domingo, 26 de febrero de 2017

Cuento: Trayectoria inflexible

Por Javier Brown César


Nunca se le ocurrió que podía cambiar. Toda su vida fue el incesante repetir de patrones y conductas de las que no había sido consciente, porque el muy desmemoriado se parecía tanto a su padre y a su abuelo. Como ellos, dejó de leer una vez que terminó su carrera universitaria, se casó con una mujer que no quería, pero que sin saberlo, le recordaba a su madre, golpeó y humilló a sus hijos como a él lo habían golpeado y humillado y trató a su esposa de la forma cruel y malediciente como habían tratado a su madre y a su abuela. Siempre tenía el pretexto en la boca para todo: que había llegado tarde al trabajo o simplemente no había llegado por lo que fuera menos porque el día anterior había gastado el salario de un mes invitando a sus amigos a una auténtica bacanal, en la cantina de siempre, donde su padre y su abuelo habían hecho lo mismo innumerables veces; que no había terminado de hacer el trabajo por falta de algún recurso absurdo; que no había llevado el gasto a casa porque lo había donado a algún amigo necesitado o lo habían asaltado en el camino; y todo ello, repitiendo un patrón que parecía eterno, que era el de su familia en línea paterna. Y así, descuidó su apariencia física, engordó y pronto padeció gota y diabetes, tal como su padre y su abuelo las habían padecido. Y murió y fue sepultado y nunca fue consiente de que estaba reproduciendo un patrón familiar que desconocía por completo y que lo obligaba a repetir las conductas de sus antecesores, por ello, era una víctima inocente de su propia desmemoria; no sabía lo que hacía. Al final, al pobre hombre nunca se le ocurrió que podía cambiar.

 

Febrero 23 de 2017

No hay comentarios.:

Publicar un comentario