martes, 21 de febrero de 2017

Cuento: El impostor

Por Javier Brown César


Era un ser insignificante, nadie al verlo creería el inmenso poder que llegó a tener. La historia de su vida pendía entera de una serie articulada y muy bien tramada de mentiras que mutuamente se reforzaban y daban sentido a una vida que no había vivido. Se decía de noble cuna, descendiente de reyes y reinas exóticos, su apariencia no presagiaba ese origen ilustre, pero algo en su forma de hablar daba la impresión de que era entendido en asuntos mundanos y extramundanos. Presumía de un inquietante dominio de lenguas exóticas que quienes lo rodeaban no conocían, era capaz de repetir frases articuladas con una dicción tan puntual y correcta que no se podía dudar de que hablaba con sabiduría y rectitud. Pulcro en su vestimenta y de modales escrupulosamente estudiados decía poseer diplomas de disciplinas que para quienes le rodeaban eran exóticas, por decir lo menos; se decía bachiller en lógica estoica, maestro en fenomenología y doctor en teodicea, por universidades extranjeras que no animaban a nadie a indagar en los respectivos historiales académicos. Dicen que un buen día apareció de la nada, con sus formas correctas y su atuendo impecable, hablando con un extraordinario, melodioso y meloso acento. Así fue encumbrado a las más altas esferas, vivió como rey y casi murió como tal. Fui yo, su primer biógrafo, quien desentrañó el fraude descomunal. En sus años mocos había sido condenado por robar la riqueza de hospicios y las reliquias de iglesias. En la cárcel aprendió de otros frases en griego antiguo, arameo y latín, durante su larga reclusión aprendió el arte de la seducción y el engaño. Al salir asesinó a un culto gentilhombre y vestido con sus atuendos e imitando las formas y modos de la gente rica se hizo con un pasado ilustre que todos creyeron ser real, aquel día que llegó a la fiesta de gala en palacio. Desde ese día vivió los favores de reyes y príncipes, presumiendo su exótico linaje, así acumuló fama, fortuna y mujeres. Quiso el destino que un día se tuviera que liar con otro por un problema de faldas y en duelo matutino fue masacrado por quien rebeló que su dominio del florete era tan falso como su regia ascendencia. Al contar esta historia llena de mentiras y artificios me pregunto cuántos de quienes nos gobiernan no se habrán hecho con el poder de forma similar.

 

Febrero 20 de 2017

No hay comentarios.:

Publicar un comentario