domingo, 23 de febrero de 2014

Elementos para una teoría bibliotecaria: quinta parte (última)


ELEMENTOS PARA UNA TEORÍA BIBLIOTECARIA

 

Por Javier Brown César

 

QUINTA PARTE: INFORMACIÓN E INFORMÁTICA


 


1. INFORMACIÓN

 
“Información” es un concepto cuya definición se dificulta debido a su utilización con diferentes sentidos en diferentes contextos; se dice por ejemplo: estar informado, procesos de información, centro de información, información es poder, necesidades de información, usuarios de la información, soportes de la información, transmisión de información, información estadística, información demográfica, información en línea, información de primera mano, servicios de información, sistemas de información, informes de labores, etc. Ante tal variedad en el uso, es necesario recurrir a una estrategia que permita aproximarnos a una mayor aclaración del uso del término información en el contexto de este libro[1].
 
Cabe aquí recapitular lo dicho en la parte teórica sobre el concepto de información (con algunos matices adicionales):
 
1º. La información no es un objeto, ni un sistema[2], pero tiene que ver con ambos: es un evento que ejerce un influjo selectivo sobre las estructuras de un sistema. Después del evento informativo se hace posible algo diferente con respecto a lo que se daba antes, la información puede ser determinante en el sentido de poder llegar a cambiar inclusive las expectativas y las decisiones de las personas. La relación entre información y toma de decisiones es un tema recurrente: se habla por ejemplo de información estratégica para la toma de decisiones y de rutas críticas y árboles de decisiones. La enorme cantidad de expectativas que pueden ser alteradas por la información dificulta hacer una clasificación exhaustiva de las mismas. No agotando el tema, se puede decir que existe un continuo en cuanto a la forma como la información motiva o cambia las decisiones: en un nivel mínimo de modificación o motivación, la información provocará sólo decisiones rutinarias (como por ejemplo abrochar los botones de la camisa); pero en la parte extrema las decisiones resultarán trascendentes, pudiendo inclusive darse sobre la vida o la muerte de las personas (como podría ser el caso de un proceso judicial en el que una evidencia de información suficiente para sentenciar con la pena capital).
 
2º. La información implica un evento novedoso capaz de reestructurar las expectativas del sistema. Así, una gran cantidad de informaciones son ignoradas por los sistemas; de hecho, ningún sistema es capaz de procesar todos los eventos informativos del entorno. Por ello, los sistemas desarrollan sus propias estructuras de relación, a partir de las cuales seleccionan los eventos que sean informativos para el sistema.
 
3º. La información es un estímulo que se genera gracias a la comunicación. No existe transferencia de información entre un sistema y otro, debido a que el sistema que comunica no pierde información al comunicarse (la información sigue estando ahí, para cuando la quiera volver a comunicar: el chisme no se agota hasta que no es conocido por todos) y el sistema que recibe la comunicación reelabora los estímulos de acuerdo con su propia configuración estructural (esto explica, entre otras cosas, por qué se dan diferencias en el rendimiento de los alumnos, a pesar de que el contenido de los libros de texto sea el mismo).
 
4º. La información es una diferencia que provoca diferencias. Debido a esto, la información es tan difícil de definir, porque no existe una cosa concreta a la que denominemos información. Para ser explícitos, casi cualquier cosa puede funcionar como una diferencia que provoca diferencias, además, el procesamiento de información es también realizado por animales: “All animals process information to some extent...” [“Todos los animales procesan información, hasta un cierto nivel”][3]. La ambigüedad del concepto de información y el abuso del mismo en diferentes contextos habla elocuentemente acerca de los problemas que tienen quienes definen a lo bibliotecario por la información o la transmisión de la información, llamándose a sí mismos “profesionales de la información”. Sobre todo porque este último título, es reclamado por periodistas de radio y televisión, quienes también se denominan profesionales de la información. Por ello sugerí ya el uso del calificativo documental después del concepto de información, como una forma de distinguir entre evento informativo dado a partir documentos y cualquier otro tipo de eventos informativos: los que se dan a través del radio y la televisión, por ejemplo.
 
Pero lo más preocupante, que en términos teóricos sucede al cargar el peso de la teoría al concepto de información es una disminución analítica impresionante. Esto es, el concepto de información describe de manera puntual los procesos de comunicación como se dan entre máquinas (triviales) como aparatos de radio y televisión[4] y computadoras personales, pero su potencial analítico comienza a agotarse en el momento de explicar la comunicación animal (y no se diga la comunicación humana). Esto es algo que tenemos que explicar con más detalle. Tanto las computadoras como los receptores de radio y televisión transmiten información, en el sentido de que son medios a través de los cuales fluye la comunicación humana por vía del lenguaje o por vía de imágenes, pero no son capaces de comprender, por sí mismas, lo que ahí se comunica. Las máquinas triviales son particularmente efectivas en lo que se denomina función sintáctica del lenguaje, pero su efectividad disminuye en la función pragmática y es nula en la semántica[5]: el computador puede resolver una complicada ecuación, pero no puede comprender qué significa resolverla, ni qué significa, en términos reales la masa o la aceleración de un cuerpo; las computadoras, no tienen cuerpo[6].
 
Dando un paso más, nos encontramos ante la “inteligencia animal”. En este plano, los animales superiores tienen una habilidad particular, que desde luego no es compartida por las máquinas: pueden relacionar imágenes con cosas reales. En los animales superiores, la dimensión semántica[7] hace entrada aunque no se hace efectiva en el uso de un lenguaje complejo, sino ante todo en la capacidad de emitir sonidos y de realizar movimientos corporales significativos. El modelo de la teoría de la información desarrollado por Shannon y Weaver falla en el momento de analizar la comunicación animal: el chango, por ejemplo, no sólo recibe un mensaje, sino que también lo encodifica. El modelo que mejor funciona para explicar la comunicación animal no es por ende el de Shannon y Weaver, sino el de Berlo.
 
Finalmente, la dimensión de la inteligencia y el lenguaje complejo humanos nos permiten dar un último paso. En la comunicación humana la clave está no en el concepto de información, sino en el de sentido[8]: el ser humano es capaz de comprender lo que se le dice y de darle sentido a lo escuchado e inclusive lo puede interpretar al grado de la distorsión. Como sostiene el constructivismo de Luhmann y otras teorías similares: escuchamos lo que queremos (y podemos) escuchar y no lo que se nos dice, porque nuestro escuchar está condicionado por experiencias previas, aprendizajes anteriores y referentes comunes. De esta forma, el modelo adecuado para analizar la comunicación humana es más complejo todavía que el de Berlo. De ahí que reducir los procesos bibliotecarios a mera información implica hacer de las bibliotecas, sus usuarios, gestores y facilitadores, meras máquinas triviales que si bien procesan información con altos niveles de eficiencia, no comprenden lo que se dice, ni por qué o para qué se dice.
 
Habiendo aclarado en qué sentido entendemos el término “información” es pertinente ahora revisar algunos de los usos más comunes que se dan al concepto en el medio bibliotecario. Una expresión que se oye frecuentemente es: tengo (cierta) información que te puede ser útil, la cual es  equívoca, ya que en ocasiones se da a entender con esto que se tienen a la mano ciertos documentos relevantes, por ejemplo: fotografías, videocasetes, libros, etc. Un segundo sentido en el que se puede interpretar esta expresión es si yo me he “apropiado” cognoscitivamente de cierta información relevante, en este caso, el lugar de la información es el cerebro humano e inclusive más allá todavía, el ADN, para ciertas informaciones. En este sentido se dice que se tiene información cuando existe en nosotros un cierto contenido cognoscitivo que puede ser evocado y comunicado actualmente a otra persona (una noticia, un dato, una referencia bibliográfica, etc.). En el uso cotidiano, cuando se dice tener información, se hace referencia en muchos casos a documentos donde me puedo informar o puedo informar a otros. En este sentido información es poder; pero esta frase hay que valorarla correctamente, ya que para que la información dé poder, se requiere que sea relevante, pertinente y oportuna. Yo digo que estoy informado sobre un tema cuando conozco del tema. Y así nos referimos en sentido común cuando decimos que alguien está informado.
 
La información no es una cosa, sino más bien una relación que se da entre sistema y evento del entorno. Nuevamente, la diferencia sistema/entorno es fundamental: los eventos del entorno producen cambios en el sistema sí y solo si el sistema tiene estructuras y elementos adecuados para procesar el evento como diferencia, introducir la diferencia en el sistema y modificar las estructuras y elementos de acuerdo con la diferencia introducida. Así por ejemplo, existen eventos que para algunos sistemas no representan información alguna, existen también eventos que pasan desapercibidos para el sistema y que tampoco constituyen información, existen eventos que no producen cambios en las estructuras del sistema, etc. 
 
En un sentido filosófico informar es el acto de dar forma[9]. Aquí resulta importante introducir la distinción entre materia y forma en este contexto. La forma es un principio determinante, lo que significa que la forma hace que la materia sea de una manera y no de otra: por ejemplo, la diferencia entre un trozo de madera y una mesa es la forma como la madera está trabajada en la última. Una diferencia adicional debe ser introducida aquí para aclarar la manera como el acto de dar forma puede darse: la que se da entre teoría y práctica. El acto de dar forma es diferente si se da en el plano teórico que en el plano práctico:
 
1. En el plano de la teoría la forma se da a partir de la especulación, entendida ésta no como un desvarío de la razón, sino en su acepción etimológica: especular, del latín speculum=espejo[10]; en este sentido, especular consiste en reflejar las formas del universo a partir de las formas del pensamiento y es una actividad fuertemente motivada por el asombro y el ocio, vinculada con la razón discursiva y con la sabiduría. En esta acepción, informar consiste ante todo en un informarse motivado por la búsqueda de la sabiduría,  realizada sobre un horizonte de referencia.
 
2. En el plano práctico el dar forma sólo puede ser realizado por lo viviente; la materia está por así decirlo ya informada, inerte. Aquí es propiamente el artífice el que da forma a algo: el pintor a un paisaje, el escritor a una novela, el poeta a un soneto.
 
Para diferenciar más entre actividades formativas, pueden retomarse algunas de las ideas introducidas por la distinción entre las formas que se producen en la actividad especulativa y las formas que se producen en la obra de arte pero ahora en el caso concreto del ámbito bibliotecario. La pregunta puede planearse así: ¿cuándo se puede decir que se informa en un SGD? Desechando la hipótesis de la transmisión de información de un sistema a otro, cabe hablar las posibilidades de informar que resume el cuadro siguiente:
 
ACTIVIDAD
USO COTIDIANO
USO RESTRINGIDO
El usuario toma un documento de la colección para hacer uso de él (v. gr. un libro, un fascículo, un videocasete)
Tener información. En este sentido, la información se refiere al libro que el usuario tiene
Disposición de un documento que conforma el subsistema de documentos del SGD
Proporcionar al usuario: datos/orientaciones/cifras, referencias
Dar información. En este sentido, la información es el dato, orientación, cifra, referencia que se da
Alter (el facilitador) comunica algo (un mensaje) a Ego (el usuario). Ego puede aceptar o rechazar la comunicación
Dar al usuario una bibliografía, servicios de DSI, abstracts, etc.
Dar servicios de información
Facilitación de documentos secundarios diseñados de acuerdo a las expectativas del usuario.
El usuario toma un libro y lo comienza a leer
El usuario se está informando. Aquí estar informando se refiere a estar leyendo
Alter (al autor) se comunica con Ego (el lector) haciendo uso de un medio de difusión (el libro).
 
La distinción entre un uso cotidiano y un uso restringido y regulado del concepto de información permite precisar el concepto de información y en qué consiste ésta. Salvo en el primer caso, el elemento constante es la relación que se establece entre Alter (el emisor) y Ego (el receptor). Cuando un facilitador proporciona cualquier dato, cifra, referencia u orientación a un usuario se da la comunicación, pero no necesariamente la información: Ego puede rechazar la comunicación de Alter o puede que sus expectativas o estructuras cognoscitivas no cambien. En este primer caso, la comunicación oral es el medio en el que se puede dar la información. Si la información de Alter es aceptada por Ego y provoca un cambio en las expectativas de este último, entonces se puede decir que Ego está informado y que Alter fungió como facilitador de esta información.
 
En el caso de que un facilitador proporciona al usuario documentos orientados según las expectativas de este último, Alter también se comunica con Ego, pero reduce la improbabilidad de que la comunicación sea exitosa haciendo uso de un medio de difusión (el documento). Nuevamente, la comunicación puede ser rechazada: el documento puede ser ignorado o se puede extraviar. El éxito en la comunicación dependerá en este caso de que el servicio (bibliografía selectiva, DSI, boletín de alerta) no sólo sea diseñado de acuerdo a las expectativas del usuario, sino que el usuario entre en contacto con el contenido del documento.
 
En el caso de un usuario que toma un libro y lo comienza a leer, se da una relación entre Alter y Ego mediada nuevamente por un medio de difusión (el libro). En este caso, Alter se comunica con Ego independientemente de que haya dejado de existir o esté lejos. La información se da aquí, como en el caso anterior, a través de un medio. Puede así afirmarse que la información es un evento mediado (lo que refiere directamente a la diferencia entre medium y forma ya introducida aquí) y asentir, con algunas variantes, a la siguiente aseveración: “el autor crea el mundo de la información que se objetiva en un documento, el usuario se dirige a la institución informativa para obtener el documento que lo conduce al mundo de la información, donde se encuentra con el autor”[11]. Se puede afirmar que el autor informa la obra (sea una novela, un cuento, un ensayo, el autor da forma a su obra) y que ésta sobrevive a su autor a través de un medio de difusión (el documento). Aquí disiento respecto al concepto de que la información pueda objetivarse en el documento, porque entonces es posible denominar al documento o a su contenido información, por ello se ha utilizado aquí no sólo la distinción entre materia y contenido del documento, sino también entre lo que es y no es información. Si la información se objetiva en el documento es ante todo no como información actual sino como información en potencia, que duerme el sueño de los signos, en espera de que un usuario lo tome en sus manos y se informe con su contenido. Por otro lado, no debe considerarse que el usuario se dirige sin más a una institución informativa a buscar un documento: existen instituciones informativas, como las estaciones de radio, que pueden o no dar documentos; también existen módulos de información en los que no se dan documentos (diferente es el caso de las unidades de comunicación social, en las que se dan documentos como informes y boletines de prensa, discursos, conferencias, etc.).
 
Así, es el hombre el que se informa, y en última instancia, soy yo mismo el informado. Por otro lado, la información no es un ser o un tener, sino más bien una especie de estar que se refiere no a la posesión de una cosa, sino al cambio en ciertas expectativas. Así se puede decir que estoy informado si mis expectativas han cambiado, si he tomado ciertas decisiones, si he incorporado nuevos ingredientes a mis estructuras cognoscitivas, etc.; está es la manera más correcta de expresarse. Al decir que tengo información me refiero básicamente a que conozco algo o a que tengo algo que me puede brindar algún conocimiento. La información no se tiene. Porque no es algo objetivo. Cuando digo que tengo información me refiero por lo general a ciertos conocimientos de los que me he apropiado previamente. Pero entonces, ¿cuál es la relación que se establece entre el documento y el usuario, para que se dé la información?
 
El prerrequisito obvio para que se dé la información documental, o información vía documentos es la posesión del documento con fines de uso. La forma de relación del usuario con la materia (el medium) del documento es fundamental para los ciegos, más no así para quienes pueden ver, en este último caso, la apropiación del contenido de un documento es similar a la que se da cuando veo un objeto o cuando oigo un conjunto de sonidos. Para apropiarme de lo que dice el documento requiero percibir algo de él, verlo, tocarlo, sentirlo, pero ante todo descifrar su contenido. El contenido del documento es lo que por lo general, más interesa al usuario, Por ello descifrar el contenido, interpretarlo, en pocas palabras conocerlo, es lo propio y más común del tipo de apropiación que se da en la relación documento-usuario (ciertamente se pueden usar documentos para sentarse, para apilarlos como escalera, etc., pero este uso no es fomentado en los SGD).
 
Lo fundamental es que el documento sólo puede ser descifrado a partir de los sentidos. Pero en los sentidos y las sensaciones no termina todo, ya que éstos sólo nos dan a conocer los signos que conforman el código en el que está escrito o cifrado el mensaje de Alter, este código requiere a su vez ser interpretado por Ego, lo cual es una labor eminentemente intelectual. Así, apropiarse de lo que el documento contiene, verlo, comprenderlo, interpretarlo, son acciones que se relacionan con las varias formas de conocer (conocimiento sensible, conocimiento intelectual, reflexión, comprensión, etc.). Así, en ocasiones, la información se identifica con el acto de conocer, ya que informar es darle forma a algo y en el acto del conocimiento se recibe la forma del objeto conocido, la cual da forma a imágenes, conceptos, palabras, etc.; no obstante, la información no constituye todo el proceso del conocimiento, sino sólo uno de sus aspectos . Pero ¿a qué le damos forma cuando informamos y qué nos da forma cuando nos informamos? Decimos que un escultor informa el mármol para crear una estatua; le da al mármol una forma bella y en esto consiste su arte. Pero el que ve la escultura terminada en algún lugar, está contemplando a la vez las formas que el artista ha logrado, pero también la forma de la estatua pasa de alguna manera a su mente, la puede ver, la puede recordar, puede contemplarla o puede interpretarla o criticarla, etc.
 
De la misma manera podemos pensar en el documento. El editor le ha dado su forma final, pero es el autor intelectual el que le da forma al contenido del documento; lo que encontramos en el documento son conjuntos de formas que viven en una materia o soporte material, estas formas pueden ser dibujos o palabras. Todo esto ha sido informado por el autor en primer término y por el editor en su proceso final.
 
Cuando el usuario se acerca al documento y ve su contenido, lo conoce y entonces puede interpretar lo que el documento dice, si tiene competencia[12] para ello; de esta manera se informa sobre el contenido del documento, o el contenido del documento “lo informa”. Ciertamente, es más correcto decir que uno se informa al leer un texto, ya que la información es una actividad, no algo pasivo; al decir que he sido informado por el texto, entonces le estamos dando la actividad a algo que no la tiene: si yo no me acerco al texto y lo leo, el texto será, como dicen “letra muerta”. Yo soy el que me acerco al texto, soy el que lo leo y me informo, a la vez que soy informado por el contenido, puesto ahí por sus autores. Sin embargo, más específico aún para referirse al hecho de que uno se informa mediante documentos (información documental) es decir que uno se ha documentado. La información documental es un proceso que media entre autores de documentos y usuarios.
 
Es necesario introducir otro término de uso común: “tener necesidades de información”. Ante todo, debe aclararse que la necesidad de información no se tiene, se siente como expectativa. Nace de la limitación y finitud propias del  ser humano y de su conocimiento. Resulta en extremo difícil caracterizar las motivos que se encuentran detrás de las expectativas que generan necesidades de información; existen por ejemplo expectativas relacionadas con el rendimiento escolar, expectativas relacionadas con el ámbito laboral, expectativas relacionadas con la superación personal, etc. Las expectativas son propias de las personas, por ello, la necesidad de información se origina siempre en un sujeto (soy yo el que me informo), pero puede condicionarse socialmente. La necesidad de información es, en su sentido más común, necesidad de conocer algo (expectativa cognitiva).
 
La forma típica de satisfacción de necesidades de información se da en los SGD a través de documentos. Aunque estas necesidades también pueden satisfacerse mediante la comunicación interpersonal, ésta se da en muchas ocasiones para referir a los documentos pertinentes. Más raro es el caso de aquellas personas que van a la biblioteca con el fin de cubrir ciertas necesidades de índole social, o sea, que van a la biblioteca básicamente a interactuar con otras personas a buscar afecto o a socializar, pero estos casos, aunque raros, existen. Así, la biblioteca no solamente puede satisfacer plenamente necesidades de información, sino también necesidades de índole social.
 
La necesidad de información es muy amplia y constante, salvo quizá en el sueño. En todo momento necesitamos informarnos sobre algo[13]: los eventos del entorno como el clima, la hora, el peligro potencial, los medios de transporte, etc. No podemos vivir sin información, porque la información es el elemento básico que nos permite tomar cualquier decisión, inclusive hasta las más elementales.
 
La necesidad de información puede satisfacerse de varias maneras, pero por lo general, se dice que la necesidad de información se satisface cuando se cumplen ciertas expectativas, sea que la necesidad de información se satisface cuando el conocimiento que me faltaba lo hago mío con fines de uso personal o cuando tomo una decisión motivada por la información, etc. Es entonces cuando esa particular necesidad deja de sentirse, aunque pueden surgir otras nuevas necesidades a partir del hecho de que la necesidad ya satisfecha, puede motivar nuevas expectativas.
 

2. CAMBIO TECNOLÓGICO Y GLOBALIZACIÓN

 
En este fin de milenio estamos siendo testigos de una revolución global y tecnológica cuyos únicos paralelos son quizá la invención de la imprenta y la creación de la escritura. La dinámica del cambio tecnológico y social acelerado implica retos y oportunidades inusuales, que si no son aprovechadas con oportunidad, pueden llevar a una ampliación significativa de las diferencias existentes entre naciones pobres y ricas, y entre grupos marginados y privilegiados. Los factores principales del cambio cultural, económico y político que vivimos en este fin de milenio son:
 
1. La globalización de las comunicaciones, las finanzas y los mercados, lo que lleva a una especie de planetarización de procesos que antes se daban principalmente a nivel regional. Además, este proceso implica la transformación “de economías cerradas a economías competitivas más abiertas y de estructuras dominadas por el Estado a estructuras de mercado”[14].
 
2. El proceso acelerado de cambio tecnológico cuya dinámica implica la sustitución de tecnologías en el corto plazo.
 
3. Los procesos de democratización que se viven en los países de América Latina. Estos procesos tienen en su fundamento el concepto de Estado de derecho explicitado como aquél donde la letra de la ley es observada por todos. Junto con este proceso de transición, se ha puesto un mayor énfasis en la esfera de la sociedad civil y en el fortalecimiento del sector privado de la economía. 
 
4. El énfasis en las localidades, como resultado de una nueva dinámica centro/periferia, donde el municipio comienza a ser tema central del debate político y un espacio de poder cuya “valoración real” se está dando en estos momentos.
 
5. La “producción” de una nueva cultura laboral, con base en nuevos códigos y valores. Parte de esta cultura es la posibilidad de realizar el trabajo de oficina desde la propia casa, haciendo uso de un módem para enviar resultados.
 
Estos cambios globales, que conforman el signo de los tiempos actuales, tienen particular relevancia para los SGD y preludian una auténtica revolución tecnológica. El problema central es el del impacto de la tecnología de la información en la forma como se dan las funciones de los SGD y los retos de calidad que se plantean a raíz de la inserción de nuevas complejidades.
 
Por otro lado y como resultado del inevitable fenómeno de la globalización, ciertas redefiniciones se tendrán que ir introduciendo en la concepción de lo bibliotecario:
 
1. En la dinámica parcialidad/integralidad, generalización/especialización, la formación de los bibliotecarios se debe orientar preponderantemente al polo de las estructuras integrales y a la construcción de marcos de referencia amplios a partir de los cuales se da la diferenciación y la especialización. Parte de esta transformación es el énfasis que se da al trabajo interdisciplinario y a la teoría de las transdisciplinas, entre las cuales se contemplan: la teoría general de sistemas, la teoría de la evolución y la teoría de la comunicación.
 
2. Los tiempos didácticos para la formación de usuarios y de bibliotecarios pasan por un momento de redefinición, en el sentido de que la educación se enfrenta al reto de constituirse en un aprendizaje continuo antes, durante y después de la escolarización. Este cambio implica también un énfasis en relaciones asincrónicas, sobre las relaciones sincrónicas, en el sentido de que los eventos pueden ser recreados después de que han acontecido, de que las personas no necesitan comunicarse necesariamente de forma actual, sino también virtual, lo que lleva aparejado el énfasis en el aprendizaje individual sobre el grupal y al aprendizaje basado en el alumno[15].
 
3. Algunos de estos cambios permiten una nueva disposición del tiempo y un espacio propicio para el aprendizaje reflexivo, la expresión creativa y la formación de comunidades de aprendizaje por medio del trabajo compartido, el diálogo y la interacción[16].
 
Al interior de los SGD el uso intensivo y extensivo de la tecnología no solamente se ofrece como una vía que genera altas expectativas en sus posibles resultados futuros, sino también plantea nuevas dificultades, derivadas de la emergencia de nuevas complejidades. El vector favorecido en la actualidad en el uso de la tecnología es una especie de pantecnologismo, bajo el cual se afirma que la tecnología representa la solución primera y última a todos los problemas, ya que ciertamente agiliza procesos y trámites, permite la realización de comunicaciones de forma asincrónica, sustituye materiales obsoletos, etc. Pero, el aspecto de los retos e inclusive de las amenazas que plantea la introducción y el uso de la tecnología se deja de lado en ocasiones, con el optimismo que caracteriza la fe absoluta en los sistemas tecnológicos.
 
Ante todo es importante tener consciencia de los cambios culturales que la tecnología promueve, para considerar posteriormente los retos que plantea. Varios vectores de cambio son ubicables con toda claridad:
 
1. Con la introducción de tecnología la realización de actividades rutinarias se deja a cargo de máquinas, que permiten una liberación de las personas de ciertas actividades repetitivas, mecánicas y en muchas ocasiones tediosas. Como resultado, el énfasis se está dando ahora en facultades cognoscitivas de índole superior.
 
2. Como resultado de la introducción de robots en muchas actividades, se ha dado un cambio significativo en el mundo laboral: si los robots realizan labores físicas que tradicionalmente han correspondido a los seres humanos, lo que queda para los seres humanos son actividades que las computadoras no realizan bien: como son los trabajos que requieren creatividad, originalidad e inventiva; valoraciones, planteamiento y análisis crítico de problemas, asignación de prioridades; búsqueda de información pertinente y relevante; creación de soluciones originales e innovadoras; aplicación de estas soluciones y detección de fallas en proyectos piloto innovadores[17].
 
3. Como resultado de la priorización en las facultades cognoscitivas de índole superior, se da un cambio significativo en la temporalización del conocimiento. Ahora existe un mayor énfasis en aquellos conocimientos que se pueden denominar de vida media larga, los cuales son principalmente de carácter teórico o referidos a oficios complejos, mientras que los conocimientos de vida media corta, o sea, los conocimientos respecto a procesos, aspectos técnicos y profesionales específicos, se consideran ya menos relevantes.[18]
 
4. Como resultado de la incorporación de los recursos tecnológicos a diferentes entornos y ambientes, el dominio de la tecnología ha llegado a ser considerado en la actualidad como una capacidad indispensable para tener éxito en la vida.
 
Lo nuevo es por lo general factor de incertidumbre, sobre todo cuando cataliza el cambio en el corto plazo. La introducción de un nuevo software o de una nueva herramienta o recurso documental tiene que vencer varios tipos de resistencias para afianzarse y probar sus beneficios y la medida en que puede ser exitosa. Por tradición, se llega a considerar que existe una mejor manera de hacer las cosas y si este uso se ha arraigado por mucho tiempo, entonces se le da el estatuto de procedimiento, “receta” o programa inmutable. En un primer momento, la introducción de tecnología puede aparecer como un factor externo al sistema bibliotecario que o bien puede ser visto como una amenaza a intereses personales o de grupo e inclusive como factor de riesgo político, o bien puede ser considerada como una oportunidad para la solución de problemas urgentes.
 
De manera similar a como funcionan los mercados de bienes económicos, la introducción súbita de la tecnología en el medio bibliotecario puede causar un impacto importante en el corto plazo. Este impacto puede definirse inicialmente (y siguiendo la analogía con la economía) como inflación[19], o sea, como una (sobre) abundancia de posibilidades, como una generación de expectativas muy altas e inclusive como una sobrevaloración de las posibilidades. Este impacto inflacionario inicial que representa la innovación tecnológica pierde mucha de su fuerza y dinamismo en el mediano plazo, pudiéndose inclusive provocar un fenómeno deflacionario que lleva a la subvaluación de la tecnología y que tiene como referente los fracasos que se dan cuando no se siguen ciertos criterios y orientaciones. No obstante, la valoración que se da en el largo plazo puede hacer que las “aguas tomen su curso” llevándose a una visión realista de los alcances y limitaciones del impacto tecnológico en el ámbito bibliotecario.
 
Las barreras o resistencias que se presentan con la introducción de nuevas tecnologías en el ámbito de los SGD son principalmente las siguientes:
 
1. Barreras institucionales. La introducción de tecnología de punta se dificulta en aquellas instituciones que están acostumbradas a rutinas, y que han adoptado procedimientos y formas de organización rígidas.
 
2. Las barreras programáticas. El elemento de novedad que aporta el uso de la tecnología de la información implica la revisión y modificación de las formas tradicionales de hacer las cosas, el impacto por ejemplo se da a nivel de los programas de estudios para bibliotecarios e inclusive en la propia jornada escolar[20].
 
3. Barreras en las telecomunicaciones. Las empresas estatales de telecomunicaciones pueden desconocer los tratados y acuerdos internacionales, aún inclusive los suscritos por el propio país.
 
4. La barrera del disenso (la falta de consenso). Toda incorporación de tecnologías relativamente poco conocidas, como puede ser el caso de redes de cómputo, se encuentra ante el temor, la resistencia y la incertidumbre ante lo nuevo. La estrategia más usual para contrarrestar estos efectos es mediante campañas amplias de difusión e información.
 
5. La resistencia a la tecnología. El rechazo de la tecnología se potencia si el posible usuario no encuentra un uso productivo en el corto plazo, en este sentido se puede recurrir a usos triviales de la tecnología efectuados en el marco de los recursos disponibles a nivel regional. La tecnología suele rechazarse si no existen capacidades de exploración y juego, pero también si no se le encuentra un uso productivo concreto.
 
6.Barreras legales. En muchas ocasiones la sobrereglamentación de ciertas actividades desincentiva la introducción de novedades, por lo que en muchas ocasiones los sectores menos reglamentados funcionan como catalizadores del cambio. La desregulación se considera como una parte importante del cambio de un Estado de bienestar a un Estado facilitador.
 
7. Barreras comerciales. Las cuales se refieren a las limitaciones en la importación de tecnología de vanguardia debida a aranceles altos.
 
8. Barreras culturales. Fundamentalmente se vinculan con puntos de vista altamente estereotipados o prejuiciados respecto a la introducción de tecnologías como Internet, bases de datos y redes, sobre todo entre todos aquellos que no conocen las nuevas tecnologías. La estrategia común para hacer frente a estas barreras es mediante campañas de formación e información.
 
9. Resistencias por falta de incentivos. En este caso, pueden faltar incentivos para que los SGD introduzcan tecnologías que aumenten su eficiencia. En esta dirección, se pueden promover incentivos o exenciones fiscales, como parte de las políticas de ingreso y gasto público.
 
Los retos que para México plantea el fenómeno mundial de la globalización, el uso intensivo y extensivo de tecnología y el cambio en la cultura laboral son enormes: el reto fundamental es que, de cara al nuevo milenio, se necesita otra cultura de lo bibliotecario. Dos escenarios futuros se pueden perfilar:
 
1. La tecnología puede llevar, a través de un complejo de selecciones, adaptaciones e interacciones al interior de los SGD a una economía basada en el conocimiento y en su democratización.
 
2. La tecnología afecta las interacciones entre grupos marginados y favorecidos, aumentando la brecha entre privilegiados y desposeídos, lo que lleva a una carencia ingente de recursos humanos calificados[21].
 
El segundo escenario es digno de tomarse en cuenta, sobre todo si se considera que el crecimiento económico es visto como una oportunidad de progreso para todos, pero la generación de más riqueza no necesariamente implica una derrama de ganancias a los sectores desfavorecidos y sí en cambio puede lleva a la ampliación de la brecha entre ricos y pobres. Ante esto, nos enfrentamos a un reto de equidad, de igualdad de acceso a oportunidades y de justicia social.
 
Algunos de los retos implicados en el uso de nuevas tecnologías pueden enfrentarse mediante una aplicación selectiva de la tecnología, en los siguientes rubros:
 
1. La selección y el uso de la tecnología debe darse en función de las características específicas de localidades, regiones y SGD: no parece haber una tecnología que tenga éxito unánime en diferentes entornos. Por ello: a diferentes entornos, diferentes recursos y usos de la tecnología. Además para el medio rural puede presentarse documentación e información de auténtica utilidad para la vida cotidiana de la población, especialmente en temas relacionados con la agricultura, la salud y la familia[22].
 
2. El uso de la tecnología necesariamente pasa por un proceso de revisión a fondo de los programas de los SGD. La selección de medios, formas, herramientas y/o instrumentos se da en función de un programa, el cual idealmente refleja las valoraciones institucionales y sociales respecto al ámbito de la cultura y al saber humano.
 
3. La calidad en la aplicación de la tecnología en el ámbito bibliotecario debe partir del presupuesto de la realización de varias selecciones, basadas en diferentes parámetros: entre ellos se encuentran el costo, la eficacia en función del costo, la evaluación respecto a qué tan amigable resulta la interface y la identificación de sus alcances y limitaciones, estudios de factibilidad y de costo/beneficio, la valoración de interconectividad, la capacidad de conversión de formatos y de interacción con Internet, el diseño estructural, etc.
 
4. La selectividad también implica tomar seriamente en cuenta los problemas nuevos que acarrea la introducción de la tecnología en gran escala, tendiendo a una “introducción sensata” de la tecnología en el ámbito bibliotecario. Esta “introducción sensata” puede darse bajo parámetros de calidad, relevancia y pertinencia.
 
Si bien la tecnología no es una actividad que en sí misma resuelva todos los problemas de lo bibliotecario, sí  es un instrumento o un medio para alcanzar un fin: si las computadoras no son una panacea si pueden ser un catalizador[23]. En la coyuntura actual, México puede aprovechar las nuevas tecnologías de la información para dar un salto en el ritmo de desarrollo impuesto por los modelos tradicionales del quehacer bibliotecario.
 

EPÍLOGO

 
Es definitivo que el campo de trabajo del bibliotecario no es la informática, ya que para esto están los programadores y analistas de sistemas y los técnicos e ingenieros en computación e informática. Ante todo, es importante comprender que las computadoras y las nuevas tecnologías de la información son herramientas al servicio de la humanidad, y no llaves de acceso a todas las puertas. Desgraciadamente, si antes se pensaba que no podía haber teorías bibliotecarias sin bases físico-matemáticas, ahora se piensa que no puede haber Sistemas de Gestión Documental sin bases tecnológicas, pero ambos presupuestos son radicalmente falsos: el desarrollo de la teoría y de las actividades bibliotecarias no depende de factores externos como modelos axiomáticos, sistemas hipotético-deductivos o herramientas de informática (aunque ciertamente estos recursos permiten explicaciones y aplicaciones mejores), sino antes bien de la capacidad de los propios bibliotecarios para desarrollar, al interior de la propia comunidad bibliotecaria, un discurso teórico que pueda defenderse argumentativamente ante otros científicos[24] y de constituir, en sociedades complejas, Sistemas de Gestión Documental que hagan probable que usuarios de documentos y documentos ordenados en subsistemas se pongan en contacto.
 
Tampoco es el bibliotecario un profesional ni un científico de la información. No es un profesional de la información, porque este “título” ya lo han hecho suyo los periodistas, fotógrafos, editores, redactores, en fin, todos aquellos que se vinculan con los medios de difusión como la radio y la televisión. Tampoco el bibliotecario es un científico de la información, porque entonces tendría que estudiar todo el universo de la información: desde las máquinas a los humanos, pasando por la “inteligencia animal”. El tipo de información que se encuentra más cercano al campo de actividad y de teorización de los bibliotecarios es la información documental. No obstante, el concepto central que puede articular desde arriba una teoría bibliotecaria no es a nuestro juicio el de información, sino el de comunicación, y muy principalmente la comunicación mediada por documentos.
 
El estudio de centros de información como estaciones de radio o televisión no es cometido de las teorías bibliotecarias, aunque su estudio es ilustrativo para analizar el funcionamiento de los medios de difusión en la sociedad contemporánea. Por ello, los centros de información (y por ello entendemos ante todo, sistemas donde se proporcionan noticias) no son Sistemas de Gestión Documental, son sistemas de gestión informativa o noticiosa. Por otro lado, sostenemos que la información nunca se puede objetivar, o sea, no está presente en ningún lugar, ni en las páginas de un libro, ni en un monitor de computadora. La información es un proceso (un evento), no una cosa, afirmar lo contrario es caer en una confusión: creer que porque en el libro hay signos lingüísticos o para decirlo de forma más simple, palabras, hay información; pero, ¿y si no sabemos que quieren decir esas palabras? ¿Acaso lograremos informarnos sobre algo?
 
Por último, un bibliotecario que hable de fórmulas complejas pero ininteligibles o que use computadoras sofisticadas con softwares, que en lugar de facilitar la consulta a los usuarios, se la dificulten, es sin duda menos respetable al interior de las comunidades científicas, que un bibliotecario que puede hablar congruentemente de sociología con sociólogos, de economía con economistas, de psicología con psicólogos y de derecho con abogados, y que a su vez puede “poner” saberes de sus respectivas disciplinas a la mano de todos: de esta forma, fungiría como vínculo entre las disciplinas científicas, como factor de cohesión y como referencia universal para la comunidad científica mundial.
 

GLOSARIO

 
Acoplamiento estructural: es la relación que se da entre un sistema y los presupuestos del entorno que deben presentarse para que pueda continuar dentro de su propia autopoiesis. Todo sistema, está en este sentido, adaptado estructuralmente a su entorno. (Maturana)
 
Autopoiesis: forma mediante la cual los organismos vivos se organizan, la cual se caracteriza por la capacidad de producir y reproducir internamente los elementos que “componen” el organismo estructurado. (Maturana)
 
Autorreferencia: este concepto indica el hecho de que existen sistemas que se refieren a sí mismos mediante cada una de sus operaciones. Los sistemas autorreferenciales son sistemas orgánicos, psíquicos o sociales que pueden observar la realidad sólo mediante el autocontacto. (Luhmann)
 
Ciencia: sistema funcionalmente diferenciado que opera al interior de la sociedad con base en el medio de comunicación verdad. (Luhmann)
 
Código: es  la regla de duplicación que permite relacionar toda entidad que caiga en su campo de aplicación con una entidad correspondiente. (Luhmann)
 
Complejidad: la complejidad de una unidad dada indica el hecho de que no todos los elementos de dicha unidad pueden estar simultáneamente en relación con ellos mismos. (Luhmann)
 
Comunicación: es la síntesis de tres selecciones: información, acto de comunicar y acto de entender (comprensión). (Luhmann)
 
Constructivismo: es un conjunto de planteamientos según los cuales el conocimiento se basa en construcciones de un observador y no en la correspondencia con una realidad externa. (Luhmann)
 
Derecho: es un sistema funcionalmente diferenciado cuya función consiste en mantener estables las expectativas aun en caso de que resulten vanas. (Luhmann)
 
Diferenciación de la sociedad: la diferenciación primaria de la sociedad consistió en la formación de un primer nivel de sistemas parciales y de relaciones sistema/entorno. La primera forma conocida apareció en la sociedad arcaica y es la diferenciación segmentaria. (Luhmann)
 
Doble contingencia: es la situación en la que se encuentran fortuitamente dos cajas negras; cada una determina su propia conducta por medio de operaciones autorreferenciales complejas dentro de sus propios límites y supone lo mismo respecto de la otra. Por esto, las cajas negras, permanecen sin transparencia una para la otra. Caso paradigmático de la relación de doble contingencia es la que se da entre dos personas. (Luhmann)
 
Documentación: actividad intencional mediante la cual algo se documenta (se hace documento) o se integra a un documento o a un subsistema de documentos algo que no era originalmente documento. (Brown)
 
Documento: medio de difusión en el que debe distinguirse el medium de la forma. (Luhmann). Toda base de conocimiento expresada en un soporte material y susceptible de ser utilizada para diversos fines. (Brown)
 
Economía: sistema cuyas operaciones son los pagos. Su medio de comunicación es el dinero, por lo que todas las comunicaciones que tienen relación con el dinero caen dentro de la categoría de pago. (Luhmann)
 
Educación: sistema parcial de la sociedad que tiene la función de producir cambios en sistemas psíquicos particulares. (Luhmann)
 
Estructuras: son condiciones que delimitan el ámbito de relación de las operaciones de un sistema, son sus condiciones de autopoiesis. (Luhmann)
 
Evento: es la cualidad temporal de los elementos de los sistemas constitutivos de sentido. (Luhmann)
 
Evolución: la teoría de la evolución describe y explica el hecho de que un sistema estructuralmente determinado, puede cambiar sus propias estructuras mediante sus operaciones. Los cambios estructurales evolutivos se describen con base en la distinción entre mecanismos de variación, selección de variaciones y estabilización. (Luhmann)
 
Expectativas: son condensaciones de referencias de sentido que indican cómo se delinea una determinada situación. Existen dos tipos de expectativas: cognitivas y normativas. (Luhmann)
 
Facilitador: persona o máquina que pone a disposición de un usuario documentos del subsistema de documentos o proporciona información basada en documentos de dicho subsistema (información documental). (Brown)
 
Función: es un esquema de confrontación entre varias soluciones a problemas, soluciones que aparecen como intercambiables en cuanto que son equivalentes con respecto a la función misma. (Luhmann)
 
Gestor: toda aquella persona o máquina que realiza las funciones de integración y representación, así como la conservación y mantenimiento de sistemas y subsistemas, y su observación y descripción. (Brown)
 
Información: evento novedoso que reestructura las expectativas del sistema. (Luhmann). Acto de dar forma a algo (Xifra Heras).
 
Información documental: es todo aquel proceso comunicativo en el que la información se da o se genera a partir de documentos. (Brown)
 
Interacción: sistema social cuya especificidad se da gracias a la presencia física de los interlocutores de la comunicación. (Luhmann)
 
Lenguaje: es la coordinación de coordinación de acciones (Maturana). Es el medium que tiene la función de hacer probable la comprensión de la comunicación. (Luhmann)
 
Medios de comunicación simbólicamente generalizados: medios desarrollados para asegurar la probabilidad del éxito de la comunicación, es decir, que se la acepte y tome en cuenta. Ejemplos de estos medios son: la verdad científica, el amor, el  dinero (o  propiedad/dinero), el poder (o poder/derecho), el arte, y los valores. (Parsons-Luhmann)
 
Medios de difusión: son media que hacen probable que la comunicación alcance a sus destinatarios. Ejemplos son: la escritura, la imprenta, los documentos, el teléfono, el telefax, la radio, el cine y la televisión. (Luhmann)
 
Observación: es un modo específico de operación, que utiliza la distinción para indicar un lado o el otro de la distinción misma: se da una observación cuando el sistema opera con base en distinciones. (Luhmann)
 
Operación: es la reproducción de un elemento de un sistema autopoiético con base en los elementos del mismo sistema. (Luhmann)
 
Organización: tipo de sistema social que se constituye con base en reglas de reconocimiento (membresía) que lo vuelven identificable y que le permiten especificar las propias estructuras. (Luhmann)
 
Paradoja: se da cuando las condiciones de posibilidad de una operación son al mismo tiempo condiciones de su imposibilidad. (Luhmann).
 
Personas: son aquellos sistemas psíquicos que son observados por otros sistemas psíquicos o sociales. (Luhmann)
 
Poder: medio de comunicación simbólicamente generalizado que hace probable la aceptación de acciones de Alter como premisas y vínculos para las acciones de Ego. (Luhmann)
 
Política: sistema parcial de la sociedad cuya función es aportar a la sociedad la capacidad de decidir de manera colectivamente vinculante. (Luhmann)
 
Programas: son conjuntos de condiciones para la corrección. (Luhmann)
 
Sentido: es un procesamiento conforme a diferencias que no están supuestas como tales, sino que adquieren su aplicabilidad operativa sólo debido a la plenitud del sentido mismo. (Luhmann).
 
SGD véase Sistemas de Gestión Documental.
 
Sistema de documentos: documentos sobre los que se han realizado integraciones y representaciones selectivas. (Brown)
 
Sistemas: unidades que deben conservar su estructura mediante operaciones ordenadoras que se dan al interior de ellos mismos, lo cual les permite mantener diferencias con el entorno. (Luhmann)
 
Sistemas de Gestión Documental (SGD): son sistemas autopoiéticos y autorreferenciales que se caracterizan por realizar tres funciones: incorporación, representación y disposición de documentos, gracias a las cuales constituyen diferentes subsistemas de documentos que son puestos a disposición de determinados usuarios. (Brown)
 
Tiempo: es la observación de la realidad con base en la diferencia entre pasado y futuro (Luhmann).
 
Usuarios (de los Sistemas de Gestión Documental): todas aquellas personas con la habilidad para leer y escribir (lectoescritura) o todas aquellas máquinas que pueden hacer uso de los recursos de las bibliotecas virtuales. (Brown)
 
Verdad: medio de comunicación simbólicamente generalizado que vuelve probable la aceptación de un saber nuevo, el cual es probado con base en teorías y métodos científicos. (Luhmann)
 
BIBLIOGRAFÍA
Abbagnano, Nicola. Diccionario de filosofía. 2ª ed. rev. y aum. México, Fondo de Cultura Económica, 1974. 1180 p.
 
Anderson, M.S. La Europa del siglo XVIII. México, Fondo de Cultura Económica, 1986. 241 p. (Breviarios; No. 199).
 
Arendt, Hannah. Los orígenes del totalitarismo. Barcelona, Planeta. 1994 2 v. (Obras Maestras del pensamiento Contemporáneo; No. 74).
 
Arias Galicia, Fernando. Administración de recursos humanos. 4ª ed. México, Trillas, 1989. 531 p.
 
Aristóteles. Moral, a Nicómaco. 9ª ed. México, Espasa-Calpe, 1989. 280 p. (Colec. Austral; 318).
 
- - - Metafísica. 15ª ed. México, Espasa-Calpe, 1989. 324 p. (Colec Austral; 399).
 
- - - - La política. 20ª ed. México, Espasa-Calpe, 1990. 246 p. (Colec. Austral; 239).
 
- - - - Tratados de lógica: el organon. 8ª ed. México, Porrúa, 1987. LIV, 387 p. (Colec. Sepan cuántos; 124).
 
Avila, Raúl. La lengua y los hablantes. 3ª ed. México, Trillas, 1990. 157 p. (Curso básico para formación de profesores. Lenguaje y comunicación; 2).
 
Barnes, Harry Elmer. An intellectual and cultural history of the western world. 3d ed. New York, Dover, 1973. 3 v.
 
Barthes, Roland. La aventura semiológica. Barcelona, Planeta, 1994. 352 p. (Obras Maestras del Pensamiento Contemporáneo; No. 76).
 
Bataille, George. La parte maldita precedida de La noción de gasto. Barcelona, Icaria, 1987. 249 p.
 
Beneyto, Juan. La opinión pública: teoría y práctica. 2a ed. Madrid, Tecnos, 1969. 202 p.
 
Berlin, Isaiah. Conceptos y categorías: ensayos filosóficos. México, Fondo de Cultura Económica, 1983. 322 p. (Sección de Obras de Filosofía).
 
- - - - Contra la corriente: ensayos sobre historia de las ideas. México, Fondo de Cultura Económica, 1986. 455 p. (Sección de Obras de Historia).
 
Berlo, David K. El proceso de la comunicación: introducción a la teoría y a la práctica. México, El Ateneo, 1990. 239 p.
 
Bertalanffy, Ludwig von. General system theory. New York, N. Y., George Braziller, 1968. 289 p.
 
Bochenski, I.M. Los métodos actuales del pensamiento. 16ª ed. Madrid, Rialp, 1988. 280 p.
 
- - - - Introducción al pensamiento filosófico. 13a ed. Barcelona, Herder, 1989. 115 p.
 
Böhm, Winfried. Theory, practice and the education of the person. Washington, OAS, 1995. 157 p. (Interamer. Educational Series; 41)
 
Brown César, Javier. “Comunicación y política educativa”. En Revista Latinoamericana de Estudios Educativos. No. 3-4, 1999. (En prensa)
 
- - - - “Isaiah Berlin, Alexander Herzen y el tema de la libertad”. En Bien común y gobierno. No. 44, julio de 1998.
 
- - - “Libros, lectores y bibliotecas”. En Bien común y gobierno. No. 47, octubre de 1998.
 
- - - “Presentación del libro Bases teóricas y filosóficas de la Bibliotecología de Miguel Angel Rendón Rojas”. En Bibliotecas y Archivos. No. 5, mayo-agosto de 1997. p. 56-61.
 
- - - “Primera investigación fenomenológica sobre la biblioteca”. En Bibliotecas y Archivos. No. 3, septiembre-diciembre de 1996. p. 36-47.
 
- - - “Sistema general de categorías de la Ciencia Bibliotecaria”. En Bibliotecas y Archivos. No, 4, enero-abril de 1997. p. 5-14.
 
- - - - “La teoría de sistemas de Luhmann y la comunicación política”. En Bien común y gobierno. No. 54, mayo de 1999. p. 57-69.
 
Brugger, Walter. Diccionario de filosofía. 11ª ed. Barcelona, Herder, 1988. 734 p. (Biblioteca Herder)
 
Bruun, Geoffrey. La Europa del siglo XIX (1815-1914). México, Fondo de Cultura Económica, 1990. 250 p.  (Breviarios; No. 172).
 
Calasso, Roberto. Las bodas de Cadmo y Harmonía. Barcelona, Anagrama, 1994. 372 p. (Colec. Compactos; 100).
 
- - - Ka. New York, Alfred A. Knopf, 1998. 443 p.
 
- - - - La ruina de Kasch. Barcelona, Anagrama, 1989. 381 p. (Panorama de Narrativas; 155).
 
Capra, Fritjof. El punto crucial: ciencia, sociedad y cultura naciente. Argentina, Troquel, 1992. 514 p.
 
Carnap, Rudolph. La construcción lógica del mundo. México, UNAM, 1988. xx, 407 p. (Colec. Filosofía contemporánea).
 
Clásicos en administración. Compilado por Harwood F. Merril. México, Limusa, 1988. 458 p.
 
Communication and language: networks of thought and action. Illustrated and designed by Hans Erni. Doubleday & Company, 1965. 367 p. (Doubleday Pictorial Library).
 
Corsi, Giancarlo, Elena Esposito y Claudio Baraldi, GLU: Glosario sobre la teoría social de Niklas Luhmann, México, Anthropos, UIA, ITESO, 1996.191 p. (Autores, textos y temas. Ciencias sociales; 9).
 
Clásicos en administración. Compilado por Harwood F. Merril. México, Limusa, 1988. 458 p.
 
Croce, Benedetto. Estética como ciencia de la expresión y lingüística general. Culiacán, Sin, Universidad Autónoma de Sinaloa, 1982. 533 p.
 
Chiavenato, Idalberto. Introducción a la teoría general de la administración. 2ª ed. México. McGraw-Hill, 1989. 687 p.
 
Childe, V. Gordon. Los orígenes de la civilización. México, Fondo de Cultura Económica, 1989. 291 p.
 
Deleuze, Gilles. Foucault. Barcelona, Paidós, 1987. (Paidós Studio; 53) 170 p.
 
- - - - Nietzsche y la filosofía. 5ª ed. Barcelona, Anagrama, 1998. 275 p.  (Colección Argumentos; 17).
 
Descartes, Renato. Discurso del método. Meditaciones metafísicas. 24ª ed. México, Espasa-Calpe, 1991. 148 p. (Colec. Austral; 6).
 
Dilthey, Wilhelm. Introducción a las ciencias del espíritu. México, Fondo de Cultura Económica, 1944. xxv, 426 p.
 
Dussel, Enrique. Ética de la liberación en la edad de la globalización y de la exclusión. Madrid, Trotta, 1998. 661 p. (Colec. Estructuras y Procesos. Serie Filosofía).
 
Easton, David. Esquema para el análisis político. Buenos Aires, Amorrortu, 1999. 186 p.
 
Echauri Martínez, Eustaquio. Vox: diccionario básico latino-español/español-latino. 12ª ed. Barcelona, Bibliograf, 1988. 829 p.
 
Echeverría, Rafael. Ontología del lenguaje. Santiago de Chile, Dolmen, 1994. 408 p.
 
La educación en la era de la informática: qué da resultado y qué no. Compilado por Claudio de Moura Castro. Nueva, York, Banco Interamericano de Desarrollo, 1998. 238 p.
 
Enciclopedia de la filosofía. Barcelona, Garzanti, 1992. 1041 p.
 
Enciclopedia Hispánica [CD-ROM]. México, Encyclopaedia Britannica, 1998.
 
Escamilla González, Gloria. Manual de metodología y técnica bibliográficas. 3ª ed. aum. México, UNAM, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 1988. 161 p. (Instrumenta Bibliografíca).
 
Feyerabend, Paul. La ciencia en una sociedad libre. 2ª México, Siglo Veintiuno, 1988. 261 p. (Teoría).
 
- - - Contra el método: esquema de una teoría anarquista del conocimiento. Barcelona, Planeta, 1993. 185 p. (Obras Maestras del Pensamiento Contemporáneo; 52).
 
Flores, Fernando, Charles Spinosa y Hubert L. Dreyfus. Abrir nuevos mundos: iniciativa empresarial, acción democrática y solidaridad. Santiago de Chile, Taurus, 2000. 334 p.
 
Floresgómez González, Fernando y Gustavo Carvajal Moreno. Nociones de derecho positivo mexicano. 27ª ed. México, Porrúa, 1988. 349 p.
 
Foerster, Heinz von. “Por una nueva epistemología”. En Metapolítica. No. 8, octubre-diciembre de 1998. p. 629-641.
 
Foucault, Michel. La arqueología del saber. 17ª ed. México, Siglo Veintiuno, 355 p. (Teoría)
 
- - - - Hermenéutica del sujeto. Mar de la Plata, Altamira, 1996.125 p.
 
- - - - El orden del discurso. 3ª de. Barcelona, Tusquets, 1987. 64 p.
 
- - - - Las palabras y las cosas. 21ª ed. México, Siglo Veintiuno,1995. 375 p. (Teoría)
 
- - - - “¿Qué es un autor?” En Dialéctica. No. 16, diciembre de 1984. p. 51-82.
 
- - - - Saber y verdad. Madrid, La Piqueta, 1991. 244 p.
 
Fraile, Guillermo y Teófilo Urdánoz. Historia de la Filosofía. Madrid, La Editorial Católica,  1956-1985. 8 v. (Biblioteca de Autores Cristianos).
 
Freud, Sigmund. Introducción al psicoanálisis. Madrid, Alianza, 483 p. (El Libro de Bolsillo. Sección Humanidades; No. 82)
 
Fromm, Erich. Anatomía de la destructividad humana. 3ª ed. México, Siglo Veintiuno, 1977. 507 p. (Psicología y etología).
 
Fullat, Octavi. Filosofías de la educación. 3a ed. Barcelona, CEAC, 1983. 434 p.
 
Freud, Sigmund. Introducción al psicoanálisis. Madrid, Alianza, 483 p. (El Libro de Bolsillo. Sección Humanidades; 82).
 
Gadamer, Hans-George. Verdad y método. Salamanca, Sígueme, 1977. 2 v. (Hermeneia; 7, 34).
 
García Máynez, Eduardo. Introducción al estudio del derecho. 43ª ed. México, Porrúa, 1992. xv, 444 p.
 
Garza Mercado, Ario. Función y forma de la biblioteca universitaria: elementos de planeación administrativa para el diseño arquitectónico. 2ª ed. México, El Colegio de México, 1984. 194 p. (Jornadas; 83)
 
González Cornejo. Hipertexto: utilización en el tratamiento documental de datos “del Micro-Isis al Ize”. Santiago de Chile, Reduc-Cide, 1991. 89 p.
 
Gordon Childe. Los orígenes de la civilización. México, Fondo de Cultura Económica, 1989. 291 p.
 
Greene, Geoffrey. Planificación en materia de población, fuerza de trabajo y demanda por servicios: módulo de capacitación basado en el uso de un microcomputador. Santiago de Chile, Oficina Internacional del Trabajo, 1987. 85 p. (Estudios básicos para capacitación en Población, Recursos Humanos y Planificación del Desarrollo; 3).
 
Guirad, Pierre. La semiología. 21a ed. México, Siglo Veintiuno, 1995. 133 p. (Lingüística).
 
Gurza Lavalle, Adrián. “El programa de investigación de Jürgen Habermas: una lectura reconstructiva”. En Metapolítica. No. 9, enero-marzo de 1998. p. 145-157.
 
Gutiérrez Gómez, Alfredo. “Edgar Morin y las posibilidades del pensamiento complejo”. En Metapolítica. No. 8, octubre-diciembre de 1998. p. 643-659.
 
Habermas, Jürgen. Ciencia y técnica como “ideología”. Mexico, REI, 1996. 181 p. (Serie Universitaria)
 
- - - - Conciencia moral y acción comunicativa. Barcelona, Planeta, 1994. 219 p. (Obras Maestras del Pensamiento Contemporáneo; 77)
 
- - - - El discurso filosófico de la modernidad. Madrid, Taurus, 1989. 462 p.
 
- - - - La lógica de las ciencias sociales. México, REI, 1993. 506 p. (Serie Universitaria).
 
- - - - Pensamiento postmetafísico. México, Taurus, 1990. 280 p. (Taurus Humanidades)
 
- - - - Problemas de legitimación en el capitalismo tardío. Buenos Aires, Amorrortu, 1995. 172 p.
 
- - - - Sobre Nietzsche y otros ensayos. México, REI, 1993. 110 p. (Serie Universitaria).
 
- - -  - Teoría de la acción comunicativa. Buenos Aires, Taurus, 1989. 2 v.
 
- - - - Teoría de la acción comunicativa: complementos y estudios previos. México, REI, 1993. 507 p. (Serie Universitaria).
 
Hampton, David R. Administración. 2ª ed. México, McGraw Hill, 1989. xxx, 791 p.
 
Hegel, George Willhelm Friedrich. Ciencia de la lógica. 2ª ed. Buenos Aires, Solar-Hachette, 1968. 753 p.
 
- - - - Filosofía del derecho. 2ª ed., México, UNAM, 1985. 339 p.
 
Heidegger, Martin. Arte y poesía. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1992. 148 p. (Breviarios; 229).
 
Heidegger, Martín. Conferencias y artículos. Barcelona, Ediciones del Serbal, 1994. 246 p.  (Colección Odós; No. 5).
 
- - - - Conceptos fundametales: curso del semestre de verano, Friburgo, 1941. Madrid, Alianza, 1994.182 p. (Alianza Universidad; 576).
 
- - - De camino al habla. Barcelona, Ediciones del Serbal, 1987. 246 p. (Colección Odós; No. 1).
 
- - - - Introducción a la metafísica. Barcelona, Paidós, 1999, 189 p. (Filosofía).
 
- - - Kant y el problema de la metafísica. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1996. 231 p. (Sección de Obras de Filosofía).
 
- - - La proposición del fundamento. Barcelona, Ediciones del Serbal, 1991. 200 p. (Colección Odós; 3).
 
- - - El ser y el tiempo. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1986. 478 p. (Sección de Obras de Filosofía).
 
Heilbroner, Robert L y Lester C. Thurow. Economía. 7ª ed. México, Prentice Hall, 1987.
 
Hice, G. F., W. S Turner y L. F. Cashwell. System Development Methodology. rev. ed. Amsterdam, North-Holland, 1978. ix, 449 p .
 
Historia Universal Océano. Barcelona, Océano, 1990. 4 v.
 
Horkheimer, Max y Theodor W. Adorno. Dialéctica del iluminismo. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1969. 302 p.
 
Husserl, Edmund. Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1992. 529 p.
 
I Ching: el libro de las mutaciones.Versión del chino al alemán con comentarios, por Richard Wilhelm, prólogos de C. G. Jung, Richard Wilhelm y Hellmut Wilhelm. México, Hermes, 1990. 810 p.
 
Indicators of social change: concepts and measurements. Edited by Eleanor Bernert Sheldon and Wilbert E. Moore. New York, Russel Sage Foundation, 1968. x, 822 p.
 
Jaeger, Werner. Aristóteles: bases para la historia de su desarrollo intelectual. México, Fondo de Cultura Económica, 1992. 556 p. (Sección de Obras de Filosofía)
 
Kant, Immanuel. Crítica de la razón pura. 9ª ed. México, Porrúa, 1996. Liv, 375 p. (Colec. Sepan Cuántos; 203).
 
- - - - Crítica del juicio. 4ª ed. México, Espasa-Calpe, 1997. 406 p. (Colec. Austral; 1620)
 
- - - - Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Crítica de la razón práctica. La paz perpetua. 9ª ed. México, Porrúa, 1996. xxvii,  254 p. (Colec. Sepan Cuántos; 212)
 
Kast, Fremont E. y James E. Rosenzweig. Administración en las organizaciones: enfoque de sistemas y de contingencias. 2ª ed. México, McGraw-Hill, 1988. 738 p.
 
Katz, Daniel y Robert L. Kahn (1989). Psicología social de las organizaciones. 2a ed. México, Trillas, 1989. 547 p.
 
Keller, Albert. Teoría general del conocimiento. Barcelona, Herder, 1988. 214 p. (Curso Fundamental de Filosofía; 2)
 
Kish, Leslie. Muestreo de encuestas. México, Trillas, 1972. 739 p.
 
Kühn, Herbert. El despertar de la humanidad. Buenos Aires, Compañía Editorial Fabril, 1961.  273 p.
 
Lafuente, Ramiro. “La síntesis crítica del conocimiento bibliotecológico: su valor para la Investigación en Bibliotecología”. En Investigación Bibliotecológica: archivonomía, Bibliotecología e información. No. 4, enero-junio de 1998. p. 3-9
 
Litton, Gastón. Del libro y su historia. Buenos Aires, Bowker, 1971. 255 p. (Breviarios del Bibliotecario)
 
Llano, Alejandro. Humanismo cívico. Barcelona, Ariel, 1999. 218 p. (Ariel Filosofía)
 
Lonergan, Bernard. Filosofía de la educación: las conferencias de Cincinnati en 1959 sobre aspectos de la educación. México, UIA, 1998. 410 p.
 
- - - - Insight: estudio sobre la comprensión humana. Salamanca, Sígueme, 1999. 950 p. (Hermeneia; 37)
 
- - - - Method in theology. 2nd ed. New York, N. Y., Herder and Herder, 1973. XII, 405 p.
 
López Yepes, José y Juan Ros García. ¿Qué es documentación?: teoría e historia del concepto en España. Madrid, Síntesis, 1993. 157 p.
 
Luhmann, Niklas. La ciencia de la sociedad. México, Anthropos, UIA, ITESO, 1996. 515 p. (Autores, textos y temas. Ciencias sociales; 10)
 
- - - - Complejidad y modernidad: de la unidad a la diferencia. Valladolid, Trotta, 1998. 257 p.
 
- - - - “El conocimiento como construcción”. En Metapolítica. No. 2, abril-junio de 1997, p. 167-182.
 
- - - - Ilustración sociológica y otros ensayos. Buenos Aires, Sur, 1973, 183 p.
 
- - - - Organización y decisión. Autopoiesis, acción y entendimiento comunicativo. Barcelona, Anthropos, UIA, 1997. 137 p. (Biblioteca A; 27)
 
- - - - Poder. Barcelona, Anthropos, UIA, 1995, xxvii, 177 p. (Biblioteca A; 20)
 
Luhmann, Niklas. Sistemas sociales: lineamientos para una teoría general, 2a ed., Barcelona, Anthropos, UIA, CEJA, 1998. 445 p. (Autores, textos y temas. Ciencias sociales; 15)
 
- - - - Sociología del riesgo. México, UIA, Triana, 1998. 285 p.
 
- - - Teoría política en el Estado de Bienestar. Madrid, Alianza, 1994. 170 p. (Alianza Universidad; 750)
 
- - - Teoría de la sociedad y pedagogía. Barcelona, Paidós, 1996. 158 p. (Paidós Educador; 119)
 
- - - - Teoría de los sistemas sociales. México, UIA, 1998. 191 p. (Colección Teoría Social)
 
Luhmann, Niklas y Raffaele de Giorgi. Teoría de la sociedad. Guadalajara, Jal. UdeG, UIA, ITESO, 1993. 444 p.
 
Luhmann, Niklas y Karl Eberhard Schorr (1993). El sistema educativo: problemas de reflexión. México, U de G, UIA, ITESO, 1993. 400, LXXIX p.
 
Mardones, J. M. y N. Ursúa. Filosofía de las ciencias humanas y sociales: materiales para una fundamentación científica. 5ª ed. México, Fontamara, 1994. 260 p. (Colec. Fontamara; 18)
 
Martínez Rider, Rosa Ma. y Agustín Gutiérrez Chiñas. “Reflexiones sobre los aspectos científicos de la investigación en Biblioteconomía”. En Investigación Bibliotecológica: archivonomía, Bibliotecología e información. No. 3, julio diciembre de 1987. P. 60-62
 
Marx, Karl. El Capital. México, Siglo Veintiuno. 1988. T. I. V. 1. XLI, 381 p. (Biblioteca del Pensamiento Socialista)
 
McCarthy, Thomas (1983). “Cambios en la relación de la teoría con la práctica en la obra de Jürgen Habermas”. En Revista mexicana de sociología. No. 4, octubre-diciembre de 1983. p. 1179-1207.
 
- - - - (1987) La teoría crítica de Jürgen Habermas. 4a ed. Madrid, Tecnos, 1998. 479 p.
 
Méndez M., José Silvestre. Fundamentos de economía. reimp. correg. y aum. México, Nueva Editorial Interamericana, 1983. 319 p.
 
Meyers, William. Los creadores de imagen: poder y persuasión en Madison Avenue. México, Planeta, 1990. 266 p.
 
Millán Puelles, Antonio. Fundamentos de filosofía. 11ª ed. Madrid, Rialp, 1985. 670 p.
 
Millares Carlo, Agustín. Introducción a la historia del libro y de las bibliotecas. México, Fondo de Cultura Económica, 1988. 399 p. (Sección de Lengua y Estudios Literarios)
 
Miller, James (1996). La pasión de Michel Foucault. Barcelona, Andrés Bello, 1996. 644 p.
 
Moorhouse, A.C. Historia del alfabeto. México, Fondo de Cultura Económica, 1982. 307 p. (Breviarios; No. 160)
 
Morin, Edgar. El método: 3 El conocimiento del conocimiento. Madrid, Cátedra, 263 p. (Teorema)
 
Morris, Charles. Fundamentos de la teoría de los signos. Barcelona, Planeta, 1994. 122 p. (Obras maestras del pensamiento contemporáneo; 82)
 
Newton-Smith, W. H. “Popper, science and rationality”. En Karl Popper: philosophy and problems. Edited by Anthony O´Hear. Cambridge. Cambrige University Press, 1995. p. 13-30. (Royal Institute of Philosophy Supplement; 39).
 
Ortega y Gasset, José. Misión del bibliotecario. México, H. Congreso de la Unión, Cámara de Diputados, Comité de Biblioteca e Informática, 1997. 69 p. (Edición Conmemorativa)
 
Pabón S. De Urbina, José M. Vox: diccionario manual griego-español. 17ª ed., reimp. Barcelona, Biblograf, 1989. ix, 711 p.
 
Parsons, Talcott. El sistema social. Madrid, Revista de Occidente, 1959. 569 p.
 
Parsons, Talcott y Edward A. Shils. “Values, motives and systems of action”. En Toward a general thery of action. Talcott Parsons and Edward A. Shils, editors. New Yor, Harper & Row, 1962. p. 45-275.
 
Piaget, Jean. La epistemología genética. Barcelona, A. Redondo, 1970. 137 p.
 
- - - - El estructuralismo. Barcelona, Oilos-Tau, 1974. 166 p.
 
- - - - Introduction à l´épistémologie génétique. Paris, Presses Universitaries de France, 1973. 2 v. (Bibliothèque de Philosophie Contemporaine).
 
- - - - Naturaleza y métodos de la epistemología. Buenos Aires, Proteo, 1970. 134 p. (Biblioteca Universitaria Proteo. Sección I Lógica y conocimiento científico)
 
- - - - Psicología y epistemología. Barcelona, Ariel, 1970. 189 p.
 
- - - Seis estudios de psicología. Barcelona, Planeta, 1993. xi, 225 p. (Obras Maestras del Pensamiento Conteporáneo; 33).
 
Platón. Diálogos. 16ª ed. México. Porrúa, 1976. (Colec. Sepan Cuántos; 13).
 
Polo, Leonardo. Hegel y el posthegelianismo. 2ª ed. correg. Navarra, EUNSA, 1999. 341 p.
 
Popper, Karl R. La lógica de la investigación científica. México, REI, 1991. 451 p.
 
Psicología evolutiva de 1 a 16 años. Arnold Gesell... et al. Barcelona, Paidós, 1984. 1382 p. (Paidós Psicología Evolutiva).
 
Rendón Rojas, Miguel Angel. Bases teóricas y filosóficas de la Bibliotecología. México, UNAM, CUIB, 1997. xi, 132 p. (Monografías; 24).
 
Ritzer, George. Teoría sociológica contemporánea. Madrid, McGraw-Hill, 1993. xvii, 680 p.
 
Romero, José Luis. La Edad Media. México, Fondo de Cultura Económica, 1990. 214 p. (Breviarios; No. 12)
 
Rorty, Richard. La filosofía y el espejo de la naturaleza. Madrid, Cátedra, 1995. 355 p. (Colec. Teorema. Serie Mayor).
 
Ruíz, Alfredo B. “Humberto Maturana y su contribución a las ciencias de la complejidad”. En Metapolítica. No. 8, octubre-diciembre de 1998. p. 691-705.
 
Safranski, Rudiger. Martin Heidegger: un maestro de Alemania. Barcelona, Tusquets, 1997. 543 p. (Colección Andanzas; 311).
 
Sander, Susana. “Elementos histórico-teóricos en el campo de la Bibliotecología y ciencias de la información”. En Investigación Bibliotecológica: archivonomía, Bibliotecología e información. No. 6, enero-junio de 1989. p. 31-37.
 
- - - - “Clasificación: ¿actividad técnica o teórica?” En Investigación Bibliotecológica: archivonomía, Bibliotecología e información. No. 5, julio-diciembre de 1988. p. 43-49.
 
Sartori, Giovanni. Homo videns: la sociedad teledirigida. Madrid, Taurus, 1998 p. 53. (Pensamiento).
 
Saussure, Ferdinand de. Curso de lingüística general. Barcelona, Planeta, 1994. 319 p. (Obras maestras del pensamiento contemporáneo; 44).
 
Schaff, Adam. Historia y verdad: ensayo sobre la objetividad del conocimiento histórico. México, Grijalbo, 1974. 382 p.
 
Schoeck, Helmut. Diccionario de sociología. 3ª ed. Barcelona, Herder, 1981. 760 p.
 
Schramm, Wilbur. Men, messages and media: a look at human communication. New York, Harpert & Row, 1973. 341 p.
 
Searle, John. Actos de habla. Barcelona, Planeta, 1994. 200 p. (Obras Maestras del Pensamiento Contemporáneo; 62).
 
Serrano G., Enrique. Jürgen Habermas y la teoría crítica. En Metapolítica. No. 9, enero-diciembre de 1999. p. 127-143.
 
Serrano, Jorge A. Filosofía de la ciencia. México, Centro de Estudios Educativos, 1980. 287 p.
 
Smithurst, Michael. “Popper and the scepticisms of evolutionary epistemology, or, What were human beings made for?” En Karl Popper: philosophy and problems. Edited by Anthony O´Hear. Cambridge. Cambrige University Press, 1995. p. 207-223. (Royal Institute of Philosophy Supplement; 39).
 
Sorokin, Pitrim A. Social and cultural mobility. New York, N. Y., Free Press of Glencoe, 1964. 645 p.
 
Stoner, James A. F. Y Charles Wankel. Administración. 3ª ed. México, Prentice-Hall Hispanoamericana, 1989. 826 p.
 
Torres Nafarrete, Javier. “Sistema y complejidad: la arquitectura de la teoría de Niklas Luhmann”. En Metapolítica. No. 8, octubre-diciembre de 1998. p. 661-672.
 
Tousley, Rayburn D, Eugene Clark y Fred E. Clark. Principios de mercadotecnia. México, UTEHA, 1997. 1967, xx, 788 p.
 
Verneaux, Roger. Epistemología general o crítica del conocimiento. 8ª ed. Barcelona, Herder, 1989. 248 p. (Curso de Filosofía Tomista; 2).
 
- - - Introducción general y lógica. 6ª ed. Barcelona, Herder, 1989. 182 p. (Curso de Filosofía Tomista; 1).
 
Vico, Giambattista. Principios de una ciencia nueva en torno a la naturaleza común de las naciones. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1987, 303 p. ( Colección Popular; 178).
 
Watts, Alan. El camino del Tao. 5ª ed. Barcelona, Kairós, 1991. 179 p.
 
Weber, Max. Economía y sociedad: esbozo de sociología comprensiva. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1987. xxiv, 1237 p. (Sección de Obras de Sociología).
 
Wheeler, Joseph L. y Herbert Goldhor. Administración práctica de bibliotecas públicas. México, Fondo de Cultura Económica, 1980. 603 p. (Sección de Obras de Economía)
 
Wittgenstein, Ludwig. Observaciones filosóficas. México, UNAM, 1997. xv, 333 p.
 
- - - - Philosophical investigations. 3d ed. New York, N. Y., MacMillan, 1968. 250 p.
 
- - - - Tractatus logico-philosophicus. 2ª ed. Madrid, Alianza, 1997, xxxii, 215 p. (Alianza Universidad; 50)
 
Xifra Heras, Jorge. La información: análisis de una libertad frustrada. Barcelona, Editorial Hispano Europea, 1972. x, 345 p. (Bibloteca de Ciencias Sociales)



[1] Aquí sigo de cerca el recurso propuesto por Aristóteles en Los Tópicos: “En cuanto a las denominaciones múltiples y diversas de las cosas, no es posible limitarse a indicar tan sólo sus diferentes matices, sino que es preciso tratar también de dar su explicación”. I, 15.
[2] En este contexto es útil introducir la distinción entre información e información sistematizada. La segunda introduce un “plus” en términos de conceptualización, de valor agregado, de observaciones, de evocaciones, etc.
[3] Wilbur Schramm. Men, messages, and media: a look at human communication. p. 41.
[4] “Por el momento, digamos que cuando una máquina envía información a otra para lograr, por ejemplo, que reproduzca un sonido o una imagen, o se ejecute una orden, no interesa lo que significa el mensaje enviado. Podemos hablar de una comunicación exitosa siempre y cuando la pantalla de nuestro televisor obtenga una imagen nítica y estable de lo que está sucediendo en el estudio. No nos preguntamos si tiene sentido para el televisor la imagen recibida”. Rafael Echeverría. Ontología del lenguaje. p. 137.
[5] “... el programa de los ordenadores digitales –basado en la combinación de numerosísimas alternativas 1/0- tiene exclusivamente un carácter sintáctico, pero de ninguna manera posee una índole semántica. Es decir, las secuencias que permite un programa –por avanzado que sea- de ordenador digital no comportan contenidos significativos (semántica), sino que sólo combinan secuencias de signos carentes de significado (sintaxis). Esto equivale a advertir que, aunque el ordenador sea capaz de organizar fragmentos de discursos en idioma inglés, no entiende el inglés, o sea, no sabe nada de lo que se dice en inglés”. Alejandro Llano. Humanismo cívico. p. 178.
[6] “... paradójicamente, la quiebra insalvable que separa a los animales de las máquinas computadoras es que los animales tienen cuerpo, mientras que las “máquinas pensantes, no lo tienen. Por lo que sabemos, no se puede dar en este mundo nuestro un pensamiento que no vaya unido de algún modo a un cuerpo viviente, y más concretamente, a un cuerpo animal. Así, pues, no ha lorgar preguntarse en serio si los ordenadores piensan”. Ibid., p. 178. En nuestra terminología, las computadoras, en tanto que carentes de pensamiento, son máquinas triviales, regidas por un esquema determinístico.
[7] “Un animal realmente conoce, cosa que nunca logrará una máquina. Es más, el “lenguaje” de los antropoides revela que alcanzal el plano semántico; que de algún modo conocen aquello a lo que un signo se refiere”. Ibid., p. 180.
[8] “Lo que el hombre posee y al animal le falta es el acceso cognoscitivo... al ámbito del sentido... Más que del alimento material, los humanos vivimos del sentido. Compartimos un logos común, que está en la raíz de toda conversación ciudadana y, por lo tanto, en la base del progreso científico y tecnológico”. Alejandro Llano, Humanismo cívico. p. 181. “Cuando nos ocupamos de la comunicación humana, el asunto del sentido se torna primordial. No podemos abocarnos a ella sin considerar la forma en que las personas entienden lo que se les dice. La forma como hacemos sentido de lo que se dice es constitutiva de la comunicación humana... La noción de transmisión de información sólo opera como una metáfora cuando se usa en la comunicación humana. Sin embargo, es una mala metáfora, que distorsiona el fenómeno que pretende revelar”. Rafael Echeverría. Ontología del lenguaje. p. 137.
[9] “A nuestro juicio, la raíz etimológica de la información, que equivale a dar forma, poner en forma, formar, configurar y, por extensión, representar, presentar o crear una idea o una noción es un punto de partida valioso. Informar es, ciertamente dar forma o un soporte material a una vivencia personal o a una imagen mental del sujeto emisor, pero es algo más que ello. El soporte o forma necesita asociarse a una serie de signos o símbolos convencionales que objetivizan aquella forma para hacerla transmisible. El sujeto activo transforma la imagen mental formalizada (mensaje) en una serie de signos (codificación) que se transmiten para ser descifrados e interpretados  por un sujeto receptor”. Jorge Xifra Heras. p. 26.
[10] Cf. Eustaquio Echauri Martínez. Op. cit. p. 455.
[11] Miguel Ángel Rendón Rojas. Op. cit. p. 99.
[12] “En la interpretación chomskyana, competencia lingüística es el sistema de reglas, interiorizadas por el hablante, que le permiten producir y comprender un número infinito de frases diferentes”. Enciclopedia de la filosofía. p. 165.
[13] “Para desenvolvernos en la vida tenemos necesidad de los conocimientos propios y ajenos. La información de la actualidad se imprime al hombre, en primer lugar, con el fin utilitario de formarse una opinión sobre los acontecimientos y ordenar la vida y la conducta individual y colectiva de acuerdo con ellos; en segundo lugar, para establecer un contacto permanente con los demás hombres, superando todo aislamiento que, por esencia, es antinatural; en tercer lugar, para satisfacer un deseo de recreo o de diversión, especialmente durante el llamado tiempo libre, y, en fin, para mantener la salud de la colectividad, a través de una psicoterapia que ayuda a liberarse de ciertas coacciones y servidumbres sociales”. Jorge Xifra Heras. La información: análisis de una libertad frustrada. p. 278.
[14] W. Bowman Cutter. ”La opinión del sector privado: necesidades y oportunidades”. En La educación en la era de la informática: qué da resultado y qué no. p. 85
[15] Cf. John Daniel y Anne Stevens. “Ejemplos de buenos resultados: el uso de la tecnología de la educación fuera de la escuela”. En La educación en la era de la informática. p. 174.
[16] Cf. Wadi D. Haddad. “Educación para todos en la era de la globalización: el papel de la tecnología de la informática”. En La educación en la era de la informática. p. 23.
[17] Cf. Alexander J. Romiszowski. “Nuevas tecnologías para la formación de recursos humanos: ¿qué da resultado? ¿Qué tiene sentido?” En La educación en la era de la informática. p. 67
[18] Cf. Peter T. Knight. “La vida media del conocimiento y la reforma estructural del sector educación”. En La educación en la era de la informática. p. 55 ss.
[19] Cf. Niklas Luhmann y Raffaele de Georgi. Teoría de la sociedad. Op. cit., p. 179 ss.
[20] En este sentido, Steve Jobbs afirma que “Para tener éxito con la introducción de computadoras, no se pueden dejar intactos los programas de estudios y la jornada escolar”. “Enseñanzas de Apple Computer: los niños no puede esperar”. En La educación en la era de la informática. p. 94.
[21] Cf. Linda M. Harasim. “La internet y las intranets para la formación teórica y práctica: marco de acción para América Latina y el Caribe” en La educación en la era de la informática. p. 194.
[22] Cf. Clifford Block. “Los medios masivos de comunicación al servicio de la educación en América Latina”. En La educación en la era de la informática. p. 158.
[23] Cf. Steve Jobbs. “Enseñanzas de Apple Computer”. En La educación en la era de la informática. p. 94.
[24] “Cuando las controversias sobre la verdad de los enunciados se tornan pertinaces puede recurrirse al discurso teórico como forma de proseguir, con otros medios, la acción orientada al entendimiento. Cuando este examen discursivo pierde su carácter ad hoc y el saber empírico es cuestionado de forma sistemática; cuando los procesos de aprendizaje, inicialmente irreflexivos, se hacen pasar por las esclusas de las argumentaciones, se producen efectos acumulativos. Este saber queda acumulado en forma de teorías. Jürgen Habermas. Teoría de la acción comunicativa. V. 1. p. 427.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario