domingo, 23 de febrero de 2014

Elementos para una teoría bibliotecaria: cuarta parte


ELEMENTOS PARA UNA TEORÍA BIBLIOTECARIA

 

Por Javier Brown César

 

CUARTA PARTE: SISTEMAS DE GESTIÓN DOCUMENTAL


 

Después de nuestra excursión por la evolución de la sociedad, los elementos para una teoría de la documentación y las reflexiones sobre la posibilidad de una Ciencia Bibliotecaria[1], estamos ya ante la posibilidad de retomar el tema de los Sistemas de Gestión Documental. Los sistemas de gestión documental (SGD) son sistemas autopoiéticos y autorreferenciales que se constituyen gracias a la posición de diferencias con su entorno. Estos sistemas son propiamente logros evolutivos gracias a los cuales se construyen subsistemas de documentos, mediante las operaciones de integración y representación, y se ponen documentos del sistema “a la mano” de un usuario gracias a la operación de disposición. Estos sistemas se caracterizan por poseer elementos de gestión, que permiten la conservación del sistema y elementos de facilitación que posibilitan la interacción con un usuario y porque la forma típica como se produce el acoplamiento estructural con el entorno es a través de documentos. La diferencia entre documentología y Ciencia Bibliotecaria se comprende mejor cuando se parte del punto de vista de los SGD: el documento es el elemento a partir del cual se dan el mayor número de “interacciones” e “intercambios” entre el SGD y su entorno; además, todos los SGD constituyen sistemas de documentos.
 
Siendo el documento un elemento común a la documentología y a la Ciencia Bibliotecaria, la diferencia respecto a el estudio del documento en los SGD bajo la relación sistema/entorno (sistema/usuarios) es la que aclara cómo la Ciencia Bibliotecaria constituye un dominio autónomo, que si bien asume los presupuestos de la documentología para la aclaración del concepto de documento y para sus implicaciones pragmáticas, estudia al documento no en sí mismo, sino en su integración y representación en sistemas de gestión documental y en su puesta a disposición de los usuarios de los mismos.
 
El entorno del sistema de gestión documental es complejo en grado extremo, por lo que la conservación del sistema depende de la propia autopoiesis, que reproduce sus elementos y le permite mantener la diferencia con el entorno. La relación entre los sistemas de gestión documental y su entorno puede caracterizarse como asimétrica, en el sentido de que el entorno siempre es más complejo que el sistema; por ello, esta asimetría es la que precisamente “motiva” al sistema a posicionar la diferencia, manteniendo su clausura operacional autopoiética. También debido a esta asimetría, el sistema se ve compelido a la selectividad en la realización de todas sus operaciones. Necesariamente se deben seleccionar los documentos que integrarán el sistema de documentación, ya que no es posible integrar todos los que se producen; se deben seleccionar tanto los elementos a representar como sus posibles relaciones; se deben seleccionar, finalmente, los documentos de los que el usuario dispondrá.
 
En el entorno de los sistemas de gestión documental hay que diferenciar claramente entre los sistemas que hay en el entorno y el entorno mismo. Dada la complejidad del entorno de los sistemas de gestión documental resulta imposible describir todos los sistemas y subsistemas que lo conforman, por eso me limitaré a señalar los más significativos para el sistema.
 
Bajo los supuestos de la teoría de sistemas de Luhmann, los sistemas no son representables gráficamente, ni se caracterizan por ocupar un espacio determinado, porque entonces, ¿dónde está por ejemplo el mercado, en tanto que lugar de concurrencia entre oferentes y demandantes de bienes y servicios cuando la transacción se realiza vía Internet? Es por esta razones que para caracterizar el “lugar” que los Sistemas de Gestión Documental “ocupan” en las sociedades funcionalmente diferenciadas debemos analizar brevemente la lógica de cada uno de los sistemas fundamentales: la economía, la política, la educación, el derecho, la administración (organizaciones) y la ciencia. El siguiente cuadro resume esta caracterización de los sistemas funcionales:
 
SISTEMA
FUNCIÓN
CÓDIGO
MCSG
Política
Decisiones colectivamente vinculantes
Gobierno/oposición
Poder
Derecho
Producción de legalidad
Legal/ilegal
Poder
Economía
Reproducción de la capacidad de pago
Pagar/no pagar
Dinero
Educación
Selección social
Mejor/Peor
- - - -
Ciencia
Producción de verdad
Verdadero/No verdadero
Verdad
Administración
Decisiones recurrentes
Superiores/inferiores
Poder
Gestión documental
Conformación de sistemas de documentos
Integrar/no integrar
- - - -
 
La complejidad de las sociedades contemporáneas no queda claramente reflejada con esta consideración a los sistemas, sus funciones, códigos y medios de comunicación simbólicamente generalizados (MCSG). Los diferentes sistemas autopoiéticos trabajan también a tiempos desiguales, obedecen a distintas lógicas, a diversas racionalidades, las cuales dependen tanto de las operaciones propias, como de su código binario y las posibilidades de recurrir a algún medio de comunicación simbólicamente generalizado. Estos tiempos diversos se pueden caracterizar de la siguiente manera:
 
a. El sistema político obedece sobre todo a tiempos y coyunturas electorales. Es un sistema que se mueve con base en las “preferencias volátiles” de un público elector. Adicionalmente, el sistema político hace suyos riesgos de diversos sistemas con fines diversos, como por ejemplo: para procesarlos como banderas políticas o como ingredientes de discursos impregnados de retórica o como propuestas o promesas de gobierno, etc. Ante señales evidentes de inconformidad social, el sistema político suele traducir las problemáticas sociales de base en factores de riesgo para el sistema, expresándolos en términos de políticas públicas que generan bienes y servicios.
 
b. El sistema del derecho obedece a la producción de legalidad. Sus tiempos obedecen a dos lógicas diversas: la interacción regulada al interior de los órganos legislativos y la lógica jurídica de los procedimientos judiciales y de las resoluciones de las cortes. Los tiempos del sistema del derecho son estrictamente jurídicos y obedecen a la lógica de la producción e impartición del derecho. Así por ejemplo, si para tomar una decisión en términos de organización bibliotecaria media antes una controversia constitucional entre gobierno y particulares, la decisión no se podrá tomar sino hasta que la Suprema Corte dé su fallo. Y aun más extremo todavía, es que ninguna medida de trascendencia puede tomarse en otros sistemas, si no existen instancias legales que así lo contemplen.
 
c. El sistema económico se encuentra supeditado a la capacidad de pago recurrente, obedece a la lógica del mercado, y el mercado al juego de la oferta y la demanda. Los mercados mundiales contemporáneos no son tanto lugares geográficos como ámbitos de concurrencia de oferentes y demandantes, los cuales idealmente fijan un precio de equilibrio para los productos, bienes y servicios. Si bien la economía se nos aparece como un sistema vital debido a su capacidad de aportar capacidad de pago a otros sistemas, no tiene la prioridad sistémica absoluta, no es la base de la vida espiritual de un pueblo, como afirma el marxismo.
 
d. El sistema educativo obedece sobre todo a la lógica de los ciclos y niveles escolares. Su dinámica temporal se ajusta a los calendarios didácticos y lo que el calendario implica: preparación previa de sesiones de clase, vacaciones y “puentes”, aplicación de exámenes, cortes intersemestrales y finales, dosificación de horas teóricas y horas prácticas, sesiones en el aula o fuera de ella, visitas guiadas, recreos, sanciones disciplinarias, tiempo requerido para realizar las tareas, etc. Esta dinámica temporal se puede desglosar analíticamente en tres dinámicas: la del salón de clases (y sus interacciones), la de la administración escolar y la del sistema educativo como un todo.
 
e. El sistema científico está sujeto a los tiempos requeridos para la producción de verdad. Sus tiempos son por lo general lentos, se requiere tiempo para la construcción de hipótesis y diseños experimentales; para el control de observaciones, el acopio de datos y la verificación de hipótesis; para la construcción de teorías y el diseño metodológico, etc. El sistema político puede presionar para la producción de verdad, pero el riesgo latente es el de hacer de la ciencia un aparato ideológico del Estado; el sistema administrativo puede presionar para la producción de verdad, pero el riesgo inherente es que por la aceleración de los tiempos científicos se den al sistema administrativo supuestos y modelos no debidamente probados; el sistema económico puede presionar para la producción de verdad, pero entonces el logro tecnológico estará sujeto a “fallas mecánicas.
 
f. El sistema administrativo está sujeto a las lógicas de la membresía y de la decisión. Podemos hablar también de sistemas bibliotecarios cuya organización se encuentra muy politizada, medianamente politizada o despolitizada. Un sistema bibliotecario politizado se encontrará sujeto a decisiones de corte eminentemente político, orientadas a satisfacer a un público elector voluble con medidas políticas que en muchas ocasiones no han probado su efectividad en la práctica, aunque sí su impacto en el medio de la opinión pública. En el otro extremo, un sistema bibliotecario despolitizado tendrá una casi total independencia respecto a las coyunturas y tiempos electorales de la política, por lo que las decisiones concernientes a cuestiones administrativas pueden tomarse más a la luz de lo que se ha probado que “funciona mejor” que a la luz de lo que se ha probado que es más popular. Pero, aun sin tomar en cuenta la variable de la interferencia sistémica de la política en la administración bibliotecaria debe considerarse que los tiempos administrativos se dosifican jerárquicamente: siguen (por lo menos al nivel de la comunicación formal) los canales de autoridad lineal de la organización y fluyen de acuerdo a la dinámica de dichos canales. Los tiempos burocráticos en muchas ocasiones están también fuertemente condicionados por el papeleo y los trámites, por actividades rutinarias y por el tedio de sujetos no necesariamente adscritos al sistema por su particular vocación de servicio. Sin duda alguna, sigue siendo un problema teórico si la mejor forma de organizar grandes conglomerados humanos es a través del modelo burocrático de Max Weber o si existe un modelo de organización alternativo.
 
g) Los sistemas de gestión documental. Los sistemas de gestión documental se encuentran siempre ante dilemas urgentes en cada una de sus funciones: por el lado de la integración, los SGD deben decidir qué documentos integrar y qué documentos no integrar al subsistema de documentos, se ven compelidos a la selección de entre un universo de documentos sumamente abundante; por el lado de la representación, los SGD deben decidir qué elementos de los documentos deben representarse para los usuarios y en qué orden; por el lado de la disposición los SGD deben decidir qué documentos de la colección se ponen a disposición de qué usuarios. Independientemente de estas coacciones que se imponen a los SGD, éstos se definen por una particular presencialidad en las sociedades contemporáneas: los sistemas que hemos analizado suelen desarrollar o por lo menos requerir de los servicios de SGD. El sistema político por ejemplo, documenta sus decisiones; el sistema económico, requiere de acervos de series históricas; el sistema educativo, casi no puede existir en nuestros días sin bibliotecas escolares y sin libros de texto, etc. De ahí que los SGD sean estructuras organizativas que es deseable promover en las sociedades contemporáneas ante la proliferación de documentos e informaciones. Debido a la importancia de los SGD, dedicaremos el próximo apartado a analizar algunos aspectos de su administración.   
 
EXCURSO: LA INTERACCIÓN ENTRE SISTEMAS DE GESTIÓN DOCUMENTAL Y SISTEMA ECONÓMICO COMO CASO PARADIGMÁTICO DE RELACIONES INTERSISTÉMICAS[2]
 
En la actualidad, el sistema de economía de mercado parece prevalecer en casi todo el mundo, a la vez que hay un consenso casi unánime sobre su efectividad para orientar la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. Mientras que el modelo de economía de mercado se afianza, las ideas de la interdependencia económica de las naciones, el intercambio comercial creciente, la apertura de fronteras, el libre tránsito de trabajadores, la unificación del sistema monetario y de la moneda y la posibilidad de invertir en los mercados bursátiles de todo el mundo, afectan el entorno en el que “se mueven” los documentos[3]. Quizá más que en ninguna otra época el documento es algo público, muy utilizado casi por todos.
 
El uso del documento se ha generalizado, pero también con su uso, su intercambio. Esto hace entrar a los documentos al mecanismo de mercado[4], el cual es básicamente un ámbito de concurrencia entre personas que necesitan un producto (demandantes[5]) y personas que lo tienen y lo ofrecen (oferentes[6]), con el fin de realizar un cambio. Para realizar el cambio el medio más utilizado actualmente es el dinero. Los documentos entran así a los mercados como mercancías[7]. Esto no significa que el documento sea sólo una mercancía sino más bien, que desde el punto de vista económico, y en tanto que se incorpora al mercado constituye una mercancía (así como desde el punto de vista de la cultura constituye un bien cultural). Estos diferentes enfoques del documento no se excluyen, sino que se hallan todos entrelazados y nos hablan, por sí mismos, de la enorme complejidad que está inmersa en el documento.
 
En tanto que mercancías, los documentos pueden entrar a diferentes tipos de mercados: mercados de libros, de discos, de casetes, de libros usados, de libros nuevos, mercado negro de libros prohibidos o de literatura gris, Cuando un documento ingresa al mercado se le puede fijar un precio, el cual es idealmente la expresión monetaria de su valor intrínseco, aunque no necesariamente lo represente siempre.
 
1. Teoría del valor del documento. Como mercancía, el documento tiene un valor. Diversas teorías económicas explican el origen del valor (económico) de un bien. La teoría marxista considera que el valor de una mercancía se mide por el tiempo de trabajo socialmente necesario[8], mientras que las teorías subjetivas consideran que el valor de una mercancía está dado por su capacidad para satisfacer necesidades humanas de acuerdo a su relativa abundancia o escasez[9]. La cuestión central sobre la que tratan estas teorías es qué es lo que hace valioso a un documento, en tanto que mercancía, sea la cantidad de trabajo socialmente necesario que lleva incorporado, sea su capacidad para satisfacer necesidades y su relativa abundancia o escasez.
 
Lo que hace valioso a un documento parecer ser, ante todo, su contenido, porque éste es el que puede satisfacer necesidades humanas. Gracias a la comprensión del contenido del documento podemos conocer algo que no conocíamos, hacer una tarea escolar, redactar una carta, escribir un libro, etc. Por lo general, los documentos son valiosos por su contenido, a este tipo de valor se le puede llamar valor intrínseco del documento, pero existen además documentos valiosos por el medio físico que les sirve de soporte, por su materia, a esto se le puede llamar valor extrínseco del documento; si bien el valor intrínseco del documento se deriva de su contenido, el valor extrínseco se deriva de algo que soporta al documento, o sea, hay documentos que son valiosos no tanto porque contengan la Biblia sino más bien porque  esa Biblia está encuadernada en piel e ilustrada a mano o también porque se trate de un ejemplar antiguo o raro.
 
El valor del documento no sólo es el que se expresa cuando se compra en el mercado, en el mercado se le asigna sólo un precio que depende por ejemplo de la oferta de otros ejemplares similares (si esta oferta es escasa el valor tenderá a incrementarse, aunque ciertamente, para que se incremente la oferta, se requiere de usuarios potenciales, o sea, de demanda). El valor del documento está ahí, presente, latente o en potencia, aunque no se intercambie por otros o aunque no se utilice. En este estado, el documento duerme. Este documento “dormido”, cuando está en los sistemas de gestión disponible para los usuarios, tiene un valor adicional que no tiene cuando es el documento que está en mi casa y que no viene de ningún sistema de gestión ni ha sido representado y puesto a disposición de un usuario.
 
Este valor adicional puede denominarse valor agregado. El valor agregado al documento consiste en que al texto original se le ha dado un plus, un más en algún sentido[10]. Este más puede ser, por ejemplo, agregado por el editor en términos de índices, tablas de contenido, glosarios, notas, etc. Los sistemas de gestión producen valor agregado a través de la representación que se hace del documento, del medio de acceso donde se encuentra representado, de la signatura topográfica que lo marca, adscribiéndolo a la vez a un lugar, así como de los sellos y alarmas que son los signos puestos ahí por su propietario.
 
2. Teoría general de la producción, distribución y consumo del documento. Como ya vimos anteriormente, el documento no es algo natural, por lo que resulta de un proceso de transformación de la naturaleza. Producir el documento no es crearlo a partir de la nada sino que consiste en transformar un conjunto de medios naturales con el fin de darle vida al documento. La producción del documento de biblioteca es, como ya vimos, relativamente masiva e ilimitada. Producir el documento implica decidir sobre el formato en el que ha de presentarse. La forma es definida previamente a la producción física e involucra por lo general una decisión del editor, que puede tomar en conjunción con el autor o de manera independiente, aunque casi siempre con el visto bueno del autor.
 
La distribución del documento se realiza a partir de unidades administrativas que tienen la función de hacer llegar los documentos a los usuarios a través de los mecanismos tradicionales del mercado. Para realizar la distribución se cuenta por lo general con redes o canales de distribución. En la actualidad, la tecnología de Internet permite la existencia de lugares donde se distribuyen diversos tipos de documentos. Aún más, la oferta de documentos en Internet es sumamente variada. Algunos documentos que se proporcionan de manera gratuita, por lo general contienen información de interés público y se ha contemplado su distribución masiva, pero existen también lugares donde se puede acceder a un mecanismo de mercado que pone a disposición del usuario diversos tipos de documentos: discos compactos, libros, revistas especializadas, fotografías y archivos fotográficos, archivos de sonido, etc. 
 
La forma específica como se “consume” el documento, difiere de la forma como se consumen otras mercancías. El documento se “consume” cuando se conoce o cuando se asimila cognoscitivamente, esto lo hace diferente de mercancías que se consumen cuando se asimilan con fines de alimentación o de mercancías que se consumen mediante su uso. Así, apropiarme el documento consiste, ante todo, en conocer su contenido. En este acto de apropiación cognoscitiva el documento sólo se desgasta con su manipulación, no con su conocimiento y porque el documento se gasta con su uso, surge la necesidad de un proceso de conservación-restauración, que permita que el documento mantenga su integridad física, a pesar de su manipulación constante.
 
El valor del documento se realiza mediante su uso[11]. Al usar el documento lo hago mío, en cierta manera me lo apropio. Esta forma particular de apropiarse el documento es distinta, por ejemplo, de la que se da respecto a otras mercancías como automóviles o inclusive respecto del alimento. La apropiación del documento puede ser denominada cognoscitiva, porque se realiza a través de una facultad de conocimiento
 
El documento, en tanto que mercancía o bien intercambiable por otro bien[12], forma parte de un mercado, esto implica además de lo ya visto, el que resulte atractivo a determinados tipos de demandantes o clientes (los usuarios de documentos). Gracias a esto, se puede decir que el mercado de documentos es relativamente homogéneo y a su vez se compone de una serie de submercados, que se diversifican de acuerdo al tipo de documento ofrecido, lo que implica también que el usuario varía y que cada submercado tiene un grupo de demandantes más o menos constante (las fluctuaciones en la oferta y la demanda son explicadas por las curvas de oferta y demanda).
 
Los usuarios pueden ubicarse en grupos de acuerdo a sus valores personales, a sus estilos de vida, a sus hábitos de consumo, a su nivel académico y preferencias culturales, a sus preferencias por cierto tipo de documentos, formatos o temas. Estos grupos homogéneos, suelen ser los mercados meta, de acuerdo a la perspectiva de la mercadotecnia. 
 
En el mercado de documentos, como en los restantes mercados se dan los fenómenos típicos de la oferta y la demanda, así como sus leyes relativas[13]. Los mercados de documentos son “lugares” a los que concurren diferentes tipos de personas, las cuales pueden clasificarse en dos grupos principales: los que van ahí en busca de alguna mercancía o de algún servicio personal, o los que están ahí ofreciendo sus mercancías o sus servicios. A los primeros se les llaman demandantes, a los segundos, oferentes. Según la teoría económica, el precio de un producto se fija por la concurrencia de oferentes y demandantes[14] y se ve afectado básicamente por los siguientes factores: del lado de la oferta, el costo de producción de la mercancía, el nivel tecnológico de la sociedad en que se produce la mercancía en relación con otros países, el precio de la mercancía en los mercados, su relativa abundancia o escasez, etc.[15]; del lado de la demanda, por la capacidad de compra del consumidor en relación al precio de la mercancía, por los ingresos y gastos del consumidor, y por los precios de productos que pueden funcionar como complementos o sucedáneos[16]. Como mercancía, los documentos son comprados y vendidos en mercados de acuerdo a un precio[17] que puede ser considerado “justo”.
 
Pero los mercados de documentos, como los restantes mercados, no son espacios cerrados, sino que se ven afectados por factores externos. Uno de los factores más comunes es la crisis económica. Las crisis suelen afectar no sólo la demanda, sino también a la oferta de determinadas mercancías. Uno de los efectos más comunes de la crisis es la inflación, la cual se expresa en un aumento en el precio de las mercancías. La inflación, como la devaluación, afectan al valor del dinero, disminuyéndolo, de tal manera que después de una devaluación o de un aumento en el índice de precios (inflación), se pueden comprar menos documentos con el mismo dinero o los mismos documentos que antes se compraban, pero ahora con más dinero.
 
3. Aspectos macroeconómicos. Pero los documentos no sólo circulan al interior de pequeños mercados. Si no que se integran a un ámbito más amplio que el del mercado: la economía nacional. La producción, importación, exportación, distribución y consumo de documentos forma parte de una economía estatal. El Gobierno es ciertamente uno de los llamados sectores económicos[18], pero no sólo eso, sino que también ha tomado en sus manos la función de regular la actuación de los demás sectores económicos. En tanto que sector económico, el Estado puede generar bienes y servicios para la población[19], así como entrar a los diferentes mercados y ser inclusive empresario y empleador.
 
Pero en tanto regulador de los agentes económicos, el Estado se encarga de controlar algunos precios, otorgar subsidios y estímulos y exenciones fiscales, poner y quitar aranceles para la importación y exportación de bienes y servicios, etc. Así, los mercados de documentos y los sistemas de gestión documental se ubican dentro de un amplio sistema de economía nacional que puede poner restricciones o quitar barreras a su producción o desarrollo. La forma como el Estado regula a los agentes económicos se realiza a través de un conjunto de funciones que le corresponden emprender a órganos o instituciones estatales. Dentro del ámbito de la economía, estas funciones son fundamentalmente: la recaudación de impuestos (Secretaría de Hacienda y Crédito Público), la regulación del comercio nacional e internacional (Secretaría de Comercio), la regulación del tipo de cambio, la impresión de moneda, y el control de la moneda y del crédito (Banco de México). Se pueden poner muchos ejemplos de cómo la política puede afectar a la producción, distribución y consumo de documentos o al desarrollo de los sistemas de gestión documental.
 
Pongamos un ejemplo sencillo: a fines de 1994 se da un hecho económico que afecta de manera notable la economía mexicana. Este hecho se conoce como el “error de diciembre” el cual es provocado, principalmente, por problemas (déficit) en la cuenta corriente de la balanza comercial y por el pronto vencimiento de bonos gubernamentales. Como resultado de este grave problema económico, México entra en un periodo de crisis[20], que tiene un impacto inmediato en la producción, distribución y consumo de documentos y en el desarrollo de los sistemas de gestión. Señalaré sólo uno de los efectos de la crisis en un tipo de unidad de gestión documental: las bibliotecas especializadas que apoyan trabajos de investigación sobre ciencias exactas. Como resultado de la crisis, el peso se devalúa (o sea, pierde valor) frente al dólar; el efecto será doble en nuestro ejemplo: afectará a la unidad de gestión, ya que algunos de los documentos (como publicaciones periódicas especializadas) pueden provenir del extranjero y entonces ahora su precio se incrementa con la devaluación, lo que puede llevar a que se dejen de comprar en la biblioteca; y por otro lado, al subir su precio, quizá las publicaciones periódicas especializadas se importen en menor cantidad y entonces circulen de manera más restringida en los medios académicos.
 
Cuando los sistemas de gestión documental son considerados como organizaciones prioritarias al servicio de la educación, la ciencia y la tecnología, la tradición y la historia, la cultura y la promoción de la lectoescritura, se les da el peso de organizaciones estatales. Así se conforman los sistemas bibliotecarios y archivísticos nacionales. Las bibliotecas y archivos se hacen así objeto de las políticas públicas.
 
En la actualidad, los sistemas bibliotecarios son sostenidos tanto por los gobiernos como por algunos particulares (fundaciones, escuelas, centros de investigación, etc.) Las fuentes de financiamiento pueden dividirse, de acuerdo a su origen en: internas (nacionales) y externas (internacionales), y pueden ser caracterizadas de la siguiente manera:
 
A. Fuentes internas. La principal fuente de financiamiento son los impuestos pagados por la ciudadanía como contribuciones al erario público. Los impuestos pueden dividirse en: directos (v. gr. impuestos sobre la renta y sobre el producto del trabajo) e indirectos (v. gr. impuesto al valor agregado y al consumo en general). El instrumento normativo donde se establece la base de la recaudación es tradicionalmente una Ley de ingresos, que se acompaña por una Miscelánea Fiscal anual; por otro lado, el instrumento normativo que dice en qué gastar los impuestos recolectados (junto con otros ingresos) es el Presupuesto de Egresos. En teoría se supone que es deseable el equilibrio entre ingresos y egresos en el ámbito de la administración pública: el superávit puede traducirse en inflación y el déficit en decrecimiento de la economía.
 
A la fuente principal de financiamiento por vía impositiva hay que agregar los recursos que provienen de la banca comercial y de desarrollo en términos de préstamos para proyectos y obras públicas, así como recursos que provienen de convenios de cooperación entre el sector público y el sector privado, y que se pueden expresar en  donativos realizados para obras de interés comunitario. Otros recursos internos pueden provenir de cobrar los costos de recuperación de servicios públicos no totalmente subsidiados o de colocar bonos gubernamentales (instrumentos de deuda o incluso acciones de empresas públicas) en el mercado de valores (en la Bolsa de Valores).
 
B. Fuentes externas. Como la capacidad de recaudación de un estado vía impuestos es ante todo interna, los recursos que se captan de manera externa tienen su fuente privilegiada en los bancos y organismos financieros internacionales (como el Banco Mundial, el BID y el FMI). También, pueden considerarse recursos privados provenientes de empresas transnacionales que exentan impuestos mediante donativos en dinero. Finalmente, los aranceles (impuestos a las importaciones), así como los impuestos al turismo y a los migrantes son otra fuente de financiamiento internacional, aunque quizá la que menos peso puede llegar a tener.
 
Como parte de la política estatal, los sistemas de gestión documental quedan así sujetos de políticas públicas, las cuales conforman un amplio sistema. Podemos clasificar las políticas públicas, de acuerdo a su marco de aplicación, en políticas internas y externas. A su vez, cada una de ellas puede clasificarse de acuerdo a la siguiente tipología:
 
A. Políticas internas.
 
A. 1. Políticas sociales. Educación, bibliotecas y archivos, seguridad pública (incluye policía y administración e impartición de justicia), seguridad social y salud sanidad públicas, vivienda, deportes y esparcimiento, políticas de género, política ambiental (control de la contaminación).
 
A. 2. Política infraestructural: investigación y desarrollo, agua potable y electricidad, parques y jardines públicos, cementerios públicos, edificios públicos y planificación del desarrollo urbano, ordenamiento urbano, gas y alcantarillado, vías de comunicación, telefonía y telegrafía, política ecológica y planeación de uso de suelo en territorio nacional (reservas ecológicas, parques nacionales, áreas arqueológicas y áreas protegidas) y a nivel local.
 
A. 3. Política económica sectorial: sector primario (industria agropecuaria, industria silvícola, industria pesquera), sector secundario (petróleo y extracción de materiales radioactivos, minería, política energética), sector terciario (política bancaria, política crediticia, política comercial interna).
 
A. 4. Política macroeconómica: política fiscal (impuestos), política comercial externa y política monetaria (tipo de cambio, inflación y tasas de interés).
 
A. 5. Política cultural: monumentos y zonas arqueológicas, usos y tradiciones, culturas y arte popular, archivos y bibliotecas.
 
Como puede observarse, las bibliotecas y los archivos se vinculan tanto con la política educativa como con la política cultural. No obstante, también se relacionan con la política económica, ya que apoyan las actividades de investigación y desarrollo y de memoria institucional de los sectores económicos. 
 
Y más aún todavía, las políticas públicas se plasman necesariamente en documentos, como por ejemplo en:
 
 Documentos normativos, como leyes, acuerdos, edictos, ejecutorías, ordenanzas o decretos. En este caso, se supone que las políticas públicas ahí plasmadas causen ciertas acciones o desmotiven otras. Aquí se da un poder normativo que coacciona para el cumplimiento del documento, dándose diferentes niveles de sanción: para las leyes y otros documentos jurídicos sanciones penales o civiles, para los decretos del Poder Ejecutivo sanciones administrativas.
 
Documentos para la planeación, como planes y programas, proyectos, procedimientos, políticas, presupuestos, reglamentos, controles y normas (de calidad, por ejemplo). En este caso, estamos ante documentos que implican una cierta organización, tradicionalmente a la burocracia estatal o administración pública. Los documentos expresan también acciones deseables y no deseables y sanciones diversas que pueden llegar a la suspensión del servicio o a sanciones penales (en el caso, por ejemplo, del desvío de fondos comprobado mediante documentos para la planeación –presupuestos- y .documentos de control (de almacenes, control contable, por ejemplo). La característica de los documentos para la planeación es que tienen valor normativo dentro de la organización en la que se aplican, por lo que la concurrencia de otros actores que provengan de fuera de la organización está condicionada a convenios de cooperación o a contratación temporal de expertos, por ejemplo.
 
Otros documentos oficiales. A los documentos abordados en el punto anterior, cabe agregar otros tipos de documentos “oficiales”, como: discursos, informes, participaciones en foros y eventos, presentaciones y salutaciones, mensajes a la Nación, etc.. Estos diversos mensajes plasmados en documentos, suelen tener un fondo retórico en un doble sentido: un hábil manejo de la información transmitida y una escenografía compleja (vestuario, maquillaje, locaciones, foros, mobiliario, etc.). Muchos documentos suelen originarse en la necesidad del gobierno de dirigirse a determinadas audiencias con fines de legitimación o simplemente dirigirse en general y de manera ambigua a “toda la Nación”.  A los documentos para la planeación, pueden sumarse los instrumentos de control público como las Cuentas de la Hacienda Pública. 
 
Por último diremos que, como toda organización, los sistemas de gestión documental tienen ante sí el enorme reto de hacer frente a las crisis y a la escasez de recursos. La administración de la escasez se convierte así en un problema de administración presupuestal, lo mismo que cuando se da la abundancia, por paradójico que esto pueda resultar.
 
1. ADMINISTRACIÓN DE SISTEMAS DE GESTIÓN DOCUMENTAL
 
La enorme complejidad del entorno compele a los SGD a la selectividad[21]. El mantenimiento de la autopoiesis del sistema a partir de los límites y la reproducción de estructuras es la única posibilidad de mantener una relativa invariabilidad en sus límites[22] y en sus elementos, con respecto de la contingencia del entorno. El tema de la necesidad y la contingencia se expresa aquí no al nivel de un dilema entre reino de la libertad y reino de la necesidad[23], sino como diferencia entre sistema y entorno: el sistema se encuentra compelido a la selectividad, y esto es algo necesario[24]; mientras, el entorno se presenta como (altamente) contingente: su contingencia no sólo obedece a la complejidad de los otros sistemas en el entorno, sino además a que el entorno está conformado por personas[25].
 
Pero la complejidad del entorno no sólo obliga a la selectividad, sino que hace que los procesos que se dan en los sistemas de gestión documental sean eventos altamente improbables. Tres improbabilidades se dan al interior de los sistemas de gestión documental:
 
1. La improbabilidad de constituir un sistema de documentos, que además sean relevantes, pertinentes y oportunos para un posible usuario.
2. La improbabilidad de que un documento sea identificado con toda claridad, de tal manera que se pueda distinguir de otros documentos.
3. La improbabilidad de que el documento adecuado llegue al usuario en el momento adecuado, causando así una cadena de eventos.
 
El conjunto de procedimientos y programas que tienden a hacer probables estas improbabilidades se puede denominar gestión. Ahora bien, el grado de improbabilidad puede variar de un sistema de gestión documental a otro, sobre todo, en función del proceso de diferenciación de la sociedad[26]. Un ejemplo de diferencia entre SGD respecto a la primera improbabilidad, es la que se da entre bibliotecas nacionales y bibliotecas especializadas: la primera selecciona todo aquello que se produce en un país y sobre un país, la segunda selecciona sólo aquello que se produce sobre un tema; la restricción selectiva es más grande en la biblioteca especializada que en la pública. Un ejemplo de diferencia entre SGD respecto a la segunda improbabilidad se da entre un primer y un tercer nivel de catalogación: en el primero, los datos proporcionados son “mínimos”, en el tercero “máximos”. Finalmente, un ejemplo del tercer tipo de improbabilidad se da entre las bibliotecas actuales y las bibliotecas monásticas; en este ejemplo media entre ambas un proceso evolutivo de diferenciación de la sociedad: el paso de una sociedad diferenciada sobre la base centro/periferia, estratificada y autárquica, a una sociedad diferenciada por funciones y heterárquica; en el caso de las bibliotecas monásticas el documento “llegaba” sólo a los usuarios del interior del monasterio, en la actualidad, el documento puede viajar alrededor del mundo en segundos. 
 
 
1.1. INTEGRACIÓN
 
Para hacer probable que se constituya un sistema de documentos, los SGD realizan la función de integración. La integración es una operación altamente selectiva mediante la cual el sistema de gestión documental establece diferencias con un entorno caracterizado por la abundancia de documentos, comunicaciones e informaciones. La selectividad es una necesidad inherente a los SGD, ya que no es posible que los sistemas “se abran” a todos los documentos. La integración requiere observaciones y descripciones tanto del entorno como del propio sistema, tales observaciones y descripciones deben ser también “actividades” selectivas. Mediante observaciones, se pueden identificar documentos relevantes para el sistema; mediante descripciones, el sistema establece diferencias: antes/después, relevante/irrelevante, costo/beneficio. etc. La integración no sólo selecciona, también introduce la diferencia: lo que permite o no permite alcanzar objetivos, lo que puede servir o no servir a un tipo de usuario, lo que permite o no satisfacer determinadas expectativas de información, lo que está disponible en un formato o en otro; lo actual con respecto a lo viejo o pasado de moda, etc.
 
La selectividad diferenciada a la que se ven compelidos los SGD en razón de la complejidad del entorno, puede basarse en parámetros, normas, políticas, objetivos, reglamentos, expectativas; pero ante todo obedece a criterios de pertinencia, relevancia y oportunidad. La selección basada en parámetros presupone comparaciones; la basada en normas, adecuaciones; la basada en políticas, líneas generales de acción; la basada en objetivos, mediaciones (posibilitación de los mismos); la basada en reglamentos, obediencia; y la basada en expectativas, criterios u observaciones respecto a necesidades/satisfactores (cumplimiento de expectativas[27]).
 
Los criterios de relevancia, pertinencia y oportunidad suponen evaluaciones y la evaluación el establecimiento de una distinción con base en un valor. Pueden así pronunciarse diferentes tipos de juicios relacionados con la evaluación documental, algunos de los cuales se resumen en el siguiente cuadro:
 
CRITERIO
TIPO DE VALORACIÓN
MEDIDA
Relevancia
Importancia de la obra para ser integrada al sistema de documentos
Impacto público de la obra
Nuevas aportaciones
Críticas favorables
Pertinencia
Afinidad temática de la obra con ciertos contenidos del sistema de documentos
Observaciones/descripciones de la propia colección
Oportunidad
Posibilidad de la obra para satisfacer necesidades expresadas por los usuarios
Novedad
Originalidad
Actualidad
Autoridad
Importancia que el autor/editor tienen en un ámbito determinado del saber
Prestigio
Antigüedad (editor)
Grados académicos, estudios y reconocimientos (autor)
Formato
Calidad de la presentación
Encuadernado
Tipografía
Diseño gráfico y tipográfico
Valor agregado[28]
Posibilidades de la obra para aportar elementos que enriquezcan saberes sobre la colección
Disponibilidad de índices, resúmenes, tablas, gráficas, bibliografías, notas a pie de página, mapas, láminas, etc.
 
1.2. REPRESENTACIÓN
 
Los SGD realizan operaciones de integración, mediante los cuales se aportan al sistema los elementos con los cuales se constituirá, mediante la representación, un subsistema de documentos. El subsistema de documentos es un complejo integrado por una cantidad determinada de subsistemas, como pueden ser: de obras de consulta, de revistas, de casetes, de discos compactos, etc. El elemento del sistema que integra las representaciones de estos subsistemas es una especie de documento de documentos o de fuente secundaria: el catálogo de la biblioteca.
 
El término representación proviene del latín repraesentare, que significaba no solamente representar, sino también poner a la vista; expresar, imitar[29]. En español, representar puede definirse como “hacer presente una cosa con palabras o figuras que la imaginación retiene”[30]. Además, representar también puede utilizarse como sinónimo de mostrar. En el uso cotidiano, representar puede referirse a una comedia (una representación), a una actuación (representar un papel), pero en el contexto de nuestra propuesta, representar será usado principalmente en el sentido de hacer presente o mostrar. Gracias a la representación, el documento, se hace presente o se muestra al usuario, pero de una forma diferente a como está en las colecciones; se hace uso de un instrumento que media entre las colecciones y el usuario, y de una técnica mediante la cual se producen bajo criterios normativos los elementos del medio de acceso: el instrumento es el medio de acceso o catálogo y la técnica es un arte de la representación al cual se le puede denominar catalogación. La representación[31] del texto se hace teniendo la mira puesta en un usuario, ya que la representación se hace principalmente para él: es al usuario al que se le muestran los documentos. Por ello el éxito de toda práctica de representación y la forma como las reglas se aplican son evaluadas en términos de la facilidad de acceso al documento por parte de un usuario. La pregunta que cabe hacer aquí para medir la efectividad de la representación es: ¿logró el usuario encontrar los documentos que requería a través de la consulta al medio de acceso?
 
Como la representación del texto nunca es total, representar (sea mediante la técnica bibliográfica, sea mediante la catalogación descriptiva) implica siempre la selección de aquellos elementos del texto que han de ser representados. Estos elementos están, por lo general, dados en las reglas de representación. Las reglas de representación contienen un conjunto de preceptos prácticos que orientan sobre qué representar y cómo representarlo. Debido al aspecto práctico de los preceptos y a que éstos no son de carácter jurídico, infringirlos no lleva como consecuencia sanción legal alguna, sino una sanción de carácter eminentemente práctico: para el usuario esta sanción se puede expresar en la no-localización del documento, para el sistema de gestión en la no-utilización del documento, para el bibliotecario en el desprestigio profesional.
 
Un sistema de reglas para la representación documental contiene de manera explícita los siguientes elementos:
 
1. Aquellos elementos del documento que deben ser representados. Estos elementos pueden dividirse en necesarios y opcionales. Serán necesarios todos aquellos sin los cuales la obra no puede identificarse plenamente (como el autor y el título), serán optativos aquellos que si no se representan no causan mayor efecto en la identificación plena de la obra (como por ejemplo algunas notas que se refieren a si la obra tiene bibliografía o no). Por lo general, las reglas de representación especifican aquellos elementos que necesariamente deben ser representados, aunque finalmente, se puede optar por representar unos elementos y no otros, en función del usuario al que está destinada la representación del documento.
 
2. Los elementos del texto que han de ser representados se constituyen, dentro de las reglas en categorías de representación. Cada categoría (por ejemplo autoridad) es definida dentro de las reglas y se establecen los tipos de la misma (por ejemplo: autores personales y autores corporativos). A su vez, al representar al documento, cada categoría se "intercambia" por el elemento o contenido objetivo que puede encontrarse en el texto. Por ejemplo: autoridad es una categoría de representación. Cuando yo catalogo una obra, busco en el texto el elemento formal y objetivo donde se presenta al autor, lo que hago en la descripción catalográfica no es poner la palabra “autor” sino sustituir en el área respectiva la categoría “autor” por su contenido de texto formal (por ejemplo, Miguel de Cervantes Saavedra). La regla me especifica también cómo he de representar este elemento del texto y así mi autor (llamado técnicamente asiento principal, porque es el principal referente para el texto y el primero que debo buscar) queda, de acuerdo con la regla, como Cervantes Saavedra, Miguel de.
 
3. Las reglas especifican cómo han de combinarse los elementos, en qué orden, separados mediante qué claves o signos y en última instancia, si existen elementos que puedan sustituirse por otros. Dentro de cada categoría se establece el orden de la representación, o sea, cuál elemento del texto que presenta la categoría debe ponerse antes y cuál después; así también, para combinar el contenido objetivo de estas categorías se sigue un orden de prioridad y anterioridad. Orden que obedece, por lo general, a la importancia de los elementos
 
4. Las reglas deben prever los casos excepcionales, ya que si esto no fuera así, la solución de los problemas derivados de estos casos podría quedar al arbitrio de quien representa el documento, con el riesgo de perder la uniformidad y de generar un caos.
 
Los sistemas de representación funcionan sobre la base de dos componentes fundamentales: un vocabulario o conjunto de prescripciones sobre elementos lingüísticos a representar, y una sintaxis, o sea, el conjunto de reglas que permiten combinar los términos de vocabulario. Esto hace que los sistemas de representación sean lenguajes. Estos lenguajes pueden denominarse lenguajes de representación documental ya que toman al documento como objeto y crean alrededor del documento un lenguaje que lo toma como referente, para extraer de él ciertos elementos a representar de acuerdo a reglas predeterminadas; también pueden denominarse metalenguajes, siendo su lenguaje objeto los documentos[32].
 
La representación, es ante todo de los aspectos formales del documento, o sea de aquellos que permiten distinguir, con toda claridad, a un documento de otro. El texto completo del documento como tal no es representado, sino sólo algunos de sus aspectos. La representación del texto completo suele ser función del usuario. Debido a que el ámbito de la representación es muy amplio (listados de encabezamientos de materia y tesauros, índices y abstracts, esquemas de clasificación y reglas de catalogación, normas bibliográficas), y a que el tema de este libro no es la teoría de la representación propongo el estudio de la catalogación y el catálogo como un ejemplo de un método de representación y de un medio de acceso.
 
La catalogación es, ante todo, una “forma avanzada" de bibliografía. Pero es diferente de ella, a pesar de que surge de ella. Y es diferente porque sus productos son diferentes: la bibliografía constituye listados bajo criterios de selección más o menos restringidos (el listado de obras utilizadas en una obra como esta, el listado de obras de un autor o sobre un autor, un listado de obras sobre un tema, un listado de obras editadas en un país determinado o que hablen sobre él, un listado de publicaciones en un curriculum vitae, etc.), mientras que la catalogación busca formar algo así como el mapa del subsistema de documentos de un sistema de gestión documental. A pesar de estas diferencias en sus productos, tanto la bibliografía como la descripción catalográfica tienen como fin identificar documentos y hacerlos diferentes de otros similares.
 
Para el estudio de la catalogación como lenguaje pueden introducirse criterios analíticos desarrollados ya por la lingüística. Así, los pares lengua/habla[33] y significado/significante[34] pueden utilizarse para explicar muchas cuestiones fundamentales para la Ciencia Bibliotecaria. La lengua es la parte social del lenguaje, el individuo no la crea ni la modifica, ya que es algo así como un contrato colectivo; por otro lado, el habla, es un acto individual mediante el cual se hacen selecciones y combinaciones gracias a las cuales el sujeto hablante utiliza un lenguaje. En el ámbito de la Ciencia Bibliotecaria, la lengua está conformada por todo el conjunto de normas y reglas para la representación (reglas de catalogación y normas bibliográficas), pero además, por sistemas de clasificación y listados de encabezamientos de materia o descriptores, por normas y formatos internacionales, etc. Esta lengua es universal, en el sentido de que establece convenciones normativas que pueden ser observadas en todas partes para la descripción catalográfica[35]. El habla, es la forma particular como en un sistema de gestión los catalogadores aplican estas normas y reglas.
 
De esta forma, la utilización de las normas y reglas puede ser diferente de una biblioteca a otra o de un centro de documentación a otro. Esto es, se puede hacer un uso diferente de las reglas: por ejemplo, tomarlas como meras indicaciones generales o apegarse estrictamente a ellas, o seleccionar un nivel de descripción catalográfica con preferencia a otro. Esto no significa que no pueda haber universalidad en la Ciencia Bibliotecaria, sino más bien que esta universalidad no se da al nivel del habla (uso particular que se hace de las reglas), sino de la lengua (el sistema de las reglas). El habla es siempre particular, es la forma como yo, como catalogador, interpreto y aplico las reglas; es la forma como la biblioteca toma de las reglas y normas ciertos elementos y plasma en políticas cuáles son los elementos tomados de las reglas o la forma como se deben interpretar las reglas.
 
Por otro lado, la distinción entre significante y significado es fundamental. Todo signo lingüístico está conformado por un significante o imagen acústica y por un significado, o  lo que esta imagen representa. Así, el catálogo es una enorme estructura significante, de la cual se pueden extraer una gran variedad de significados, todos referidos a las colecciones. Además, la gran estructura que es un catálogo o cualquier otro medio de acceso puede estudiarse en dos dimensiones: diacrónica o temporal y sincrónica o simultánea[36]. Así por ejemplo, el catálogo de adquisiciones permite enfatizar en el orden diacrónico: ¿cuál documento llegó primero y cuál después?, mientras que catálogos como los de autoridad de materia e inclusive el catálogo público permiten establecer un conjunto de relaciones sincrónicas (por ejemplo los envíos y referencias).
 
La distinción entre acto de catalogar, catálogo, reglas de catalogación y catalogador es también fundamental. La actividad catalográfica es de índole práctica, guiada por un conjunto de reglas con sistematicidad y fundamentos teóricos. El catálogo es el fin de la catalogación. El catálogo es el instrumento, la herramienta, el útil que es creado por la actividad catalográfica. En el catálogo se integra más que la mera catalogación del documento, el catálogo se conforma por registros con la descripción catalográfica,  que incorporan a la descripción del documento, la signatura topográfica y el área del registro (donde están los descriptores o encabezamientos de materia y la indicación de “fichas” secundarias).
 
Por último, debe mencionarse que el catálogo es propiamente un medio de acceso. Es un medio, porque de alguna manera está entre los usuarios y las colecciones del sistema de gestión, pero también porque sirve para representar las colecciones en sus aspectos fundamentales y determinantes. Los medios de acceso son los mapas de los acervos de la unidad de gestión documental. Se puede viajar a través de estos mapas lingüísticos en busca de la obra requerida, del discurso pronunciado, del texto olvidado.
 
1.3. PROGRAMACIÓN Y SUBSISTEMAS
 
La disposición es la operación mediante la cual el sistema “interactúa” con los usuarios a través de la mediación vía documentos. El que un documento esté disponible significa que puede ser utilizado por un usuario. Debido a la complejidad del tema usuarios será necesario dedicar un apartado especial a este tema. Por lo pronto es necesario introducir el tema de los Programas mediante los cuales operan los SGD.
 
La noción de Programa será utilizada aquí en el sentido que tiene en la teoría de sistemas de Luhmann: “Los programas se definen en general como conjuntos de condiciones para la corrección. Con referencia a los códigos, los programas son aquellos que establecen los criterios para la correcta atribución de los valores de tales códigos, de tal manera que un sistema que se oriente hacia ellos pueda alcanzar complejidad estructurada y controlar el propio proceder”[37]. Los programas reflejan así valoraciones de muy diversa índole: existen valoraciones que se refieren a criterios de costo/beneficio, en las que se establece un criterio de rentabilidad con base en una relación ideal costo<beneficio traducida por lo general en términos monetarios; otras valoraciones toman como criterio la utilidad o no utilidad social o institucional, en pocas palabras, el hecho de que se pueda o no dar el uso del sistema por parte de un grupo social o de una institución; otras valoraciones pueden partir de consideraciones relativas a criterios éticos o fundamentarse en principios de justicia, etc.
 
El programa es el resultado final de un conjunto de valoraciones, observaciones y descripciones que hacen probable la improbabilidad de que, en medio de un entorno altamente complejo y contingente, el sistema de gestión documental pueda mantener su propia autopoiesis y conservar los límites con el entorno. La asimetría que existe entre SGD y su entorno requiere de operaciones altamente selectivas. Dos componentes del entorno son de particular relevancia para los SGD: los usuarios y los documentos. Las operaciones de los SGD se realizan con una orientación preponderante hacia estos componentes del entorno, para lo cual se diseñan y construyen subsistemas (véase el siguiente cuadro).
 
 
SUBSISTEMA
OPERACIÓN
PROCESOS
RESULTADOS/PRODUCTOS
Integración
Incorporación de documentos
Selección
Adquisición
Conjunto seleccionado de documentos
Representación
Descripción de documentos
Catalogación
Clasificación
Procesamiento
Ordenación de catálogos
Subsistema de documentos
Medios de acceso
Bases de datos
Disposición
Puesta “a la mano” del usuario de documentos
Préstamo
Consulta e información
Reprografía
Documentos utilizados por usuarios
Documentos secundarios (documentos de documentos)
Información basada en documentos (información documental)
Gestión
Administración del sistema
Toma de decisiones
Observación y descripción
Conservación y restauración
Valoraciones sobre la actuación del sistema
Decisiones
Reproducción de elementos y relaciones
 
En este momento puede presentarse una confusión: si las operaciones de integración y representación son realizadas por un gestor, ¿entonces también el gestor realiza la gestión? La respuesta es negativa, la gestión es realizada comúnmente por un sistema psíquico con la capacidad de observación[38] y descripción al que se le puede denominar administrador del sistema. La distinción fundamental es la que se da entre el gestor (que es un “componente” del sistema), entendido como la persona o máquina que integra y representa documentos, y la función de gestión  que es el conjunto de operaciones realizadas por un administrador, el cual a su vez articula las operaciones de gestores y facilitadores.
 
También es el momento de preguntar dónde se puede ubicar el subsistema de máquinas o subsistema tecnológico. En la actualidad, estos subsistemas pueden realizar varios procesos específicos y no se ve lejano el día en que el subsistema tecnológico sea el lugar donde se den casi todas las operaciones del sistema de gestión documental. “Las tecnologías de computadoras y otras relacionadas con ellas están teniendo un efecto importante en todos los niveles de las organizaciones... La automatización representa la fase actual de una tendencia a largo plazo hacia una mayor complejidad y modernización de los sistemas técnicos...”[39]. La importancia de la tecnología y del cambio tecnológico, obliga a dedicar un apartado especial en la parte final del libro.  
 
El desarrollo pormenorizado del cuadro anterior, a pesar de presentar un muy particular interés para el tema de los SGD, tendrá que realizarse en un trabajo posterior dedicado exclusivamente al tema de los SGD, y a la forma como se diseñan, operan, y son observados y descritos. Cabe aquí desarrollar sólo algunas indicaciones básicas sobre otras herramientas administrativas útiles para la gestión y recodificar el tema seguimiento-evaluación en términos de la teoría de sistemas de Luhmann (observación-descripción).
 
En la operación de los diferentes programas, se puede recurrir a instrumentos administrativos como planes[40], proyectos, manuales de políticas[41] y procedimientos, manuales de organización, descripciones de puestos[42], organigramas, presupuestos, etc. Además, el tradicional proceso administrativo (planeación, organización, dirección y control) ofrece otro criterio para analizar la forma como se dan sus actividades componentes en los SGD: la fijación de una misión[43], objetivos y metas; la determinación de los medios y recursos necesarios para la realización de la cadena de objetivos; la ordenación del personal a partir de la división del trabajo, asignando a cada quien tareas específicas y estableciendo líneas de mando y supervisión; la comunicación de órdenes e informes, la motivación y remuneración del personal, la representación de la unidad de gestión ante otras entidades, la toma de decisiones, en fin, el mando; y finalmente el control de las diversas actividades y la evaluación y retroalimentación de los planes se pueden realizar plenamente en los SGD, principalmente cuando se tiene una gran estructura y recursos abundantes.
 
Por último, introducimos algunas indicaciones sobre el tema seguimiento-evaluación. Los SGD pueden ser observados y descritos. Tanto en el caso de observaciones y descripciones realizadas por el propio sistema (autoobservaciones) como en el caso de observaciones y descripciones realizadas por otros sistemas (heteroobservaciones), los SGD son sujetos de procesos que tradicionalmente se denominan seguimiento y evaluación. El seguimiento presupone generalmente un horizonte temporal y la diferencia entre un antes y un después: entre un estado inicial y un estado intermedio o final. Las estrategias de seguimiento de un SGD son variadas, teniendo algunas en común, el uso de formatos, herramientas o instrumentos para el control de observaciones: controles de calidad, de productividad, de costos, de asistencia y puntualidad, de inventarios, contables, de préstamos, de consultas, catálogos internos (sobre todo los de autoridad, ya que permiten regular el uso de nombres y términos y el topográfico), etc. Los controles permiten homogeneizar las observaciones con el fin de realizar comparaciones en diferentes momentos de un proceso. Si las observaciones no tienen homogeneidad entonces no son posibles las comparaciones, por ejemplo: si observo la conducta de varios usuarios tengo que referirme a un criterio para poder comparar entre las conductas, sea este criterio el uso adecuado (cualitativo) de los documentos o el uso intensivo (cuantitativo) de documentos. Los criterios que permiten homogeneizar observaciones difieren de acuerdo al tipo de seguimiento: serán normas, si se refieren a la calidad; estándares, si se refieren a la productividad; deberes, haberes y cuentas, si se refieren a la contabilidad; existencias y estado de dichas existencias, si se refieren a los inventarios; libros y revistas prestados, si se refieren al préstamo de documentos, etc.
 
Gracias al seguimiento los SGD pueden describir sus condiciones de operación, la forma como realizan los procesos, su desarrollo a través del tiempo, se pueden comparar con otros sistemas, etc. La función de evaluación supone un juicio de valor que se pronuncia sobre un determinado aspecto del sistema. En este sentido, las evaluaciones son descripciones que requieren, como su material o insumo, de observaciones previas debidamente sistematizadas mediante controles. De manera similar a los controles, existen varios tipos de evaluaciones: las que se refieren a criterios de eficiencia y eficacia[44], vinculados fuertemente con controles de productividad y normas de calidad; las que se refieren a la capacidad de procesamiento del sistema, medidas por lo general en términos de costo/beneficio; las que se refieren a la presentación del producto o del servicio, medidas por normas o estándares de calidad; las que se refieren a la capacidad del sistema para conservar en el tiempo un sistema de documentos, actividad que necesariamente se realiza después de un inventario que constata la medida en que la colección presenta faltantes y una revisión que permite verificar la integridad física de los documentos. El juicio que se emite respecto a la actuación del sistema es una descripción del mismo que puede darse en algunos de los términos siguientes: el sistema es ineficiente o eficiente, el sistema es eficaz o ineficaz, el sistema es productivo o improductivo, el sistema genera productos y servicios de calidad, etc. Este tipo de juicios presupone un ideal normativo al cual el sistema debe apegarse: el alejamiento de este ideal implica una valoración baja o negativa del sistema, el acercamiento al mismo implica una valoración alta o positiva del sistema. Con el tema de seguimiento (observación mediada por controles) y evaluación (descripciones con base en una norma, un criterio o un estándar) termina esta parte.
 
2. EL ESTUDIO DE LOS USUARIOS
 
Los usuarios están en el entorno del sistema de gestión documental, no se integran a él de ninguna manera. Esto no significa que no interactúen con los bibliotecarios o con el gestor/facilitador, ni tampoco que no hagan uso de los medios de acceso y los documentos. El tema de los usuarios como entorno del sistema plantea el problema de la complejidad. En el entorno de los SGD se comunican una enorme cantidad de personas, debido a la gran concentración de población que se da en muchas ciudades, los SGD que operan en este tipo de entorno requieren seleccionar sus usuarios. De entrada, el vasto universo de la información puede analizarse partiendo de un conjunto de cuadros que especifican el universo de la información y que nos permitan aproximarnos a una mejor definición de usuario de la información que más importa en el ámbito de la ciencia bibliotecaria:
 
Cuadrante 1. Este cuadro, que abarca a todos los demás, es el que corresponde a los usuarios de la información, concebidos como todos aquellos que hacen uso de información de cualquier tipo y con fines diversos (incluso aquellos que hacen uso de información para sobrevivir). En este cuadrante están no sólo los seres humanos (animales racionales) sino cualquier otro tipo de animal, ya que todos los animales procesan información hasta un cierto nivel.
 
Cuadrante 2. Este cuadro representa a todos los que transmiten información a través de los medios de difusión: escritura, documentos, teléfono, telefax, radio, cine, televisión, computadora. Para estos medios se requiere de cierta competencia especializada: conocimiento de un lenguaje, aprendizaje de la lectoescritura, conocimiento técnico, capacidad visual y auditiva.
 
Cuadrante 3. Este cuadro es el conjunto de los usuarios de información documental. Para que se dé información basada en documentos (documental) se requieren ciertas capacidades específicas (comprensión, competencia en el código, experiencias previas, etc.) y hábitos vinculados con estas capacidades (hábito de leer, hábito de reflexionar y analizar lo leído, etc.).
 
Cuadrante4. Finalmente, este cuadro representa a todos aquellos usuarios de documentos que puede considerarse que son usuarios potenciales de SGD. Este tipo de usuarios es el que es más importante en el ámbito bibliotecario, para el análisis, la observación y descripción, a partir de consideraciones teóricas, métodos y técnicas de estudios de campo y formatos para el control de observaciones.
 
A partir del grupo de interés que representa el cuadrante 4, se pueden introducir criterios adicionales para establecer la diferencia entre los usuarios y los diferentes SGD. Una primera clasificación puede darse en función del tipo de sistema de gestión documental, lo que implica la orientación preponderante a algún tipo de usuario. Esta forma de clasificar a los SGD permite ubicar al usuario más común de cada sistema, lo cual puede resumirse en el siguiente cuadro:
 
 
 
SGD
USUARIO
Bibliotecas públicas
Cualquier persona que sepa leer y escribir (alfabeta)
Bibliotecas universitarias
Estudiantes y académicos de la propia universidad
Bibliotecas escolares
Estudiantes y académicos de la propia escuela
Bibliotecas infantiles
Niños y pedagogos
Bibliotecas nacionales
Investigadores y público interesado en la producción editorial de un país o sobre un país
Bibliotecas especializadas y Centros de Documentación e Información
Investigadores, funcionarios y académicos de la institución
 
Esta forma de considerar a los usuarios permite introducir una importante distinción: la que se da entre usuario actual y usuario potencial. Los conceptos de acto y potencia fueron utilizados por Aristóteles para resolver el problema del movimiento que tanto preocupó a Zenón, Heráclito, Parménides, y desde luego, a Platón. En la metafísica, Aristóteles define la potencia de la siguiente manera: “Poder o potencia se entiende del principio del movimiento o del cambio, colocado en otro ser, o en el mismo ser, pero en tanto que otro... Por poder se entiende, ya el principio del movimiento y del cambio, colocado en otro ser o en el mismo ser en tanto que otro; ya la facultad de ser mudado, puesto en movimiento por otra cosa o por sí mismo en tanto que otro: en este sentido es el poder de ser modificado en el ser que es modificado”[45]. Así, el usuario en potencia es el que todavía no se pone en movimiento, pero puede ser motivado por la biblioteca o atraído por ella, generando así el movimiento que hará que el usuario potencial se transforme en un usuario actual. Es importante además mencionar que el usuario también puede ponerse en movimiento por sí mismo hacia la biblioteca, pero no cualquier persona puede ser usuario de ciertas bibliotecas (así por ejemplo, un estudiante de primaria es usuario potencial de una biblioteca escolar pero quizá no lo sea de una biblioteca especializada en física nuclear).
 
2.1. COMUNIDADES DE USUARIOS
 
Una segunda forma de diferenciación en el entorno “usuarios” se refiere a la introducción de la noción de comunidades de usuarios, al interior de las cuales se dan ciertos tipos relativamente homogéneos. Las comunidades de usuarios pueden determinarse mediante la introducción de diferencias: por grupos de edad, por nivel académico, por función o rango, por filiación institucional, por orientaciones valorativas, por estratos de ingreso, por grupos minoritarios, etc. Ante todo es importante aclarar la noción de comunidad. La comunidad se caracteriza por estar “compuesta” de personas (este es el constitutivo material de la comunidad). Pero las personas no forman comunidad si no comparten algo en común[46], si por ende, sus acciones se dispersan y persiguen objetivos diferentes. Lo que constituye formalmente a la comunidad es un significado común y lo que permite que exista un significado común o compartido, es una comunidad de experiencias, de vivencias, de valores, historias, mitos, tradiciones e ideas (una memoria colectiva). Lo que constituye a la comunidad, es que sus integrantes tienen algo común, comparten algo, pueden actuar con base en expectativas o valores comunes, siguen ciertas orientaciones básicas o, persiguen fines similares[47].
 
Las comunidades pueden iniciarse a partir de un lenguaje común, de una forma y un estilo de vida comunes y de una manera común de ver el universo, entre las personas que las constituyen. En las comunidades pueden estudiarse estos elementos comunes, fijando tendencias valorativas, orientaciones ideológicas, preferencias, motivaciones, etc.
 
Las comunidades homogéneas de usuarios presentan varias características:
 
1ª. Al compartir ideas, valores, tradiciones, formas y estilos de vida, prejuicios o estereotipos, credos e ideologías, la comunidad es expresión de una cultura o de algunos de los aspectos de la misma.
 
2ª. La comunidad es un ente dinámico: cambia y evoluciona. Sus integrantes nacen y mueren, envejecen y enferman, emigran o inmigran, estudian o trabajan, etc.
 
3ª. La comunidad puede ser familiar, municipal, rural, urbana, profesional, académica, especializada en un área del conocimiento humano, por grupo de edad, por estrato socieconómico, etc.
 
Para el estudio de las comunidades, la sociología aporta nociones muy valiosas como los conceptos de grupo[48], cultura[49], cambio social[50], trabajo[51], población[52], etc., los cuales pueden ser retomados por la Ciencia Bibliotecaria para enriquecer los estudios de usuarios. Fundamental es considerar que la comunidad es un factor dinámico que está en constante cambio. Por ejemplo, la estratificación social[53] de la sociedad puede cambiar significativamente en los siguientes aspectos:
 
1. En la estratificación económica. En este caso, se puede dar una mejora en la posición económica de un grupo o de algunos de los individuos de un grupo o a la caída en la posición económica de un grupo o de individuos de un grupo[54]. Los cambios en la estratificación económica pueden obedecer a muy diversas razones, entre ellas: crisis económica, desastres naturales que afectan la industria de la región, incorporación de nuevas tecnologías, muerte de la “cabeza de familia”, herencia, desarrollo personal y profesional, reconocimiento social otorgado a una profesión o gremio, gestión exitosa de negocios, suerte, etc.
 
2. Debido a la movilidad social[55], tanto horizontal[56] como vertical[57]. En el plano de la movilidad social, los factores del cambio a nivel horizontal son de índole muy variada: adopción de una nueva ideología, credo religioso o profesión de fe; el cambio en la nacionalidad o la adopción de la doble ciudadanía; la integración o desintegración de una familia; el cambio en los valores y formas de apreciar la realidad, etc. Desde el punto de vista del cambio vertical ascendente, dos posibilidades son señaladas por Sorokin: a) la infiltración de individuos de un estrato inferior en un estrato superior[58],y b) la creación de un nuevo grupo y su inserción en un estrato superior sea sustituyendo a grupos ya existentes en este estrato o funcionando de forma paralela a ellos[59]. Por último, desde el punto de vista del cambio vertical descendente, Sorokin señala también las formas principales que analizó en el cambio vertical ascendente: a) la caída de individuos de una posición social elevada a una de más baja índole sin que esto represente la degradación o desintegración del grupo al que la persona pertenecía y b) la degradación de un grupo social como un todo o su desintegración como unidad social[60].
 
Debido a la complejidad que representa la posibilidad del cambio social, es importante reducir la incertidumbre que éste genera mediante observaciones constantes del entorno y haciendo uso de instrumentos analíticos. Así, existen indicadores del cambio social que permiten reducir la incertidumbre y que proporcionan unidades de medida vinculadas con el cambio: tasa media anual de crecimiento, natalidad, mortalidad y morbilidad, etc., las cuales pueden conformar la base empírica de muchos estudios de usuarios. Puede hablarse por ejemplo de población de usuarios móviles y de sus características sociodemográficas, de pirámide poblacional, de distribución por sexos y grupos de edad, por niveles escolares, etc. A nivel de estudios de mercado, estas variables[61] son particularmente relevantes para orientar productos y servicios a determinados sectores, para prever el posible comportamiento de los consumidores, etc.
 
Un ejemplo concreto de cómo estas variables pueden combinarse en un modelo orientado a la predicción, con base en proyecciones, podría ser el modelo demográfico TM1[62] desarrollado por la Organización Internacional del Trabajo para la planificación en materia de población, fuerza de trabajo y demanda de servicios. El TM1 hace uso de variables como: tasa bruta de natalidad[63], tasa específica de fecundidad[64], tasa de fecundidad global[65], tasa bruta de defunciones[66], tasa global de participación en la fuerza de trabajo[67], tasa global de matrícula escolar[68], entre otras. El uso de modelos análogos al TM1 para los estudios de usuarios puede resultar de primera importancia para adelantarse a necesidades sociales, a cambios en los valores y expectativas, etc. Un modelo para SGD debería considerar variables relevantes que proporcionen indicaciones valiosas sobre las características de la población de usuarios a la que se le da servicio.
 
Adicionalmente, se pueden estudiar las comunidades de usuarios haciendo el uso del método de encuestas por muestreo, el cual es muy común en los estudios de opinión pública[69]. Este método busca determinar una muestra ideal a partir de un universo, fijando su tamaño y su composición, tratando con esto de reflejar la tendencia general del universo. En este sentido, lo que se busca cuando se realiza un muestreo, es que la muestra sea representativa del universo. Esta técnica  permite, entre otras cosas, estudiar los valores sociales, los estilos y patrones de vida[70] y los prejuicios y estereotipos, de las personas; construir tipos ideales o tipos promedio, los que sirven como base para conocer mejor a los usuarios de manera global (o a partir de una tendencia). Es importante considerar que estas tendencias generales o promedios estadísticos, nada nos dicen sobre el caso individual, o sea sobre quién está en la media y quién no lo está. Por ello, la investigación sociológica no sustituye la relación directa con el usuario y debe complementarse con ésta.
 
Es importante realizar algunas breves indicaciones acerca de la técnica de encuestas por muestreo. El diseño de la muestra “tiene dos aspectos: un proceso de selección, que consiste en las reglas y operaciones mediante las cuales se incluyen en la muestra algunos miembros de la población; y un proceso de estimación (o estimador) para calcular las estadísticas de la muestra, que son estimaciones muestrales de valores de la población”[71]. Estos aspectos son complementarios y mutuamente determinantes en el siguiente sentido: si el diseño de la muestra no es adecuado[72], o sea, si las reglas y operaciones que incluyen a miembros de la población en la muestra son arbitrariamente elegidas o diseñadas, entonces, los miembros seleccionados de la población difícilmente reflejarán la tendencia de la misma; por otro lado, si el proceso de estimación es inadecuado, entonces los datos arrojados, a pesar de que pueden ser representativos del universo, pueden presentar importantes distorsiones[73].
 
Por último, y debido a que las encuestas son un instrumento de uso muy común en la actualidad (sobre todo para estudios de tendencia e intención del voto), cabe agregar algunas observaciones finales. La encuesta pasa por un proceso que se desarrolla en las siguientes fases:
 
1. “La definición de las variables de la encuesta debe especificar la naturaleza de las características, las reglas de la categoría de clasificación y las unidades para expresarlas. Debe determinar también el alcance y el contenido de la población de la muestra”[74].
 
2. Deben determinarse los métodos de observación (medición), los cuales incluyen “tanto la recolección como el procesamiento de datos (y) dan significado operacional a las variables de la encuesta y determinan la naturaleza de los datos de la encuesta”[75].
 
3. La aplicación de métodos de análisis que “reducen los datos de la encuesta a resultados que puedan comprenderse y utilizarse”.
 
4. La utilización de los resultados de la encuesta, la cual puede “en ocasiones, tomar la forma de decisiones concretas que se basen en los resultados de la encuesta y en información proveniente de otras fuentes, que esté relacionada con el contenido de la encuesta”[76].
 
2.2. EL USUARIO INDIVIDUAL
 
La diferencia entre comunidades de usuarios y usuario individual permite determinar expectativas, actitudes, hábitos, valoraciones, orientaciones, etc. ya no al nivel de comunidad o grupo de usuarios, sino en el plano del individuo. En estos momentos, resulta  pertinente una observación: nada hay más complejo en el mundo que la persona considerada individualmente, esta complejidad se suele expresar cotidianamente en la frase: “cada cabeza es un mundo”. Al estudiar al usuario de forma individual aumenta el nivel de complejidad en relación con el estudio de la comunidad. Esta afirmación parece sorprendente si se toma en consideración que lo opuesto es lo que tradicionalmente se considera como evidente: la comunidad es más compleja que el usuario. Pero esta idea es fácilmente refutable: mientras que al nivel de comunidad es posible determinar grupos homogéneos o tipos ideales en el sentido weberiano[77], a nivel individual no se puede construir un tipo ideal porque no existe la referencia a la comunidad (la metodología de los tipos ideales vale para el estudio de comunidades pero no para el de individuos, en este último caso, es necesario retomar herramientas analíticas proporcionadas por la psicología (tests de personalidad, mediciones de Coeficiente Intelectual, determinación de preferencias vocacionales, etc.).
 
Cuando se considera al usuario como individuo se está frente a una realidad tan compleja que el estudioso se ve obligado a la selección de ciertos aspectos de la personalidad que necesariamente reflejan sólo aspectos parciales del complejo mundo mental del sujeto: expectativas, valores, estilo de vida, opiniones y prejuicios, preferencias, aficiones, áreas de interés, etc. Por otro lado, la determinación de un perfil individual que tome como base las expectativas y realizaciones actuales de la persona resulta insuficiente para tratar de predecir sus necesidades futuras; esto se debe a que las expectativas se modifican constantemente. Por ello, la forma de determinar un perfil más adecuado del usuario individual tiene que incorporar un conjunto de realidades complejas referidas a la persona: su trayectoria o carrera de vida (curriculum vitae), sus proyectos actuales y futuros, sus preferencias personales y aficiones, sus áreas de interés presente y sus posibles intereses a futuro, sus proyectos personales e institucionales, su nivel socioeconómico y educativo, su ingreso personal y familiar, los idiomas que domine, etc.
 
En el plano del individuo la psicología puede aportar ideas importantes para el desarrollo de los estudios de usuarios. No sólo el aparato conceptual de la psicología puede ser útil, sino que también muchas teorías psicológicas e inclusive antropológicas pueden tener aplicación práctica. Dos teorías diferentes queremos presentar para ejemplificar esta afirmación: la epistemología genética de Piaget y la ontología del lenguaje de Echeverría (cuyos planteamientos tienen una raíz más antropológica que psicológica).
 
A. LA EPISTEMOLOGÍA GENÉTICA DE PIAGET
 
El primer caso es la teoría del desarrollo cognoscitivo, elaborada por Jean Piaget[78] y ampliamente difundida en la actualidad en el ámbito de la pedagogía y la psicología evolutiva. La epistemología genética de Piaget es sobre todo aplicable en bibliotecas o salas infantiles y en bibliotecas escolares. Esta teoría explica cómo el niño comienza a estructurar, gradualmente sus relaciones con los mundos objetivo, subjetivo y social[79].
 
Las ideas de Piaget se enmarcan dentro de dos líneas teóricas: el estructuralismo y la epistemología genética. Ambas líneas confluyen en un lugar común: la génesis gradual de estructuras. Pero, ¿qué es una estructura y cómo se originan las estructuras que nos permiten hablar de un desarrollo específicamente humano? La estructura se puede conceptualizar como “un sistema de transformaciones que entraña unas leyes en tanto que sistema... y que se conserva o se enriquece por el mismo juego de sus transformaciones, sin que estas lleguen a un resultado fuera de sus fronteras o reclame unos elementos exteriores”[80]. Estas ideas nos aproximan a los planteamientos de la teoría de sistemas: las estructuras tienen dos propiedades fundamentales: una circularidad autorreferencial (las leyes de cada transformación se conservan o enriquecen por el mismo juego de las transformaciones), y la clausura operativa como presupuesto para el desarrollo de las operaciones propias del sujeto (las estructuras no llegan a un resultado fuera de sus fronteras ni reclaman elementos exteriores), se trata de estructuras autogeneradas, o mejor dicho, autopoiéticas.
 
La estructura comprende tres caracteres: totalidad, transformaciones y autorregulación y es susceptible de diferentes aproximaciones que deben “poder dar lugar a una formalización... esta formalización es la obra del teórico”[81]. Las implicaciones para una epistemología genética son de gran importancia: la estructuras mantienen un desarrollo estable que puede conocerse y formalizarse de diferentes maneras: como operaciones y sus niveles en el despliegue de la conciencia (Lonergan) como el desarrollo ordenado al perfeccionamiento humano, etc. El estudio sobre las estructuras invariantes del desarrollo humano es tan antiguo como la filosofía de Platón, el esquematismo platónico suponía una vía ascensional que a través de la técnica dialéctica llevaría al conocimiento de las ideas de las cosas. La vía ascensional platónica es susceptible de un desdoblamiento: se da una vía epistemológica o cognoscitiva y una vía erótica-estética. La vía cognoscitiva se desglosa analíticamente al final del libro VI de La república: es la alegoría de la línea dividida en segmentos que representa el ascenso desde las imitaciones de objetos reales hasta las entidades ideales (pasando por el mundo real y por los objetos matemáticos), esta vía se ejemplifica pragmáticamente en el célebre mito de la caverna, el cual da una idea inicial de qué implica el cambio de estructuras: volver la cabeza, mirar la luz, etc. La vía erótico-estética aparece al final del Banquete y se traduce en una elevación desde la belleza particular hasta la idea de lo bello en sí (pasando por la concepción genérica de lo bello y la anulación de la sensibilidad). Esta vía tendría sus réplicas en el pensamiento místico de la Edad Media.
 
Del mito de la caverna y la teoría de lo bello en sí esbozada por Diotima, hay un salto considerable a las ideas de Piaget, pero no una separación tan radical como podría pensarse. Aparecen en primer lugar: la noción de estructura, una nueva delimitación del concepto de transformación y una nueva concepción de la totalidad; en segundo lugar: una formalización de las estructuras de acción, que se encuentra ausente en Platón o por lo menos referida a una teoría del alma. La totalidad era concebida por Platón como la idealidad pura, como región eidética. El estructuralismo variará esta noción de totalidad para referirla a estructuras concretas cuyas partes cobran sentido en su articulación dentro del todo: “Una estructura está ciertamente formada de elementos, pero estos están subordinados a unas leyes que caracterizan al sistema como tal; y estas leyes, llamadas de composición, no se reducen a unas asociaciones acumulativas, sino que confieren al todo, en su calidad de tal, unas propiedades de conjunto distintas de aquellos de los elementos”[82]. El estructuralismo de Eco pondría el acento en el carácter parcial de toda estructura y en la ausencia de un todo que funcione como estructura de estructuras o como metaestructura (La estructura ausente). Esta idea de la estructura ausente presenta analogías importantes con la comprensión moderna de una sociedad carente de centro o con la idea postmoderna de la ausencia de metarrelatos.
 
Depurada la noción de totalidad de referentes metafísicos, la consideración dinámica se introduce en el ámbito científico con pleno derecho, en contra de las teorías platónicas que veían a la ciencia dentro del elemento de lo inmutable. Esto permite hablar de desarrollo en ciencia y en arte, en oposición a un platonismo donde si bien la dialéctica aparece como método dinámico, su fin consiste en la captación de lo estático, de lo inmutable, lo que en arte supone un cierto egipticianismo de las formas[83]. Las estructuras, concebidas como resultados de actos dinámicos se caracterizan por su variabilidad: “una actividad estructurante sólo puede consistir en un sistema de transformaciones”[84]. Si bien Platón apuntaba a una estática de las formas, Piaget argumenta que “todas las estructuras conocidas, de los grupos matemáticos más elementales a las que regulan los parentescos, etc., son sistemas de transformaciones... y si no entrañasen tales transformaciones se confundirían con unas formas estáticas cualesquiera y perderían todo interés explicativo”[85].
 
La ruptura con las formas estáticas y con las estructuras inmutables se agudiza al introducir el concepto de autoajuste. Las estructuras se caracterizan por el hecho “de ajustarse ellas mismas, entrañando este autoajuste su conservación y un cierto cierre. Si empezamos por estas dos resultantes, significan que las transformaciones inherentes a una estructura no conducen más allá de sus fronteras, pero no engendran más que elementos pertenecientes siempre a la estructura y que conservan sus leyes”[86]. Así, a la dinámica de la estructura se adiciona la consideración sobre el carácter cerrado de los autoajustes (su autopoiesis, como dirían Maturana y Varela), y la consideración estática de la conservación de ciertas leyes.
 
Ahora bien, estas leyes estructurales fueron reconstruidas (formalizadas) por Piaget a partir del desarrollo del niño, lo que conduce a la teoría de los niveles de desarrollo que fungen como leyes y ocupan el plano ideal platónico (en tanto que ideales rectores del desarrollo del niño). El nivel primario lo ocupa el plano sensorio-motor: “la acción primitiva se caracteriza al mismo tiempo por una indiferenciación completa entre lo subjetivo y lo objetivo y por una centración fundamental aunque radicalmente inconsciente, puesto que está ligada a esta indiferenciación”[87]. Este nivel coincide con el proceso de identificación ego-mundo y con lo que Lonergan había denominado la captación de lo compacto del símbolo[88], con la acotación de que en este nivel el símbolo es de tal manera compacto que coincide vis a vis con el cuerpo: cuerpo, mundo real y mundo simbólico conforman una maraña indiferenciada y en apariencia caótica de la que resulta: “la falta de coordinación de las acciones, la indiferenciación del sujeto y de los objetos y la centración sobre el cuerpo propio”[89].
 
A partir de este nivel primario se da un desarrollo posterior hacia lo que Piaget denomina el primer nivel del pensamiento preoperatorio: “la enseñanza que nos ofrece el primer subestadio del pensamiento preoperatorio (de los 2 a los 4 años aproximadamente) es que, por una parte, los únicos mediadores entre el sujeto y los objetos sólo son todavía preconceptos y prerrelaciones (sin regulación del todos y del alguno mediante los primeros y sin la relatividad de las nociones para las segundas) y que, por otra parte y recíprocamente, la única causalidad atribuida a los objetos continúa siendo psicomórfica, por indiferenciación completa con las acciones del sujeto”[90]. Aquí se da ya una forma de mediación simbólica (a través de preconceptos y prerrelaciones) que carece de eficacia conceptual por la identificación entre causación de los objetos y acciones del sujeto. A este nivel, las estructuras de referencia simbólica presentan un alto nivel de arbitrariedad: el sujeto no puede todavía establecer esquemas conceptuales de relación ni esquemas conceptuales de diferenciación sujeto-acción-mundo objetivo y mundo simbólico.
 
El segundo nivel preoperatorio (5 a 6 años) se caracteriza por un mayor descentramiento: el niño es capaz de establecer auténticas relaciones mediante la conceptualización de acciones bajo la forma de funciones (girar, por ejemplo) y no sólo de movimientos, pero estas funciones son sólo constituyentes y no constituidas, esto es carecen de estructuración operatoria lógica: “En el caso de este nivel, hablaremos de funciones constituyentes y no todavía constituidas, porque estas últimas, que se formarán en el estadio de las operaciones concretas, suponen una cuantificación efectiva, mientras que las primeras son todavía cualitativas u ordinales. Pero éstas presentan ya los caracteres fundamentales de la función, que son constituir una aplicación unívoca a la derecha (es decir, en la dirección de esta aplicación)”[91]. A pesar de que se dan ya los caracteres esenciales de las funciones en, éstas no son reversibles en cuanto tal, aunque estén orientadas, pero “por carecer de reversibilidad, no supone todavía conservaciones necesarias... sólo hay una semi-lógica, a falta de operaciones inversas, y todavía no una estructura operatoria”[92].
 
Entre los 7 y los 8 años de edad se da un cambio de rumbo decisivo en la construcción de instrumentos cognoscitivos. Aquí Piaget habla del primer nivel del estadio de las operaciones concretas: “las acciones interiorizadas o conceptualizadas, las únicas que el sujeto poseía hasta ahora, adquieren el carácter de operaciones en tanto que transformaciones reversibles que modifican algunas variables y conservan las otras como invariantes. Esta novedad fundamental se debe una vez más al progreso de las coordinaciones, pues lo característico de las operaciones ante todo es el constituirse en sistemas de conjunto o estructuras susceptibles de cierre, y que aseguran por este hecho, gracias al juego de las transformaciones directas e inversas, la necesidad de las composiciones que suponen”[93]. En este nivel se dan, mediante la clausura estructural las condiciones para la autorreferencia y la atribución operativa que a nivel primario se plasma en una discriminación de relaciones causa-efecto.
 
En el subestadio llamado por Piaget segundo nivel de las operaciones concretas (hacia los 9-10 años) se da un “equilibrio general de las operaciones concretas”[94]. Se podría hablar aquí ya de una estabilización de operaciones espacio-temporales y de la consolidación de relaciones causales fijadas en el tiempo y referidas a la acción del sujeto: “desde los 7-8 años se constituyen ciertas operaciones relativas a las perspectivas y a los cambios de puntos de vista en lo concerniente a un mismo objeto cuya posición se modifica con respecto al sujeto, pero, sólo hacia los 9-10 años puede hablarse de una coordinación de los puntos de vista con relación a un conjunto de objetos, por ejemplo tres montañas o edificios que son observados en diferentes situaciones”[95]. Esta posibilidad de perspectiva para una pluralidad de objetos apunta ya a las conexiones lógico-matemáticas depuradas que caracterizarán la etapa de las operaciones formales.
 
El desarrollo del infante llega a su culminación en el denominado nivel de las operaciones formales. Aquí, “llegamos a la tercera gran etapa del proceso que conduce a las operaciones a liberarse de la duración, es decir del contexto psicológico de las acciones del sujeto con lo que suponen de dimensión causal además de sus propiedades implicativas o lógicas, para alcanzar finalmente este carácter extratemporal que es característico de las conexiones lógico-matemáticas depuradas”[96]. La descentración a partir de la abstracción de la duración se encuentra ya en proceso de llevarse al plano de la madurez psíquica (y no sólo motriz) lo que va más allá de las acciones concretas concebidas como operaciones del sujeto: la temporalidad se introduce aquí de manera inexorable como ruptura en el proceso de desarrollo, como consciencia reflexiva del pasado, como crítica de lo que fue y necesidad de crear lo que será. Se da en la adolescencia un auténtico periodo de crisis (punto aparte merece el tema de si esta crisis de la adolescencia es sólo un producto de las sociedades industrializadas o si también puede percibirse en las formaciones tribales donde el paso a la adolescencia se da mediante rituales iniciáticos que acortan la brecha temporal entre niñez y adolescencia a partir del planteamiento del reto, el dolor y la superación de sí mismos).
 
De lo anteriormente visto, podemos concluir que la teoría de Piaget puede dar indicaciones sobre el tipo de documentos[97] y de juegos más adecuados para cada edad. El encuentro de juegos y documentos en las salas infantiles permite introducir la noción de juego documental: el juego documental es aquél que se realiza utilizando documentos. La característica del juego documental es que el niño juega con objetos que tienen la forma de documento. Puede diferenciarse claramente entre un juego documental y uno que no lo sea: así, por ejemplo, los palillos chinos no son un juego documental[98], pero sí los juegos de memoria, en los cuales se utilizan tarjetas que tienen la característica de ser un medium con un contenido (en este caso imágenes). El ajedrez tampoco es un juego documental, aunque el nivel de destreza puede mejorarse estudiando en libros y revistas especializados. Otros ejemplos de juegos documentales son los rompecabezas, que plantean el reto de presentar un documento (por lo general el contenido del rompecabezas es una imagen) previamente desarmado que hay que armar.
 
La teoría del desarrollo cognitivo de Piaget permite introducir la diferencia entre grupos homogéneos de usuarios al interior de las salas infantiles. A diferencia de otros SGD, las salas infantiles pueden establecer grupos homogéneos de usuarios por rangos restringidos de edades que permiten definir con claridad diferentes perfiles de interés. El siguiente cuadro resume algunas de las características de niños en edades que van de los 5 a los 12 años:

 
EDAD
JUEGOS Y PASATIEMPOS
RELACIÓN CON DOCUMENTOS
5 años
Pintar, dibujar, colorear, recortar y pegar
Le gusta escuchar una lectura, puede fingir que lee y pasar muy largos períodos de tiempo mirando libros por sí solo
6 años
Dibuja más activamente que antes. Regresa al anterior interés por la tierra y el agua
Toma una parte más activa en la lectura. Puede “leer” cuentos de memoria, como si leyera verdaderamente en voz alta la página impresa
7 años
Tiene más capacidad que antes para jugar solo. Hay un marcado retorno hacia colorear y recortar figuras
Muchos niños de siete años son lectores consecuentes y gozan leyendo en la medida de sus posibilidades
8 años
Aborrece jugar a solas. Cualquier cosa que haga, quiere hacerla con un adulto o con un niño, y no sólo exige la presencia de otra persona, sino también la completa atención y participación de esa persona
Aunque pueda leer bien, quizá no dedique a la lectura tanto tiempo como a los siete años y vuelva a gustarle escuchar la lectura de otros. Comienza a sentir gusto por los clásicos de la infancia. Le interesan los libros de viajes, de geografía y de épocas y lugares lejanos
9 años
Gran parte de su tiempo lo insumen actividades solitarias, tales como la lectura o ver televisión
Es un gran lector. Si un libro le gusta, le gusta en la medida que lo lee repetidamente, una y otra vez. Le atraen las historias de animales, las biografías, novelas policiales, las enciclopedias, todo le interesa
10 años
El juego es la meta última de la mayoría de los niños. La escuela y los hábitos hogareños son considerados como simples interrupciones de esta vida de juegos
Además de las historias de caballos y de perros le gustan las biografías de hombres famosos y los libros de aventuras y misterio. Sólo le echa una ojeada al diario. Lee los titulares y luego busca las fotos de accidentes o de guerra. Sigue las historietas cómicas y se interesa por las columnas de objetos perdidos y hallados
11 años
El juego ya no es fundamental. Ahora la gente es más importante que el juego. Rara vez se le ve solo y casi siempre se lo encuentra en medio del círculo familiar
Las lecturas son similares a las de los niños y niñas de 10 años, pero con un mayor interés por las historias de animales, insectos, y de la naturaleza en general. A menudo hojea el suplemento gráfico de los diarios, para mantenerse al tanto de las cosas. Dedica más tiempo y verdadero interés a las revistas de historietas
12 años
Desea formar parte de grupos y se halla gobernado en gran medida por éstos. Aunque le gustan las actividades organizadas, también disfruta de las más amorfas en que sólo pierde tiempo
Tiene menos tiempo para leer y quizá también menos deseos de hacerlo. Los libros de misterio son los que más le interesan y en segundo lugar los de aventuras
Fuente: Adaptado de Psicología evolutiva de 1 a 16 años. Arnold Gesell... [et al]. Barcelona, Paidós, 1984.
 
B. LA PERSPECTIVA DE LA ONTOLOGÍA DEL LENGUAJE
 
Si seguimos de cerca a Martin Heidegger, Friedrich Nietzsche deberá ser considerado el último filósofo metafísico de Occidente[99]. Después de Nietzsche ya no es posible hablar de pensamiento metafísico, sino de pensamiento postmetafísico. Para Habermas, el pensamiento postmetafísico se caracteriza, entre otros, por los siguientes aspectos: a) la racionalidad procedimental[100], la cual ya no puede garantizar una unidad previa en la diversidad de los fenómenos, b) el giro lingüístico de la filosofía cuyos hitos han sido el Tractatus del primer Wittgenstein, las Investigaciones filosóficas del segundo Wittgenstein, la teoría de los actos de habla de Austin y Searle y la Teoría de la acción comunicativa del mismo Habermas, y c) la deflación de lo cotidiano, favorecida por que la filosofía “hubo de renunciar a todo acceso privilegiado a la verdad y resignar toda significación salvífica de la teoría”[101].
 
La ontología del lenguaje se ubica en el ámbito filosófico inaugurado por Kant y radicalizado por Nietzsche: la crítica del proyecto metafísico de Occidente que puede remontarse a Platón. Al recuperar las enseñanzas de Heráclito se logró una comprensión del alma humana libre de la carga metafísica: “Nietzsche nos ha entregado la más fuerte crítica a la comprensión del alma humana. Fue el primer filósofo en situarse fuera del marco metafísico y en cuestionar seriamente sus supuestos básicos”[102]. El proyecto de la ontología del lenguaje es no metafísico: “Apunta hacia la creación de una base desde la cual podamos observar los fenómenos humanos, a partir de una perspectiva no-metafísica”[103].
 
Pero entonces, ¿cómo es posible que se desarrolle un proyecto no-metafísico de ontología del lenguaje si de lo que se trata es precisamente de hacer ontología, o sea, de pensar el ser? La ontología del lenguaje toma como punto de partida la definición heideggeriana de ontología y no la definición tradicional para la cual la ontología es la parte de la metafísica que estudia al ser en sí mismo. Heidegger distingue entre lo óntico, como dominio del ser y lo ontológico, como algo propio del ser humano (en terminología heideggeriana, el Dasein, o sea, el “ser-ahí”). De ahí que la ontología, en sentido heideggeriano,  deba ser definida como una interpretación “de lo que significa ser humano”[104]. Lo que la ontología del lenguaje ofrece es entonces una interpretación de lo que es ser humano desde el lenguaje: el ser humano se define por su capacidad para hablar, y cada persona puede ser conocida por lo que dice.
 
Para adentrarse en la ontología del lenguaje, es preciso desembarazarse del concepto tradicional de información, la información no es un concepto relevante para esta forma de pensar, es necesario ver las cosas desde el punto de vista del lenguaje y sus múltiples juegos. La filosofía perspectivista de Nietzsche desmontó nuestro concepto tradicional de verdad: lo importante en lo que se dice no es el contenido de lo que se dice sino quién lo dice y desde qué posición de poder lo dice (por ejemplo, los afectos pasivos como el resentimiento son el origen de una forma de decir las cosas que busca someter las fuerzas de la vida bajo el yugo del resentimiento; mientras que los afectos activos, como la voluntad de poder, son el origen de la afirmación de la vida). El lenguaje recupera así una fuerza que no tenía desde los tiempos en que se escribió el libro de los Proverbios (en esa época, se sabía que el lenguaje podía inclusive ponerse al servicio de la vida o de la muerte).
 
Tres son los postulados de la ontología del lenguaje:
 
1. Los seres humanos se interpretan como seres lingüísticos, o sea que “el lenguaje es, por sobre todo, lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que son. Los seres humanos, planteamos, son seres lingüísticos, seres que viven en el lenguaje. El lenguaje, postulamos, es la clave para comprender los fenómenos humanos”[105]. De esta forma, el ser humano se puede definir como homo loquens, el ser que habla. Ya Aristóteles había visto esto con toda claridad en su política: lo que distingue al hombre de los brutos (animales) es que tiene a su disposición el lenguaje para comunicarse acerca de lo justo e injusto, de lo útil o dañino.
 
2. El lenguaje es interpretado como generativo “El lenguaje, postulamos, genera ser”[106]. Este es quizá el postulado más radical de la ontología del lenguaje: no es que la realidad genere al lenguaje, sino todo lo contrario, el lenguaje genera realidades, abre nuevos mundos. Esto puede parecer extraño, pero pensemos por un momento cómo el proceso de enseñanza-aprendizaje que hemos vivido en la escuela e incluso en nuestra propia casa nos ha enseñado mundos que antes desconocíamos: las matemáticas, la física, la historia, estos mundos se abren a través del lenguaje (sea oral o escrito). Abrir un mundo a partir del lenguaje es algo así como mostrar una realidad que aunque ya estaba ahí antes del lenguaje, permanece como una incógnita si no se distingue a partir del lenguaje.
 
Pongamos un ejemplo: antes de que el ser humano conociera la luna, ésta era como una especie de “X” una incógnita, gracias al lenguaje comenzamos a crear un mundo donde la luna encuadraba a la perfección, gracias al lenguaje distinguimos entre planetas y sus satélites y así llegamos a la convicción de que la luna es un satélite, gracias al lenguaje llegamos a la convicción de que la luna gira alrededor de la tierra y de que la luna tiene mares y cráteres; los conceptos de satélite, planeta, órbita, cráter, lado oscuro, mar y otros que nos han permitido comprender mejor la luna han surgido gracias al poder del ser humano para nombrar las cosas, al lenguaje. Desde la Biblia, el ser humano ha sido el único animal con el poder de nombrar, y así, desde que el ser humano nombró a la luna, dijo que era un satélite sin vida, con cráteres y mares, la luna dejó de ser una “X” de queso, para pasar a ser una realidad bien definida, todo gracias al lenguaje.
 
3. Se interpreta que los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. “El ser humano no es una forma de ser determinada, ni permanente. Es un espacio de posibilidad hacia su propia creación. Y aquello que lo posibilita es precisamente la capacidad generativa del lenguaje”[107]. Esto significa que gracias a la capacidad del lenguaje para abrir nuevos mundos (su capacidad generativa) el ser humano puede definirse a sí mismo de formas diferentes a lo largo de la historia, el ser humano crea su propia identidad a partir del lenguaje. No es lo mismo el ser humano como se define en Homero que en Aristóteles, y no es igual la comprensión griega del hombre en la polis que la concepción postmoderna del hombre viviendo en democracias pluralistas. El mismo concepto de pluralismo ha creado una forma de interpretar la realidad, ha abierto un mundo: el pluralismo admite que hay más de una explicación válida de la realidad y con ello pone las bases para subvertir el absolutismo y el totalitarismo: de esta forma, el ser humano crea un espacio político diferente y vive ahí de manera no comparable con la forma como vivía en la Europa feudal.
 
A estas alturas se pueden comenzar a vislumbrar algunas aplicaciones de la ontología del lenguaje en el ámbito bibliotecario: los procesos de consulta, por ejemplo, están mediados por el lenguaje, pero también casi toda posible relación con el usuario y toda relación posible entre gestores y facilitadores. Pero a estas alturas en realidad no hemos ganado más que la constatación de que en los sistemas de gestión documental, el lenguaje está detrás de casi todas las actividades: creando nuevas realidades, abriendo mundos, poniendo a la vista nuevos horizontes. Pero la ontología del lenguaje va todavía más allá: dinamita la tradicional distinción sujeto-objeto, tan apreciada por la teoría del conocimiento moderna. También desde el punto de vista del constructivismo radical de Luhmann, la distinción sujeto-objeto desaparece, se trata de constructos teóricos fundamentados en la metáfora representacionista de la realidad: el sujeto es aquel que está frente al objeto para representarlo, para copiarlo. Esto es radicalmente falso. Todo sujeto, si es que así queremos seguirlo llamando es sólo un observador que está ubicado en una perspectiva determinada: el observador no ve la realidad tal cual es en sí misma, sino tal cual le aparece a él. De esta forma llegamos al primer principio de la ontología del lenguaje: “No sabemos cómo las cosas son. Sólo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos. Vivimos en mundos interpretativos”[108].
 
Dicho en forma más radical: nosotros no vemos el mundo tal cual es, sino que el mundo es tal cual nosotros lo vemos; si nosotros cambiamos, el mundo cambia. Pero, ¿cómo es posible que el mundo cambie si cambiamos nosotros? Supongamos un ejemplo muy simple: si soy un observador que quiere ver un bosque, necesito ubicarme en un lugar de observación - una atalaya o un mirador- para desde ahí observar, si cambio de mirador mi perspectiva del bosque será diferente. En términos de la actividad bibliotecaria, esto implica que el usuario tiene siempre una perspectiva y ve las cosas desde su particular punto de vista y que tanto gestores como facilitadores tienen otra perspectiva. De hecho, no sólo las perspectivas varían de acuerdo a las funciones -una es la perspectiva del director de una biblioteca y otra muy diferente es la de un catalogador al que se le paga a destajo- también varían entre personas que pueden ocupar la misma función (así por ejemplo, un facilitador puede ver la consulta de un usuario como un reto, mientras que otro la ve como una molestia).
 
Pero hay que ir más allá todavía, no sólo el lenguaje abre mundos, también condiciona y coordina nuestras acciones. Una instrucción puede llevarnos a hacer algo que antes no haríamos, las órdenes respaldadas por el principio de autoridad nos llevan a la acción; para preparar un informe de actividades debemos ponernos a escribir. De ahí un segundo principio de la ontología del lenguaje: “No sólo actuamos de acuerdo a cómo somos, (y lo hacemos), también somos de acuerdo a cómo actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo a lo que hace”[109]. De esta forma, el lenguaje puede definirse como coordinación de coordinación de acciones: “El lenguaje, en cuanto fenómeno, es lo que un observador ve cuando ve una coordinación consensual de la coordinación de acciones -cuando los miembros participantes de una acción coordinan la forma en que coordinan juntos la acción. El lenguaje, sostenemos, es coordinación recursiva del comportamiento”[110].
 
Pero, ¿qué significa esto de coordinación de coordinación de acciones? En la soledad de nuestra vida no social, solemos realizar operaciones como ver, inteligir, juzgar, verificar, etc[111]., pero en sociedad, estas operaciones se coordinan con las operaciones de otros, a esta coordinación de operaciones se le puede llamar cooperación. El lenguaje coordina precisamente esta cooperación, coordina la forma como se coordinarán las acciones cooperativas. Esto se da gracias a que el lenguaje es autorreferencial, tiene una inusitada capacidad recursiva. Esta recursividad implica que el lenguaje puede volver constantemente sobre sí mismo: “los seres humanos, podemos hacer girar el lenguaje sobre sí mismo. Podemos hablar sobre nuestra habla, sobre nuestras distinciones lingüísticas, sobre nuestro lenguaje, sobre la forma en la que coordinamos nuestra coordinación de acciones. Y podemos hacerlo una y otra vez”[112].
 
Demos un paso más allá de la capacidad recursiva y coordinativa del lenguaje para concluir con los principios de la ontología del lenguaje. Si somos consecuentes, el postulado de la capacidad generativa del lenguaje, o sea, su aptitud para crear mundos, llega al extremo incluso, de también crear al ser humano: el lenguaje crea al ser humano. Veamos esto: la misma definición de ser humano es posibilitada por el lenguaje, nuestra comprensión de lo que somos se abre gracias al lenguaje, la anatomía divide el cuerpo humano gracias al lenguaje, la psicología analiza las facultades de la psique a través del lenguaje. El mismo concepto de ser humano es una creación lingüística (no otro es el sentido de la controvertida frase de Foucalt en Las palabras y las cosas sobre la muerte del hombre. Lo que Foucault no afirma es la muerte del género humano, pero sí la obsolescencia del concepto de hombre tal como fue diseñado por la modernidad). Pero el lenguaje, a su vez, “nace de la interacción social entre los seres humanos. En consecuencia, el lenguaje es un fenómeno social, no biológico”[113]. De ahí llegamos a una conclusión que a algunos puede resultar asombrosa, pero que sin duda no es ajena al pensamiento de raíz marxista, y que se constituye como el tercer y último principio de la ontología del lenguaje: “Los individuos actúan de acuerdo a los sistemas sociales a los que pertenecen. Pero a través de sus acciones, aunque condicionados por estos sistemas sociales, también pueden cambiar tales sistemas sociales”[114].
 
Lo anteriormente dicho era también, mutatis mutandis, un postulado del marxismo. Ejemplifiquemos: un bibliotecario que se forma profesionalmente en una sociedad funcionalmente diferenciada como la norteamericana tiene prácticas distintas a las de un bibliotecario que se forma profesionalmente en una sociedad como la mexicana que todavía contiene estratos sociales muy desiguales (en este caso, clases sociales entre las que hay grandes diferencias en cuanto a ingresos), la forma de ser de ambos, su ethos es diferente, porque han crecido en medios lingüísticos que les han abierto mundos y horizontes que no son iguales. Lo mismo vale para los subsistemas sociales: los individuos que están en el entorno de los sistemas de gestión documental, ya sea como usuarios o como gestores y facilitadores actúan de acuerdo a lo que el sistema les exige, así por ejemplo, los usuarios actuarán de acuerdo a un reglamento de servicios, el cual abre un mundo posible de acciones (como el hacer uso de libros en préstamo) a la vez que cierra otro mundo posible de acciones (como el mutilar revistas) a partir del lenguaje.
 
Con lo antes expuesto poco hemos ganado para analizar las interacciones en bibliotecas o centros de documentación, ya que carecemos de una metodología para el estudio de lo que ahí se dice. Sólo sabemos hasta ahora, que todo lo que se dice en una biblioteca no es trivial, que el lenguaje no es inocente, que cada palabra pronunciada puede abrir o cerrar mundos (por ejemplo, en muchas ocasiones un “sí” abre un mundo posible en el que se puede actuar, mientras que un “no” puede cerrarlo). La metodología específica que desarrolla la ontología del lenguaje para el análisis de lo que se dice se basa en la teoría de los actos de habla y en la consecuente distinción entre diferentes tipos de actos lingüísticos.
 
Para la ontología del lenguaje existen tres tipos principales de actos lingüísticos: las afirmaciones, las declaraciones y las promesas. Cada uno de estos actos tiene características muy particulares, su criterio de aplicación es diferente y también su origen puede variar. Para no extender más esta ya amplia presentación de la ontología del lenguaje, presentaremos un cuadro resumen donde se contemplan los actos de habla, su definición, su criterio de aplicación y su fuente u origen.
 
ACTO DE HABLA
DEFINICIÓN
CRITERIO
FUENTE
EJEMPLO
Afirmación
Proposición acerca de nuestras observaciones
Afirmación verdadera vs. afirmación falsa
El mundo de los hechos
Ayer llovió en la ciudad de México
Declaración
Proposición que genera un nuevo mundo
Declaración válida o inválida o en el caso de los juicios, juicios fundados o infundados
El poder o la autoridad conferidos a la persona que hace la declaración
Declaración del No y del Sí (aceptación), declaración de ignorancia, declaración de amor y declaración de perdón.   Juicios
Promesa
Son actos que permiten coordinar acciones con otros
Compromiso manifiesto mutuo entre un orador y un oyente par llevar a cabo un acción en el tiempo
Consentimiento mutuo de las partes
Peticiones y ofertas
 
La teoría de los actos de habla es una de las herramientas analíticas fundamentales de la ontología del lenguaje, gracias a esta teoría podemos distinguir, en una conversación, entre distintos tipos de actos. Pongamos un ejemplo en apariencia trivial, supongamos la conversación entre un usuario (U) y un facilitador (F) en un sistema de gestión documental especializado en educación:
 
U: Buenas tardes, me gustaría poder consultar el catálogo público (petición).
F: Buenas tardes, el reglamento de servicios de la biblioteca dice que para poderlo hacer usted tiene que mostrar una credencial oficial con fotografía y depositar sus cosas en el guardarropa (afirmación).
U: ¡Qué contrariedad! En estos momentos no traigo conmigo identificaciones, pero podría traerle otro día mi credencial de elector (oferta).
F: Creo que podemos interpretar a discreción el reglamento (oferta) si usted tiene a la mano alguna otra identificación con fotografía, digamos su credencial de estudiante quizá podamos hacer algo(petición).
U: Gracias, ya sabía yo que en esta biblioteca el servicio era muy eficiente (juicio). Aquí está mi credencial (oferta) y para la vez próxima le prometo traer una identificación oficial (oferta).
F: Muy bien, puede usted consultar el catálogo (declaración).
 
Veamos esta conversación desde las perspectivas de la Ontología del lenguaje. el usuario comienza con una petición (consultar el catálogo), su objetivo es coordinar acciones con el facilitador para poder consultar un medio de acceso. Para hacer su petición sólo se requeriría un consentimiento mutuo mínimo: que el facilitador aceptar escuchar (escuchar, bajo los supuestos de la ontología del lenguaje, no equivale a oír, sino que consiste ante todo en un preocuparse por el otro) la petición y que el usuario aceptara pedir. Sin embargo, para que una petición sea procesada se requiere entrar en lo que Echeverría llama la danza de las ofertas y las promesas: “Como para hacer promesas se necesita del consentimiento mutuo entre las partes, para llegar a este consentimiento podemos proceder a través de dos acciones diferentes. Ambas son movimientos iniciales de un orador hacia la obtención de un acuerdo mutuo con su oyente y así poder concretar una promesa. Estas dos acciones son peticiones y ofertas”[115]. De esta forma, la petición del usuario llevará a una danza de peticiones y ofertas mutuas. Sigamos adelante.
 
A la petición del usuario el facilitador responde con una afirmación: que el reglamento de servicios de la biblioteca establece que para poder hacer uso de los catálogos públicos se requiere una identificación oficial. Esta afirmación se refiere a un hecho: lo que el reglamento dice. Si el usuario cuestionara al facilitador, entonces éste tendría que demostrar la veracidad de su afirmación, enseñando al usuario el reglamento; esto es, debe dar una prueba de que lo que dice es verdadero. Pero como el usuario no cuestiona la afirmación la conversación sigue.
 
A la afirmación del gestor, el usuario responde con desánimo y realiza una oferta: mostrar su credencial oficial algún otro día. Al hacer esta oferta el usuario se está comprometiendo a algo, está realizando una promesa.
 
El facilitador responde a la oferta del usuario con una contraoferta: aplicar el reglamento a discreción. Junto con esta oferta, el facilitador realiza una petición: que el usuario muestre alguna otra identificación.
 
Ante esta actitud del facilitador el usuario responde declarando que en la biblioteca es el servicio es muy eficiente. Esta declaración es un juicio de valor, por lo que si el usuario, ante otras personas hace el mismo juicio tendrá que fundamentar porqué afirma que la biblioteca es eficiente (en este caso, podrá relatar su propia experiencia). Después del juicio de valor, el usuario hace una doble oferta: le presenta otra credencial al facilitador y le promete traer, en una ocasión ulterior una identificación oficial. Ahora bien, si el usuario no cumple con su promesa, o sea, no porta su credencial en una visita posterior, entonces el facilitador, con justa razón, puede sentirse defraudado y entonces perderá la confianza en el usuario. Esto es fundamental: una promesa no cumplida en el plazo establecido y con las acciones adecuadas erosiona la base de confianza que se da entre las personas.
 
Por último, el facilitador, habiendo visto la identificación del usuario declara con un sí que el usuario puede consultar el catálogo. Esta declaración, como toda declaración, abre al usuario un mundo nuevo, posibilitado por la consulta al catálogo. Las declaraciones abren mundos nuevos, mientras que las afirmaciones sólo se refieren a mundos ya abiertos y a la mano: “cuando podamos sostener que la palabra debe adecuarse al mundo y que, por lo tanto, el mundo es el que conduce la palabra, hablaremos de afirmaciones. Cuando suceda lo contrario, cuando podamos señalar que la palabra modifica al mundo y que, por lo tanto, el mundo requiere adecuarse a lo dicho, hablaremos de declaraciones”[116].
 
Resumiendo lo logrado a partir de la ontología del lenguaje podemos decir: quien hace una afirmación se refiere siempre con su decir a algo en el mundo que puede constatarse, quien afirma puede demostrar que lo que afirma es tal como lo está afirmando si demuestra la veracidad de lo que dice, o sea, si su interpretación del mundo corresponde con los hechos. Quien hace una declaración abre un mundo nuevo, inaugura horizontes inéditos (esto es particularmente visible sobre todo en las declaraciones de independencia o cuando en los juicios penales se declara la culpabilidad o la inocencia del procesado), las declaraciones, a diferencia de las afirmaciones, no son verdaderas o falsas, sino válidas o inválidas, dependiendo de quien haga la declaración; si quien declara algo no tiene poder o autoridad para hacerlo la declaración es inválida. Finalmente, las promesas implican un compromiso y un consentimiento al menos entre dos personas respecto a ofertas o promesas traducidas en acciones que hay que cumplir en un lapso de tiempo determinado; cuando las ofertas o las promesas no se cumplen se pierde la confianza mutua y por lo tanto la base para el mutuo compromiso y el mutuo consentimiento.
 
Muchos otros supuestos de la ontología del lenguaje se han dejado fuera. Lo importante en esta sección era apuntar algunas perspectivas para el estudio de los usuarios. Dos propuestas se han discutido aquí: el estudio del desarrollo genético de la inteligencia y las operaciones formales y sus implicaciones para el estudio de comunidades de usuarios conformadas por niños; y, la ontología del lenguaje, como una metodología que permite analizar procesos comunicativos tomando como base la teoría de los actos de habla.
 
2. 3. EL CONCEPTO DE USUARIO
 
Si bien se han realizado ya algunas aclaraciones mínimas sobre la comunidad de usuarios y el usuario considerado individualmente, no se ha definido todavía qué es el usuario. La teoría bibliotecaria se ha interesado últimamente, y de manera muy particular, por el usuario, todo ello como parte, tanto del auge del movimiento existencialista que se dio a fines de la Segunda Guerra Mundial, como de los nuevos enfoques administrativos y de servicios centrados en el cliente. Esto no quiere decir que la teoría bibliotecaria estudie al usuario, porque entonces tendría que estudiar todas las relaciones del usuario y de la unidad de gestión, pero entonces ¿dónde quedaría el estudio de la ordenación de documentos, ya que ésta no es función del usuario?
 
Para la teoría bibliotecaria lo más importante, en tanto que teoría es el documento, pero en la práctica, lo más importante para ella es el usuario: se puede afirmar así que el documento tiene prioridad gnoseológica y el usuario ontológica y ética. Se ha llegado a pensar inclusive que el usuario es el objeto de estudio de la teoría bibliotecaria, porque ciertamente, el usuario es el fin de toda actividad que se realiza al interior de los sistemas de gestión: el objetivo del proceso de ordenación de documentos es su puesta a disposición de un usuario y la utilización de los documentos por parte del mismo. Pero hay que recordar que el usuario es el usuario de los sistemas de gestión, y más allá, es el usuario de los documentos que ahí se encuentran. El usuario que aquí se considera es ante todo el de los SGD.
 
Cuando se piensa en los usuarios puede darse una confusión, consistente en creer que es lo mismo usuario de la información, usuario de la información documental (o del documento) y usuario de la unidad de gestión (de lo que hemos visto anteriormente debería resultar claro que se trata de grupos diferentes que se encuentran en el universo más amplio de la información. En la realidad, estas descripciones se encuentran separadas por líneas claras: el usuario de información puede ser cualquier persona (inclusive quien no sabe leer o escribir), el usuario de información documental, sólo puede ser una persona que sepa leer y escribir, pero no necesariamente este tipo de usuarios asisten o hacen uso de los servicios de los Sistemas de Gestión Documental (SGD), finalmente el usuario de los SGD es un tipo muy particular de persona que tiene la capacidad de leer y escribir y asiste y hace uso de los servicios de SGD. Así, el interés primordial del SGD es el usuario, en segundo lugar se encuentra el usuario de documentos como usuario potencial (en la medida en que pueda atraerse a la unidad para que haga uso de los documentos que ahí están) y en un mínimo grado el usuario de la información (porque éste puede ser incluso analfabeto).
 
La razón por la que considero que el concepto de usuario de la información es impreciso es la siguiente: el término usuario de la información es demasiado amplio, ya que todos los seres humanos e inclusive hasta los animales son usuarios de información. La información es fundamental para la vida humana, pero también para la animal (por poner un ejemplo, el animal se informa acerca de dónde está su alimento, para buscarlo, cazarlo o perseguirlo). Por ello, lo que interesa más a la Ciencia Bibliotecaria son aquellos seres que pueden hacer uso de documentos (en este caso están solo los seres humanos, ya que pese a que los animales pueden jugar con documentos o manipularlos, no pueden descifrarlos, porque como ya se estableció, el documento es un producto artificial, que no es accesible a la inteligencia animal). Este criterio de distinción ya fue establecido con toda claridad por Ario Garza Mercado al referirse a las diferencias entre las bibliotecas como sistemas de información y los centros de información: “La biblioteca es un sistema de información porque adquiere, procesa, almacena y disemina mensajes, pero se distingue del centro de información propiamente dicho porque la primera ofrece conocimientos y datos a través, y además, de las obras que forman parte de su acervo documental. Esto la distingue, por ejemplo, del centro de cómputo y del banco de datos bibliográficos o estadísticos”[117].
 
Puede parecer una obviedad, pero nadie nace siendo usuario de los SGD; para ser usuario de los SGD es preciso aprender a serlo. El usuario no nace, se hace. Una distinción adicional que es importante introducir es la que se da entre el usuario de la unidad de gestión, el usuario de documentos, el usuario que tiene su propia y pequeña unidad de gestión y el usuario de otros sistemas de gestión. Entre el usuario de documentos y el usuario de grandes sistemas de gestión hay una serie de puntos intermedios, algunos de los cuales son sólo estudiados marginalmente por la Ciencia Bibliotecaria. Para ésta, lo fundamental, después del estudio de los documentos, es el estudio de los usuarios de documentos en sistemas de gestión documental.
 
Por último es imprescindible mencionar que el cambio tecnológico plantea en la actualidad el hecho de que el usuario de un SGD puede ser una máquina (una terminal de computadora remota por ejemplo), en este caso, el planteamiento de la teoría del usuario debe desarrollar algunos nuevos temas. Por ello, nuestra última sección debe dedicarse al tema del cambio tecnológico, previa aclaración de cómo conceptualizamos en este libro el concepto de información.



[1] Respecto al concepto de Ciencia Bibliotecaria Cf. la tecera parte de este libro.
[2] Utilizamos el ejemplo de la economía no porque consideremos que sea el sistema determinante de la estructura social, sino sólo por razones meramente prácticas. Es vital considerar que el tema de la vinculación sistema económico-sistemas de gestión documental debe ser ampliado, pero también deben abordarse con seriedad las relaciones entre SGD con los  sistemas político, jurídico, educativo, científico, y con la sociedad.
[3] El llamado fenómeno de la globalización parece irreversible. Una de las expresiones de la globalización es la integración de bloques económicos, de los cuales suelen distinguirse: la Unión Europea, los países de la Cuenca del Pacífico y América. Los antecedentes del proceso se encuentran en el acuerdo constitutivo firmado en 1957 entre Italia, Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo, el cual incluyó los siguientes temas: libre circulación de mercancías y factores, competencia en agricultura, transporte, política comercial, política energética, defensa de la competencia y política social. La integración económica es un proceso que se inicia en acuerdos sectoriales hasta llegar a la unión económica, entre ambos extremos se encuentran los siguientes puntos intermedios: acuerdos preferenciales, acuerdos de libre comercio, uniones aduaneras y mercados comunes. Al respecto Cfr. Eugenia Cano León. “Área de libre comercio de las Américas vs. Unión Europea: ¿sólo bloques comerciales?” En Bien Común y Gobierno. No. 44, julio de 1998. p. 47-60
[4] Los elementos que integran o forman el mecanismo del mercado son: bienes y servicios (mercancías), oferentes de bienes y servicios, demandantes de bienes y servicios, y precio de los bienes y servicios. Cfr. Méndez. Fundamentos de economía. p. 124
[5] “La demanda es la cantidad de mercancías que pueden ser compradas a los diferentes precios por un indiiduo o por el conjunto de individuos de una sociedad”. Ibid. p. 125
[6] “La oferta es la cantidad de mercancías que pueden ser vendidas a los diferentes precios del mercado por un indivuduo o por el conjjunto de indivuduos de la sociedad”. Ibid. p.133
[7] “La mercancía es, en primer lugar, un objeto exgerior, una cosa que merced a sus propiedades satisface necesidades humanas del tipo que fueran”. Karl Marx. El Capital. T. I. V. 1. p. 43.
[8] “Es sólo la cantidad de trabajo socialmente necesario... o el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de un valor de uso, lo que determina su magnitud de valor”. Ibid. p. 48
[9] Para esta teoría, las necesidades humanas son el eje a partir del cual giran los bienes y servicios. Los bienes y servicios pueden existir de manera realtivamente abundante o escasa. En todo caso, existe un óptimo de satisfacción de necesidades con una cierta cantidad de bienes, si esta cantidad de bienes es mayor, puede darse el desperdicio, si es menor, la instatisfacción “... existe una íntima vinculación entre necesidades humanas por un lado y escasez y utilidad de los bienes que satisfacen necesidades por el otro”. Méndez. Fundamentos de Economía. p. 104. Ya en 1871, en su Teoría de la economía política, Jevons inaugura la teoría de la utilidad marginal al afirmar que el valor de una mercancía está en función su utilidad: “The value depends entirely upon utility” [“El valor depende por completo de la utilidad”]. Citado en Dussel. Ética de la liberación. p. 153, n. 230.
[10] “¿Cómo agrega el obreto tiempo de trabajo, y por ende, valor? Lo hace siempre y únicamente bajo la forma de su peculiar modalidad laboral productiva. El hilandero sólo agrega tiempo de trabajo al hilar, el tejedor al tejer, el herrero al forjar. Pero por medio de la forma, orientada a un fin, en que esos obreros incorproan trabajo en gheneral, y por tanto valor nuevo, por medio del hilar, el tejer, el forjar, es como los medios de producción, el algodón, el uso, el hilado y el telar, el hierro y el yunque, se convierten en elementos constitutivos de un producto, de un nuevo valor de uso”. Karl Marx. El Capital. T. 1. V. 1., p. 242. A esta consideración de Marx sobre el origen del valor agregado cabría agregar, para el caso del trabajo de los gestores en las bibliotecas, que no estamos ante obreros sini ante trabajadores que realizan un tipo de labor que es más intelectual que manual (en la época de Marx, el trabajo era concebido ante todo como actividad manual, la revitalización de la actividad intelectual como trabajo ocucrrió hasta mediados del siglo XX). De ahí que el gestor agrega un tipo de tiempo de trabajo diferente a la obra, no agrega tiempo a la labor de editar una obra, sino tiempo orientado por el fin de la reproducción documental. Por ello, los medios de producción del trabajo bibliotecario son ante todo de carácter documental (son, especies de meta-documentos, o documentos que se usan para describir documentos): reglas para la representación, tarjetas para la catalogación descriptiva.
[11] “La utilidad de una cosa hace de ella un valor de uso”. Ibid., p. 44
[12] “Una mercancía individual... se intercambia por otros artículos en las proporciones más diversas”. Ibid. p. 45
[13] La ley de la demanda puede expresarse de la siguiente manera: “Siempre y cuando las condiciones no varíen... la cantidad que se demande de un bien en el mercado, varía en razón inversa de su precio”. Méndez. Op. Cit. p. 126. Por otro lado, la ley de la oferta se puede enunciar así: “Siempre y cuando las condiciones no varíen... la cantidad que se ofrezca de un bien en el mercado varía en razón directa de su precio. Ibid. p. 133
[14] “…la interacción de la oferta y la demanda provoca el establecimiento de un precio al cual tanto los proveedores como los demandantes están dispuestos y en posibilidad de vender o comprar la misma cantidad de bienes”. Robert L. Heilbroner y Lester C. Thurow. Economía. P. 115.
[15] Méndez. Fundamentos de economía. p. 133
[16] Ibid. P. 126
[17] El mecanismo del precio sirve para: regular la producción, regular el uso y disposición de los recursos económicos, regular la distribución y el consumo y equilibrar el sistema económico. Méndez. Op. cit. p. 142
[18] Que son “grupos de la sociedad que intervienen en la economía de un país y se clasifican en: sector privado, sector público y sector externo...” Ibid. p. 238. El sector público está conformado por el gobierno federal, los gobiernos estatales y los organismos y empresas públicas y de participación estatal. Cfr. Idem.
[19] Los bienes y servicios generados por el gobierno suelen ser denominados bienes y servicios públicos, entre estos están: agua potable y alcantarillado, limpia, panteones, parques y jardines.
[20] “Las crisis son la parte fundamental del ciclo económico y representan el mayor problema tanto teórico como práctico, puesto que lo importante es seguir una política económica adecuada para resolver estos problemas”. Méndez. Fundamentos de economía. p. 298
[21] “Complejidad... significa coacción a seleccionar. Coacción a seleccionar significa contingencia, y contingencia significa riesgo. Cualquier estado complejo de cosas se basa en una selección de las relaciones entre los elementos, los cuales, a su vez, son utilizados para constituirse y conservarse... La disposición y la conservación de la diferencia entre sistema y entorno resulta... un problema, ya que para cualquier sistema el entorno es más complejo que el sistema mismo”. Niklas Luhmann. Sistemas sociales. p. 48.
[22] “Junto con la constitución de elementos del sistema, la determinación de los límites es el requisito más importante de la diferenciación de los sistemas. Los límites pueden considerarse suficientemente determinados cuando los problemas que quedan abiertos en la constitución de los límites o en la coordinación de los acontecimientos, pueden ser tratados por el sistema con sus propios medios -hacia fuera y hacia dentro-, por lo tanto, cuando un sistema inmune puede utilizar su propia manera de operación para discriminar entre el efecto interno y el externo, o si el sistema social -constituido por comunicación- puede decidir, mediante comunicación, si se trata o no de una comunicación”. Ibid. p. 52.
[23] Esta oposición la plantea Kant en la Crítica de la Razón Pura en términos de la distinción entre nóumenos y fenómenos: “El uso trascendental de un concepto, en cualquier principio, consiste en referirlo a objetos que no nos son dados en ninguna intuición y son, por lo tanto no sensibles. El uso empírico consiste en referirlo sólo a fenómenos, es decir, a objetos de una experiencia posible”. Analítica de los Principios, III. En el plano ético es donde esta oposición toma mayor fuerza: “El ser racional se considera, como inteligencia, perteneciente al mundo inteligible, y si llama voluntad a su causalidad es porque la considera como una causa eficiente que pertenece a ese mundo inteligible. Pero, por otro lado, tiene conciencia de sí, como parte también del mundo sensible, en el que sus acciones se encuentran como meros fenómenos de aquella causalidad...” Fundamentación de la metafísica de las costumbres. III.
[24] “La necesidad no es necesaria debido a una causa, ni a una ley. La necesidad no es otra cosa que la misma reproducción autopoiética. Esta necesidad de reproducción autopoiética tiene frente a sí una sola alternativa: la finalización, la conclusión del sistema. En este sentido, todo orden tiene una dirección antiteleológica. ¡Precisamente lo que no quiere es esta conclusión!”. Niklas Luhmann. Sistemas sociales. p. 266-267.
[25] A este tema dedicaré la siguiente sección de esta parte.
[26] “Las formas de la diferenciación se distinguen del modo en que se trazan los límites entre sistemas parciales y sus entornos al interior de la sociedad... En el curso de la evolución de la sociedad, cuatro formas de la diferenciación han desarrollado la función de estructura: la diferenciación en sistemas parciales similares (segmentación); diferenciación centro/periferia; diferenciación jerárquica de estratos; diferenciación funcional”. Giancarlo Corsi. GLU. p. 59
[27] “Las generalizaciones de expectativas hacia lo típico o lo normativo desempeñan... una función doble: por una parte, realizan una selección entre la totalidad de las posibilidades indicadas y reproducen así la complejidad del sentido sin destruirla; por otra parte, no toman en cuenta las discontinuidades con respecto a lo objetivo temporal y social, de manera que una expectativa sigue siendo útil aun cuando la situación haya cambiado...” Niklas Luhmann. Sistemas sociales. p. 108.
[28] El tema del valor agregado es competencia del estudio de los SGD con relación al entorno económico.
[29] Echauri Martínez, Eustaquio. Vox: diccionario básico latino-español/español-latino. p. 412.
[30] Martín Alonso. Enciclopedia del idioma. v. 3. p. 3593.
[31] “Término que designa ya sea el acto con el que la conciencia reproduce un objeto exterior (p. ej. una cosa) o un objeto interno (un estado de ánimo o una imagen fantástica), ya sea el contenido mismo de dicha operación reproductiva”. Enciclopedia de filosofía. p. 848.
[32] “La capacidad de reflexionar sobre una lengua, tomando como instrumento la lengua misma, se conoce como función metalingüística [del lenguaje]”. Raúl Ávila. La lengua y los hablantes. p. 68
[33] “La lengua... es a la vez una institución social y un sistema de valores. En cuanto institución social... es un contrato colectivo, al cual, si alguien quiere comunicarse, tiene que someterse por completo”. “El habla es esencialmente un acto individual de selección y actualización; está constituida, ante todo, por las combinaciones gracias a las cuales el sujeto hablante puede utilizar el código del lenguaje para expresar su pensamiento personal”. Roland Barthes. La aventura semiológica. p. 22.
[34] “El signo... está compuesto por un significante y un significado. El plano de los significantes constituye el plano de la expresión y el de los significados el plano del contenido”. Roland Barthes. Op. cit. p. 39.
[35] Una regla que sólo pudiera aplicar una persona por una vez sería contradictoria: “It is not possible that there should have been only one occasion on which someone obeyed a rule... To obey a rule, to make a report, to give an order, to play a game of chess, are customs (uses, institutions)”. [“No es posible que sólo exista una ocasión en la que alguien siga una regla... Obedecer una regla, hacer un reporte, dar una orden, jugar un juego de ajedrez, son todas costumbres (usos, instituciones)”]. Ludwig Wittgenstein. Philosohpical Investigations. 199.
[36] “... la ley sincrónica da cuenta de un estado de cosas... La diacronía supone, por el contrario, un factor dinámico por el que se produce un efecto, por el que se ejecuta una cosa”. Ferdinand de Saussure. Curso de lingüística general. p. 132
[37] Giancarlo Corsi. GLU. p. 131-132.
[38] “La observación puede identificar los objetos, y (si se orienta por ejemplo a una distinción sistema/entorno) puede distinguir los procesos internos de un sistema de aquello que no le pertenece, puede identificar relaciones causales entre interior y exterior; puede atribuirles una finalidad”. Ibid., p. 119. 
[39] Fremont E. Kast y James E. Rosenzweig. Administración en las organizaciones: enfoque de sistemas y de contingencias. p. 235.
[40] Koontz y Weihrich clasifican los diferentes tipos de planes de la siguiente manera: “1) propósitos o misiones, 2) objetivos, 3) estrategias, 4) políticas, 5) procedimientos, 6) reglas, 7) programas y 8) presupuestos”. Administración. p. 70. 
[41] Las políticas “constituyen declaraciones o entendimientos generales que orientan o encauzan el pensamiento en la toma de decisiones”. Harold Koontz y Heinz Weihrich. Administración. p. 73.
[42] La descripción de un puesto es la “Forma escrita en que se consignan las funciones que deberán realizarse en un puesto; esta se puede presentar en forma genérica y analítica”. La descripción genérica es una “Breve explicación de la actividad más característica del puesto, que sirva para definirlo, sin entrar en detalles innecesarios y considerando su función como un todo”. La descripción analítica es una “Descripción detallada de las funciones que se deben realizar en el puesto...” Fernando Arias Galicia. Administración de recursos humanos. p. 177.
[43] “Formular la misión de una organización equivale a enunciar su principal razón de existir. Es identificar la función que cumple en la sociedad y, además, su carácter y filosofía básicos”. David R. Hampton. Administración. p. 144.
[44] La distinción entre eficiencia y eficacia es fundamental para la teoría neoclásica de la administración: la eficacia consiste ante todo en el énfasis y la obtención de resultados, mientras que la eficiencia consiste ante todo en el énfasis en los medios y el cumplimiento de tareas y obligaciones. Cf. Idalberto Chiavenato. Introducción a la teoría general de la administración. p. 191.
[45] Metafísica. V, 12.
[46] En latín el concepto de communitas está estrechamente relacionado con los conceptos communis (común, que pertenece a varios o a todos), communico (poner en común) y communio (participación en común). Cf. Eustaquio Echauri Martínez. Op. cit. p. 71.
[47] La obra clásica donde se hace una diferenciación clara entre comunidad y sociedad es Gemeinschaft und Gessellschaft de Ferdinand Tönnies, aparecida en 1887. Para Tönnies, la comunidad es la auténtica vida común, adecuada al hombre. La comunidad es además el origen de la sociedad y es el ámbito donde la memoria y el lenguaje son causa de relaciones solidarias, en las que las personas se sienten “obligadas” a prestar a otras diversos servicios pero a la vez tienen consciencia de que tienen derecho a ciertos servicios determinados. Cf. Helmunt Schoeck. Diccionario de sociología. p. 120-121.
[48] La sociología actual ha definido al grupo como “un conjunto de individuos que persiguen unas metas comunes, poseen un status en el grupo y realizan  los roles correspondientes a este status”. Ibid. p. 345-346
[49] La cultura no sólo consiste en la acumulación de conocimientos adquiridos en el transcurso de innumerables generaciones, sino que también proporciona esquemas de comportamiento. Ibid. p. 186-187
[50] Por cambio social “se entiende, en primer lugar, una mutación esencial en la mayoría de los esquemas de conducta de los procesos interhumanos (interacciones)”. Ibid. p. 62-63. Para profundizar en la forma como se mide el cambio social Cf. Indicators of social change: concepts and measurements. p. 9 ss.
[51] El cual se puede definir como “toda actividad corporal o intelectual que permite adquirir los medios necesarios para la satisfacción de necesidades”. Ibid. p. 729
[52] Que es “El conjunto de todas las personas que viven dentro de un territorio geográfico y (o) políticamente limitable en un momento concreto”. Ibid. p. 543
[53] “Social stratification means the differentiation of a given population into hierarchically superposed clases... Its basis and very essence consist in an unequal distribution of rights and privileges, duties and responsibilities, social values and privations, social power and influences among the members of a society”. [“La estratificación social se define como la diferencia que hay en una población dada entre clases jerárquicamente superpuestas... Su base y esencia misma consiste en una desigual distribución de los derechos y privilegios, de los deberes y las responsabilidades, de los valores y las privaciones sociales, del poder social y de las influencias recíprocas entre los miembros de una sociedad”] Pitirim A. Sorokin. Social and cultural mobility. p. 11. Para más información sobre la teoría del cambio social de Sorokin  y su impacto en el ámbito de la sociología Cf. George Ritzer. Teoría sociológica contemporánea. p. 68-71.
[54] “There are two principal kinds of fluctuations wich must be discriminated in the economic status of a group. The first is the rise or decline of the group as a whole; the second is an increase or a decrease of economic stratification within the group. The first phenomenon is an increase of economic prosperity or improvishment of the social group as a whole; the second may be expressed as a change in the economic profile of the group or an increase or decrease of the height and steepness of the economic pyramid”. [Existen dos tipos principales de fluctuaciones que deben discriminarse en el status económico de un grupo. La primera es el auge o caída del grupo como un todo, la segunda es el incremento o decremento de la estratificación econóimica al interior del propio grupo. El primer fenómeno consiste en la prosperidad económica o el mejoramiento del grupo social como un todo; el segundo se puede expresar como un cambio en el perfil económico del grupo o un incremento o decremento de la altura o de las distancias en la pirámide económica”]. Pitrim A. Sorokin. Op. cit., p. 23.
[55] “By social mobility is understood any transition of an individual or social object or value -anything that has been created or modified by human activity -from one social position to another. There are two principal types of social mobility, horizontal and vertical”. [“Por movilidad social debe entenderse cualquier transición de un individuo u objeto social o valor –cualquier cosa que haya sido creada o modificada por la actividad humana- de una posición social a otra. Existen dos tipos principales de movilidad social, la horizontal y la vertical”] Ibid., p. 133.
[56] “By horizontal social mobility or shifting, is meant the transition of an individual or social object from one social group to another situated on the same level. Transitions of idividuals, as from the Baptist to the Methodist religious group, from one citizenship to another, from one family (as a husband or wife) to another by divorse and remarriage, from one factory to another in the same occupation status, are all instances of social mobility. So too are tansitions of social objects, the radio, aubomobile, fashion, Communism, Darwin´s theory, withim the same social stratum, as from Iowa to California, or from any one place to another. In all these cases “shifting” may take place without any noticeable change of social position of an individual or social object in the vertical direction”. [“Por movilidad social horizontal o cambio se entiende la transición de un individuo o grupo social a otro situado al mismo nivel. Las transiciones de individuos, como pueden darse de una iglesia o grupo religioso a otro, de una ciudadanía a otra, de una familia a otra, de una fábrica a otra con un status ocupacional similar, son todas instancias de movilidad social. Así también son las transiciones de objetos sociales, la radio, el automóvil, la moda, el comunismo, la teoría de Darwin, al interior de un mismo grupo social, así como los cambios de residencia o de un lugar a otro. En todos estos casos, las transiciones pueden haber tenido lugar sin que se haya dado un cambio social notable en la posición de los individuos o los objetos en dirección vertical”] Idem.
[57] “By vertical social mobility is meant the relations involved in a transition of an individual (or social object) from one social stratum to another. According to the direction of the transition there are two types of vertical social mobility: ascending and descending, or social climbing and social sinking. According to the nature of the stratification, there are ascending and descending currents of economic, political and occupational mobility, not to mention other less important types”. [“Por movilidad social vertical se entienden las relaciones involucradas en la transición de un individuo (o un objeto social) de un estrato social a otro. De acuerdo a la dirección que tenga la transición existirán dos tipos de movilidad social: ascendente y descendente, o escalar o hundirse en la jerarquía social. De acuerdo a la naturaleza de la estratificación, existen flujos ascendentes y descententes, a nivel económico, político y con respecto a la ocupación, por no mencionar otros tipos menos importantes”]. Idem.
[58] Idem.
[59] Ibid. p. 133-134.
[60] Ibid. p. 134.
[61] Como una ilustración del uso de estas variables cito aquéllas que son utilizadas en el libro Principios de Mercadotecnia de Rayburn D. Tousley, Eugene Clark y Fred E. Clark: población total, distribución geográfica de la población, distribución urbano-rural, distribución de la población por grupos de edades, número y tamaño de los hogares, distribución geográfica del ingreso, distribución personal y familiar del ingreso, gastos de los hogares (montos totales del gasto) y gasto de los hogares por productos determinados. p. 97-118.
[62] Training Module 1.
[63] “... es el número de nacimientos que tienen lugar en la población durante un período de 5 años dividido por la población promedio durante el período”. Geoffrey Greene. Planificación en materia de población, fuerza de trabajo y demanda por servicios. p. 43.
[64] O el número de nacimientos por mujer en un grupo etario (de mil habitantes) “dividido entre el número de personas que pasan durante el período por ese grupo etario”. Idem.
[65] “... corresponde a un índice de fecundidad global que es independiente de la distribución etaria”. Ibid. p. 44.
[66] “es el número de defunciones acaecidas en la población durante un período de cinco años, dividido por la población promedio durante el período”. Idem.
[67] “... el número de personas que integran la fuerza de trabajo, dividido por la población”. Ibid. p. 46.
[68] La cual, “... entrega el porcentaje de la población en las edades correspondientes a la enseñanza básica y secundaria... que está matriculada en clases”. Ibid. p. 47. 
[69] “La opinión pública sobre cuestiones vitales se expresa de modo constante no sólo a través de los representantes elegidos para las asambleas legislativas, sino mediante la discusión en prensa, en la radio, en las tribunas públicas y en muchos órganos de manifestación de los juicios formulados por grupos, asociaciones o individuos”. Juan Beneyto. La opinión pública: teoría y práctica. p. 17. Debe considerarse además que la opinión pública fortalecida y libre es un componente esencial en las sociedades democráticas: “... en una democracia la acción mutua entre opinión y la legislación se clarifica y se articula”. Idem.
[70] “Uno de los enfoques sicográficos más usados... es el VALS (Values and Life-Styles, es decir Valores y estilos de vida)... Esencialmente existen cinco grupos fundamentales... integrados, émulos, émulos realizados, realizados socioconscientes y dirigidos por la necesidad”. William Meyers. Los creadores de imagen. p. 25. Un modelo como el VALS puede ser útil para identificar grupos con estilos de vida comunes.
[71] Leslie Kish. Muestreo de encuestas. p. 24.
[72] “La precisión que se desea que tengan los resultados de la encuesta puede enunciarse claramente en las muestras diseñadas para llegar a una decisión estadística especificada”. Idem.
[73] “Las estadísticas están sujetas tanto a errores no de muestreo como a errores debidos al muestreo. Estos últimos ocurren porque solamente se designa una parte de la población total para que sea observada en la muestra. Los errores no de muestreo se presentan porque los procedimientos de observación son imperfectos. Su contribución al error total de la encuesta debe considerarse conjuntamente con el diseño de la muestra...” Ibid. p. 30.
[74] Ibid. p. 24.
[75] Idem.
[76] Idem.
[77] Cf. Economía y sociedad. p. 16 ss. Resulta importante citar aquí la definición de comunidad dada por Weber: “Llamamos comunidad a una relación social cuando y en la medida en que la actitud en la acción social –en el caso particular, por término medio o en el tipo puro- se inspira en el sentimiento subjetivo (afectivo o tradicional) de los participantes de constituir un todo”. Ibid. p. 33
[78] Una exposición resumida de las ideas principales se puede encontrar en la conferencia “Génesis y estructura en psicología de la inteligencia”. En Seis estudios de psicología. p. 205 ss.
[79] La distinción entre mundo subjetivo, mundo objetivo y mundo social la introduce Habermas en el contexto de su Teoría de la Acción comunicativa: el mundo objetivo es el “conjunto de todas las entidades sobre las que son posibles enunciados verdaderos”, el mundo social es el “conjunto de todas las relaciones interpersonales legítimamente reguladas” y el mundo subjetivo es la “totalidad de las vivencias del hablante, a las que éste tiene un acceso privilegiado”. Teoría de la acción comunicativa. Vol. 1. p. 144. Cf. También “Notas sobre el desarrollo de la competencia interactiva”. En Teoría de la acción comunicativa: complementos y estudios previos. p. 161 ss.
[80] Jean Piaget. El estructuralismo, p. 9.
[81] Idem.
[82] Ibid., p. 11.
[83] Tal como Platón argumentaba en su diálogo Las Leyes.
[84] Jean Piaget. El estructuralismo. p. 14. 
[85] Ibid., p. 16.
[86] Ibid., p. 17-18.
[87] Jean Piaget. La epistemología genética. p. 17.
[88] “La noción de transición desde lo compacto del símbolo hasta un pensamiento explícito perteneciente a un período más desarrollado es fundamental no sólo para el estudio de los niveles más profundos de la historia humana, sino también para el pensamiento educativo. Los niños logran cierta captación de las veerdades profundas, pero su captación tendrá lo compacto del símbolo”. Bernard Lonergan. Filosofía de la educación. p. 99.
[89] Jean Piaget. La epistemología genética. p. 18.
[90] Ibid., p. 30.
[91] Ibid., p. 34.
[92] Idem.
[93] Ibid., p. 38.
[94] Ibid., p. 51.
[95] Idem.
[96] Ibid., p. 57.
[97] “Childrens´s books and magazines have become a mayor section of book and periodical publishing. Publishers and educationalist alike realize their importance”. [Los libros y revistas para niños se han convertido en una sección importante de todos los editores. Los editores, así como los educadores, se han dado cuenta de su importancia”]. Communication and language: networks of thought and action. p. 148.
[98] A pesar de que los palillos chinos se pueden documentar, no son en sí mismos documentos ya que el contenido de ellos es sólo el color que permite diferenciar entre diferentes valores numéricos y no un mensaje. 
[99] Aquí hemos de hacer notar que nuestra concepción teórica se ubica en el horizonte de la filosofía occidental y que por ende, se trata de una visión occidentalizada del quehacer bibliotecario. Para una crítica de la versión de la historia como historia occidental véase Enrique Dussel. Ética de la liberación en la edad de la globalización y de la exclusión. p. 19 ss.
[100] “Ésta depende de la racionalidad de los procedimientos conforme a los que se tratan de resolver los problemas -empíricos y teóricos- en la comunidad de investitadores y en la esfera de la ciencia organizada, y problemas práctico-morales en la comunidad de los ciudadanos de un Estado democrático y en el sistema jurídico”. Jürgen Habermas. Pensamiento postmetafísico. p. 45. Ejemplos de este predomino de la racionalidad procedimental, o lo que es lo mismo, del énfasis en la forma como se llega a consensos más que en la materia de los mismos, son la Teoría de la justicia de Rawls y la ética del discurso de Habermas.
[101] Ibid., p. 59-60.
[102] Rafael Echeverría. Ontología del lenguaje, p. 26.
[103] Ibid., p. 27.
[104] Ibid., p. 28.
[105] Ibid., p. 31.
[106] Ibid., p. 33.
[107] Ibid., p. 36.
[108] Ibid., p. 39.
[109] Ibid., p. 45.
[110] Ibid., p. 49-50.
[111] Estas operaciones y sus niveles han sido estudiados ampliamente por Bernard Lonergan en Insight. Cf. sobre todo p. En su Método en teología, Lonergan presenta una versión abreviada de los niveles de conciencia: “different levels of consciousness and intentionality have to be distinguished.... There is the empirical level on wich we sense, perceive, imagine, feel, speak, move. There is an intellectual level on which we inquire, come to understand, express what we haber understood, work out the presuppositions and implications of our expression. There is the rational level on which we reflect, marshal de evidence, pass judgement on the truth of falsity, certainty or probability, of a statement. There is the responsible level on wich we are conserned with ourselves, our own operations, our goals, and so deliberate about possible courses of action, evaluate them, decide, and carry out our decisions”. Method in theology.p. 9. [“.. diferentes niveles de conciencia e intencionalidad deben distinguirse... Hay un nivel empírico en el cual sentimos, percibimos, imaginamos, captamos la realidad, hablamos y movemos. Hay un nivel intelectual en el cual indagamos, llegamos a comprender, expresamos lo comprendido, trabajamos los supuestos e implicaciones de las formas de expresión. Hay un nivel racional en el cual reflexionamos, sopesamos la evidencia, juzgamos sobre la vrdad o falsedad, sobre la certeza o probabilidd de una afirmación determinada. Hay un nivel de responsabilidad en el cual estamos ante todo procupados por nosotros mismos, con nuestras operaciones y  metas y en consecuencia deliberamos acerca de los cursos posibles de acción, los evaluamos, decidimos y llevamos a cabo nuestras decisiones”]. La teoría de los niveles de conciencia de Lonergan es válida también para el proceso hermenéutico: el primer momento es el contacto con los textos, su percepción (a esto corresponde el patrón de la experiencia); el segundo momento es el de la intelección del texto, su comprensión y la expresión de lo comprendido (a esto corresponde el nivel de la inteligencia); el tercer momento es el del juicio racional, mediante el cual se pregunta reflexivamente si lo que comprendimos es verdadero o no (a esto corresponde el nivel racional); finalmente, el momento de la decisión nos lleva a la acción, es aquí donde puede darse la conversión del intérprete con base en lo leído en el texto: es posible que el intérprete decida poner en obra una forma de vida ejemplar (como la de aquellas historias que se leen en los textos edificantes o en las vidas de los mártires).
[112] Rafael Echeverría. Ontología del lenguaje. p. 51.
[113] Ibid., p. 48.
[114] Ibid., p. 59.
[115] Ibid., p. 93.
[116] Ibid., p. 69.
[117] Función y forma de la biblioteca universitaria. p. 17. Es importante considerar que en el contexto de esta obra, la unidad de gestión documental no sólo realiza labores de información, sino también y sobre todo labores de documentación, representación documental, etc.

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