miércoles, 15 de marzo de 2017

Cuento: El odio interno

Por Javier Brown César


El odio interno le corroía el alma. Sin darse cuenta guardaba sutiles y recónditos resentimientos que devoraban lo más profundo de sus entrañas. Estallaba con repentinos arrebatos de euforia para sumergirse en profundas depresiones que no sabía interpretar, para caer luego en un sopor, usualmente etílico, que lo inducía a dormir, pariendo sueños que anotaba con obstinación, creyendo encontrar en ellos ocultos presagios de un futuro glorioso. Estados contradictorios se alternaban de forma caprichosa, como su mente caótica, que no era capaz de poner orden a una vida cuya trama se había perdido en sus odios infantiles; no era consciente del odio que su corazón albergaba hacia su padre, madre y  hermanos, a quienes en el día vanagloriaba y exaltaba, pero en la turbia noche de su inconsciencia odiaba con fuerza inenarrable. El odio interno le llevaba a dañar a quienes le rodeaban, a su familia presente y supuestamente amada, y sin darse cuenta, era la causa de sensaciones ambivalentes en sus seres "amados": espontáneas muestras de amor, pero la mayor parte del tiempo, alejamiento, dolor, crueldad y recelo. Todo era normal en la vida de su familia: se habían acostumbrado a vivir así, soportando sus vaivenes emocionales, hasta que un buen día afloró, de lo más profundo de su mente, un impulso irrefrenable.

Una mañana de marzo sus vecinos encontraron tres cadáveres: dos menores atacados salvajemente con un arma blanca y una mujer de mediana edad golpeada hasta la muerte. Y en la bañera, agonizando, estaba él, que a punto de exhalar su último aliento, se dio cuenta de que todo había sido por causa de un odio interno, que no fue capaz de comprender.

 

Marzo 13 de 2017

No hay comentarios.:

Publicar un comentario