestros a usar las
computadoras con un enfoque productivo, que les permita vincular un beneficio
directo a la inversión de tiempo realizada. Además el apoyo pedagógico y
tecnológico debe ser duradero y constante, tomando en cuenta el tiempo que se
necesita para asimilar los cambios en los métodos de enseñanza.
8. Barreras
legales. En muchas ocasiones la sobrerreglamentación de ciertas actividades
desincentiva la introducción de novedades, por lo que en muchas ocasiones los
sectores menos reglamentados funcionan como catalizadores del cambio. La
desregulación se considera como una parte importante del cambio de un Estado de
bienestar a un Estado facilitador.
9. Barreras
comerciales. Las cuales se refieren a las limitaciones en la importación de
tecnología de vanguardia debida a aranceles altos.
10. Barreras
culturales. Fundamentalmente se vinculan con puntos de vista altamente
estereotipados o prejuiciados respecto a la introducción de tecnologías como la
educación a distancia, la introducción de redes y otros sistemas, sobre todo
entre todos aquellos que no conocen las nuevas tecnologías. La estrategia común
para hacer frente a estas barreras es mediante campañas de formación e
información.
11.
Resistencias por falta de incentivos. En este caso, pueden faltar incentivos
para que las escuelas introduzcan tecnologías que aumenten su eficiencia. En
esta dirección, se pueden promover incentivos o exenciones fiscales, como parte
de las políticas de ingreso y gasto público.
RETOS
Los retos que
para México plantea el fenómeno mundial de la globalización, el uso intensivo y
extensivo de tecnología y el cambio en la cultura laboral son enormes: el reto
fundamental es que, de cara al nuevo
milenio, se necesita otra cultura de la educación. Dos escenarios futuros se
pueden perfilar:
1. La
tecnología puede llevar, a través de un complejo de selecciones, adaptaciones e
interacciones al interior de los nuevos programas de formación y capacitación,
a una economía basada en el conocimiento y en su democratización.
2. La
tecnología afecta las interacciones entre grupos marginados y favorecidos,
aumentando la brecha entre privilegiados y desposeídos, lo que lleva a una
carencia ingente de recursos humanos calificados[10].
El segundo
escenario es digno de tomarse en cuenta, sobre todo si se considera que el
crecimiento económico es visto como una oportunidad de progreso para todos, pero
la generación de más riqueza no necesariamente implica una derrama de ganancias
a los sectores desfavorecidos y sí en cambio puede lleva a la ampliación de la
brecha entre ricos y pobres. Ante esto, nos enfrentamos a un reto de equidad,
de igualdad de acceso a oportunidades y de justicia social. Este reto se
refiere no sólo a la equidad educativa, a los sistemas compensatorios y a las
campañas de alfabetización, sino también a la garantía de una educación de
calidad accesible a toda la población; ciertamente este es un ideal, pero su
búsqueda permite tener un sentido claro de la orientación de los programas
educativos.
Entre los retos
significativos que se enfrentarán en el próximo milenio encontramos:
1. Educar para
la economía del futuro. Esto implica el ofrecer a la población la educación
permanente que exigirán las economías del próximo siglo, las cuales harán uso
intensivo de los conocimientos y la informática.
2.
Reconceptualización de la educación. Es importante considerar que el paradigma
de la educación basado en la producción en masa de ciudadanos con conocimientos
prefabricados y títulos que los habilitan para una larga carrera profesional,
está cediendo su lugar a un paradigma en el que el modelo pedagógico debe dotar
a los ciudadanos de aptitudes para aprender durante toda la vida, en un entorno
social en el cual las tecnologías de la comunicación y de la información serán
pilares de la infraestructura[11].
2. Reto de la
equidad. La cuestión de la equidad y la igualdad de oportunidades se plantea
con urgencia para los países donde prevalece la distribución inequitativa de la
riqueza. El mecanismo compensatorio que se orienta a romper “la transmisión
generacional de la pobreza” consiste en proporcionar a todos los ciudadanos
elementos básicos para que puedan educarse, rompiendo las barreras de la
pobreza y el aislamiento, promoviendo el acceso adecuado a la tecnología para
todos los alumnos.
3. Reto de
capacitación. Es importante desarrollar un programa deliberado de orientación y
formación profesional para que maestros y administradores aprendan a usar la
tecnología y a integrarla en su currículo, así mismo, se puede preparar a los
maestros para que den a los alumnos ejercicios prácticos interesantes para
aprovechar las nuevas herramientas productivas[12].
4. Reto
programático. La generación de un nuevo concepto de educación implica un nuevo
sentido de orientación, el establecimiento de metas claras y estrategias
adecuadas para alcanzarlas, el seguimiento permanente y la evaluación de los
resultados. A su vez, deben llevarse a cabo reformas integrales bien meditadas,
y una operación del diseño intencional consecuente aunada a la evaluación y al
control sistemáticos. Lo difícil de las reformas en educación no es planearlas,
sino llevarlas a cabo[13].
5. El reto de
infraestructura en telecomunicaciones. Este es un reto doble: por un lado
implica la incorporación sistemática del uso de los medios de comunicación y la
informática, y por el otro, la necesidad de crear una infraestructura amplia de
telecomunicaciones que sea la base para la introducción de las nuevas
tecnologías, a partir de la aceleración de inversiones en infraestructura de la
informática[14].
10. El reto de
la incentivación y la motivación. Con este reto no sólo nos referimos a la
necesidad de trabajar con maestros y alumnos motivados, sino también a la
necesidad de generar un clima empresarial positivo y orientaciones normativas
claras para fomentar el desarrollo de redes de comunicaciones generalizadas y
eficientes con el propósito de facilitar el acceso a sistemas de información
asequibles.
11. El reto de
la formación. El trabajo con nuevas tecnologías lleva a una reconceptualización
de procesos cognoscitivos, en el sentido de que el conocimiento debe entenderse
como algo complejo, dinámico y sensible al contexto, además de facilitar que
los educandos construyan activamente el conocimiento al formular ideas mediante
representaciones y enfoques complejos[15]. Además, el enseñar a los
alumnos a usar las computadoras como herramienta productiva es una manera
segura de introducir computadoras en las escuelas, la cual puede conjuntarse
con estrategias como: permitir que los alumnos jueguen libremente con las
computadoras y ponerlas a su disposición varias horas fuera del horario de
clases[16].
12. El reto
informático. Debido a que no es conveniente instalar computadoras en las
escuelas sin un mínimo de software es necesaria una estrategia de desarrollo de
software orientado por regiones, por niveles o por grupos sociales[17].
ACCIÓN CONJUNTA
Para hacer frente
a las barreras y asumir los retos bosquejados con anterioridad, se requiere no
sólo de un amplio consenso entre los diversos actores que intervienen en el
proceso educativo, sino de una acción concertada que permita lograr un efecto
sinérgico que potencie las capacidades de todos los sectores productivos y del
gobierno. Esta acción conjunta requiere de varios presupuestos y realizaciones:
1. Para lograr
una acción conjunta se requiere de un necesario cambio en el papel del Estado y
en el del sector privado. Este cambio no implica una reducción del Estado a su
mínima expresión, sino la gestión conjunta del cambio necesario que se debe dar
en el sistema educativo, gestión en la que el Estado tiene un papel principal[18].
2. Para usar la
tecnología con éxito se requiere de la participación comprometida, activa e
interesada de los docentes y sobre todo del convencimiento de los directivos.
3. La acción conjunta debe darse en los siguientes aspectos: la
planificación sistemática, la ejecución controlada y la evaluación continua de
los procesos[19].
4. La acción conjunta debe tender a reinventar o reconfigurar
completamente el sector estratégico de la educación. En este sentido, muchos de
los desafíos que se pueden enfrentar no son tanto de índole técnicos como de
índole institucional o política[20].
5. Se requiere una reforma de la política de telecomunicaciones para
reducir el costo de la transmisión de conocimientos.
6. Es necesaria
la conformación de liderazgos fuertes al interior de los equipos
administrativos, los cuales deberán tener la sensibilidad suficiente para
asimilar los cambios en distintos sectores de la sociedad y para la adaptación
de las actividades de la Secretaría de Educación Pública al ritmo de cambio que
se espera de los docentes.[21]
7. Se requiere
una política educativa estable, con apoyos constantes, con mensajes coherentes,
con continuidad en sus principales lineamientos y con equipos estables de
personas en cargos directivos[22].
8. Se debe
destinar un presupuesto amplio destinado al sector, ya que las computadoras
requieren de una fuerte inversión[23].
9. Se debe
incorporar una participación amplia de expertos de toda la gama política, con
el fin de lograr un programa generado a partir de un consenso amplio.
10. Es
necesario mantener una política de vinculación estrecha con los docentes,
además de aumentar considerablemente su sueldo y mejorar su entorno laboral.
Adicionalmente, la capacitación puede, e incluso debe considerarse, como parte
de la jornada de trabajo de los docentes[24].
11. Se debe dar
prioridad a la incorporación de la informática en todos los niveles de la
administración..
12. Se requiere
invertir en una buena infraestructura nacional de comunicaciones y en la
formación de expertos en ingeniería de sistemas y educación.
13. Se requieren
establecer metas nacionales no sólo para la educación, sino también para el
cableado y la conectividad. La pregunta pertinente es en este caso: ¿Conectarse
para qué y con quién?[25]
14. El gobierno
debe adoptar directrices que garanticen el acceso al uso de las tecnologías y
su uso competente. A la vez, debe dar seguimiento a la aplicación de las
políticas y planes y evaluar los resultados obtenidos.
15. Por último,
es necesario ampliar la cobertura de las redes, manteniendo un buen nivel en el
apoyo a maestros, trazando estrategias para aprovechar Internet y su potencial
para la comunicación y la información por multimedios, y fomentando la
participación activa del sector privado en el mantenimiento de laboratorios de
informática[26].
APLICACIÓN
SELECTIVA
La acción
conjunta es sólo una parte del proceso de cambio, ya que la introducción de
toda nueva tecnología resulta de un proceso complejo donde intervienen (o por
lo menos deben intervenir) múltiples selecciones. Entre los principales
aspectos a considerar dentro de una aplicación selectiva de la tecnología se
encuentran:
1. La selección
y el uso de la tecnología debe darse en función de las características
específicas de localidades y regiones: no parece haber una tecnología que tenga
éxito unánime en diferentes entornos. Por ello: a diferentes entornos,
diferentes recursos y usos de la tecnología. Además para el medio rural puede
presentarse información de auténtica utilidad para la vida cotidiana de la
población, especialmente en temas relacionados con la agricultura, la salud y
la familia[27].
2. El uso de la
tecnología necesariamente pasa por un proceso de revisión a fondo de programas
educativos. La selección de medios, formas, herramientas y/o instrumentos se da
en función de un programa, el cual idealmente refleja las valoraciones sociales
respecto a lo educativo.
3. La calidad en la aplicación de la tecnología en el ámbito educativo
debe partir del presupuesto de la realización de varias selecciones, basadas en
diferentes parámetros: entre ellos se encuentran el costo, la eficacia en
función del costo, la evaluación respecto a qué tan amigable resulta la interfase
y la identificación de sus alcances y limitaciones, estudios de factibilidad y
de costo/beneficio, la valoración de interconectividad, la capacidad de
conversión de formatos y de interacción con Internet, el diseño estructural,
etc.
5. La
selectividad también implica tomar seriamente en cuenta los problemas nuevos
que acarrea la introducción de la tecnología en gran escala, tendiendo a una
“introducción sensata” de la tecnología en el ámbito educativo. Esta
“introducción sensata” puede darse bajo parámetros de calidad, relevancia y
pertinencia.
6. Seleccionar
experiencias e iniciativas que incorporen los métodos emanados de la
investigación y el desarrollo en el campo de la educación que han dado buenos
resultados.
OPORTUNIDADES
Si bien la tecnología no es una actividad educativa en sí misma, sí es un instrumento o un medio para alcanzar un
fin: si las computadoras no son una panacea si pueden ser un catalizador[28]. En la coyuntura actual,
México puede aprovechar las nuevas tecnologías educativas para dar un salto en
el lento ritmo de desarrollo impuesto por los modelos tradicionales de
enseñanza, con este fin, la reorientación del currículo y del entorno de
aprendizaje son necesarios para aprovechar al máximo las posibilidades que
ofrece la tecnología de la informática.
A pesar de que puede darse un período inicial de auge, generación de
amplias expectativas y esperanzas, es importante considerar que por ahora, el
uso de la computadora en el aula tiene un potencial mucho menor para México que
las tecnologías que se usan en la educación a distancia, como la televisión[29], la
radio, la correspondencia y la Internet, las cuales permiten responder a
necesidades regionales específicas compensando las deficiencias de la
disponibilidad de maestros o inclusive su completa ausencia en regiones muy
pobres[30].
El uso de la educación a distancia está provocando un cambio en la
educación superior, sobre todo porque esta forma de educación presenta ahora
mayores ahorros que antes. Inclusive, algunos analistas afirman que en un
futuro próximo habrá más personas estudiando en a distancia que en las
universidades tradicionales, sobre todo en el ámbito de la formación técnica y
profesional[31]. El mayor éxito
de la educación a distancia consiste fundamentalmente en la extensión de la
enseñanza a sectores subatendidos, este éxito se debe también a que la
tecnología reemplaza de forma total o parcial al maestro y la clase
tradicionales, generalmente reduciendo el costo. Ante todo, es importante
valorar las experiencias positivas que se han dado en México en el rubro de la
educación a distancia y poner énfasis en este recurso como mecanismo
compensatorio.
Por último, las redes y los medios de conocimiento se ofrecen como
atractivas posibilidades en el ámbito educativo. Por un lado, las redes
permiten conversar con interlocutores distantes en una forma relativamente
natural, especialmente a medida que se van introduciendo las videoconferencias
por multimedios en lo que antes era comunicación electrónica por medio de
texto. Por otro lado, los medios de conocimiento (los cuales resultan de una
combinación de tecnologías de la informática y la comunicación) procuran
captar, almacenar, impartir, compartir, acceder, crear, combinar y sintetizar
conocimientos, representando así otro sector de oportunidad en el ámbito
educativo.
En definitiva,
el uso sensato de la tecnología es un proceso complejo que introduce
instrumentos, herramientas y procesos que configuran un cambio radical en la
concepción de la educación. En la medida en que podamos incorporar estas
tecnologías mediante programas bien meditados, con parámetros de calidad y
productividad claros, con metas precisas y con evaluaciones constantes, seremos
capaces de no sólo motivar una mejora cuantitativa en el sistema educativo
nacional, sino también de lograr que ésta se oriente a una educación de
calidad, o como se dice de manera reiterada actualmente: a una educación de
excelencia.
[1] W. Bowman Cutter. ”La opinión del sector privado: necesidades y
oportunidades”. En La educación en la era
de la informática: qué da resultado y qué no. Compilado por Claudio de
Moura Castro. Nueva, York, Banco Interamericano de Desarrollo, 1998. p. 85
[2]
Cfr. Jeffrey M. Puryear. “Aspectos económicos de la tecnología de la educación”
En La educación en la era de la
informática. p. 43-44.
[3] Cfr. John Daniel y Anne Stevens. “Ejemplos de buenos resultados: el uso de la tecnología de la
educación fuera de la escuela”. en La
educación en la era de la informática. p. 174.
[4]
Cfr. Wadi D. Haddad. “Educación para todos en la era de la globalización: el
papel de la tecnología de la informática”. En La educación en la era de la informática. p. 23.
[5]
Cfr. Alexander J. Romiszowski. “Nuevas tecnologías para la formación de
recursos humanos: ¿qué da resultado? ¿Qué tiene sentido?” En La educación en la era de la informática.
p. 67
[6]
Cfr. Peter T. Knight. “La vida media del conocimiento y la reforma estructural del
sector educación”. En La educación en la
era de la informática. p. 55 ss.
[7]
Cfr. Niklas Luhmann y Raffaele de Georgi. Teoría
de la sociedad. México, U de G, UIA, ITESO, 1993. p. 179 ss.
[8]
En este sentido, Steve Jobbs afirma que “Para tener éxito con la introducción
de computadoras, no se pueden dejar intactos los programas de estudios y la
jornada escolar”. “Enseñanzas de Apple Computer: los niños no puede esperar”.
En La educación en la era de la
informática. p. 94.
[9]
Cfr. Laurence Wolff. “Costa Rica: las computadoras en la enseñanza secundaria”.
En La educación en la era de la
informática. p. 134.
[10]
Cfr. Linda M. Harasim. “La Internet y las intranets para la formación teórica y
práctica: marco de acción para América Latina y el Caribe” en La educación en la era de la informática.
p. 194.
[11]
Cfr. W. J. Pelgrum. “Hacia una nueva cultura de la educación. Posibilidades y
desafíos para una reforma del aprendizaje en Europa”. En La educación en la era de la informática. p. 121.
[12]
Claudio de Moura Castro. “Las computadoras en las escuelas: cómo evitar los
errores del pasado”. En La educación en
la era de la informática. p. 108.
[13]
Cfr. Clifford Block. “Los medios masivos de comunicación al servicio de la
educación en América Latina”. En La
educación en la era de la informática. p. 147.
[14]
Cfr. Wadi D. Haddad. “Educación para todos en la era de la globalización: el
papel de la tecnología de la informática”. En La educación en la era de la informática. p. 28.
[15]
Cfr. Linda M. Harasim. “La Internet y las intranets para la formación teórica y
práctica: marco de acción para América Latina y el Caribe”. En La educación en la era de la informática.
p. 198.
[16]
Cfr. Claudio de Moura Castro. “Las computadoras en las escuelas”. Loc. cit. En La educación en la era de la informática.
p. 109.
[17]
Cfr. Wadi D. Haddad. “Educación para todos en la era de la globalización”. Loc.
cit. En La educación en la era de la
informática. p. 28.
[18]
Cfr. W. Bowman Cutter. “La opinión del sector privado: necesidades y
oportunidades”. En La educación en la era
de la informática. p. 87.
[19]
Cfr. Alexander J. Romiszowski. “Nuevas tecnologías para la formación de
recursos humanos”. Loc. cit. En La
educación en la era de la informática. p. 66.
[20]
Cfr. “La vida media del conocimiento y la reforma estructural del sector
educativo”. En La educación en la era de
la informática. p. 52.
[21]
En este sentido, la experiencia de la reforma educativa en Chile es sumamente
valiosa como referente. Cfr. Pedro Herpp. “Experiencias chilenas con la
informática educativa”. En La educación
en la era de la informática. p. 125.
[22] Ibid. p. 124.
[23] Ibid. p. 125.
[24] Ibid. p. 132.
[25]
Cfr. Linda M. Harasim. “La Internet y las intranets para la formación teórica y
práctica”. Loc. cit. En La educación en
la era de la informática. p. 213.
[26]
Cfr. Pedro Herpp. “Experiencias chilenas con la informática educativa”. En La educación en la era de la informática.
p. 131.
[27]
Cfr. Clifford Block. “Los medios masivos de comunicación al servicio de la
educación en América Latina”. En La
educación en la era de la informática. p. 158.
[28]
Cfr. Steve Jobbs. “Enseñanzas de Apple Computer”. Loc. cit. En La educación en la era de la informática.
p. 94.
[29]
La bibliografía sobre el uso de la televisión para la enseñanza es muy
abundante. Cito sólo algunos trabajos clásicos: Henry Dieuzeide. Teaching trough television. France,
OECD, 1960. 71 p.
Kratochvil, Daniel W. Sesame street : developed by Clindren´s Television
Workshop. Palo alto , California , U.S.
Department of Health, Education and Welfare, 1971. 45 p. La
Télévision scolaire et l´enseignemet scientifique: rappor de la Session
d´Études d´Ashridge (juillet 1960) sur l´utilisation de la télévision pour
l´enseignement scolaire des sciences et des mathématiques. Paris, Organisation Européenne de Coopération Économique. 1960.
167. Para el caso de México, el éxito de la Telesecundaria es incuestionable,
la bibliografía al respecto es también muy abundante. Cito solamente un libro
clásico: Televisión y enseñanza media en
México: el caso de la Telesecundaria. Coordinado por Alberto Montoya Martín
del Campo y Ma. Antonieta Rebeil Corella. México, GEFE, 1983. 206 p.
[30]
Cfr. “Claudio de Moura Castro. La educación en la era de la informática:
promesas y frustraciones”. En La
educación en la era de la informática. p. 42.
[31]
Alexander J. Romiszowski. “Nuevas tecnologías para la formación de recursos
humanos”. Loc. cit. En La educación en la
era de la informática. p. 70.
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