LOS RETOS DE LA EDUCACIÓN EN EL
NUEVO MILENIO
Durante buena parte del siglo
XX, a la educación se le atribuyó la resolución de una gran cantidad de
problemas políticos, económicos y sociales. Sin embargo la educación está
sujeta a una dinámica propia, vinculada a la capacidad de aprendizaje de las
personas que participan en procesos educativos.
La educación puede ser vista
como un complejo “agregado” de imperativos político-técnicos,
administrativo-burocráticos y didácticos. Para los políticos, la educación es
una de las cartas fuertes de la agenda de gobierno, debido a que la sociedad ve
en ella la solución de muchos de sus grandes problemas; la alfabetización, las
habilidades matemáticas, el conocimiento de las ciencias y las artes y la
posibilidad de obtener un empleo remunerado son parte de lo que la sociedad
exige a todo sistema educativo.
La administración ha asumido a
la educación como uno de sus más grandes retos y durante el siglo XX amplió el
poder y la capacidad del Estado para organizar centros educativos, construir
aulas y universidades, diseñar laboratorios y talleres, promover la
investigación y fomentar la cultura.
Desde el punto de vista de la
didáctica, la educación tiene ante sí los grandes retos que implican que las
personas aprendan a ser, aprendan a hacer, aprendan a convivir y aprendan a
aprender. Para la didáctica, lo más importante es que los educandos adquieran
competencias basadas en objetivos que se consideran valiosos.
En México, la educación
enfrenta, en este milenio, retos de gran envergadura. Durante el siglo pasado,
la educación básica se expandió de forma notable, al grado de que a principios
de este siglo tenemos, a nivel de educación primaria, una cobertura promedio de
poco más del 100%, esto significa que todas aquellas personas en edad de cursar
estudios primarios pueden hacerlo; sin embargo, el gran reto que encontramos en
este nivel es el de la cobertura en educación inicial y preescolar. A esto hay
que sumar el rezago educativo, que en México es considerable.
Muchos de los grandes
desequilibrios que observamos en cuanto al rendimiento de los alumnos y a la
capacidad de ingresar, permanecer y concluir exitosamente sus estudios, se
deben a la dificultad para acceder a los niveles de educación inicial y
preescolar. La educación inicial, que se da a niños desde los 45 días de nacidos
hasta los 2 años de edad es fundamental para el desarrollo de habilidades
psicomotrices y afectivas; la estimulación temprana es fundamental para que los
pequeños comiencen a conocer y explorar el entorno que les rodea. Cuando falta
la estimulación temprana pueden darse posteriores problemas de aprendizaje.
La educación preescolar que se
imparte desde los 3 años es de gran importancia para desarrollar habilidades tempranas.
Tanto en el caso de la educación inicial como en el de la educación preescolar
tenemos un reto de gran envergadura, ya que muchos niños quedan fuera de estos
niveles y al ingresar a primaria están en situación de desventaja con respecto
a otros niños que sí pudieron cursar estos estudios.
Esta problemática temprana se
agrava si los niños provienen de un hogar donde les falte un lugar adecuado
para hacer sus tareas y si sus padres, por cualquier razón, pero de manera
principal por la falta de tiempo o de estudios o incluso de ambas, no pueden
ayudarlos con sus tareas escolares.
No cabe duda de que la
ampliación de la cobertura a nivel de educación inicial y preescolar es uno de
los grandes retos que tiene el sistema educativo en estos momentos. La
cobertura en ambos niveles varía, dependiendo de la entidad de la República donde
se viva, pero en pocos casos supera el 50% de la demanda potencial.
Otro reto importante lo tenemos
en el nivel de secundaria, ya que la cobertura es también limitada, sobre todo
en el medio rural y urbano marginal. Para hacer frente al reto de aumentar la
cobertura se ha desarrollado el sistema de telesecundaria, sin embargo, varios
estudios han demostrado que el rendimiento de los alumnos de telesecundaria no
es igual al de alumnos de secundarias generales y técnicas. Esto es una
terrible paradoja, ya que los alumnos más desfavorecidos reciben una educación
que es cualitativamente inferior a la del resto de los alumnos.
En secundaria tenemos un reto
similar al que enfrentamos en educación inicial y preescolar. La buena noticia
es que gracias al bono demográfico, habrá una menor demanda de servicios de
educación primaria para las próximas generaciones, esta será una gran
oportunidad para mejorar la calidad de la educación en el nivel primario y para
aumentar la cobertura y la calidad en educación inicial, preescolar y
secundaria.
Sin duda, el gran reto que
enfrentamos en educación media superior es la dispersión de opciones
educativas. La gran variedad de instituciones de educación media superior es
una señal clara de que este nivel educativo es de gran importancia para el
futuro de México y que debemos promover su mayor integración, así como su
adecuada valoración social. En muchas entidades de la República, la educación
media superior puede ser el motor del desarrollo científico y tecnológico.
Necesitamos técnicos, pero sobre todo valorar que la opción por terminar la
escuela en este nivel es valiosa y que no necesariamente carecer de un título
del nivel superior es condición de fracaso o sinónimo de desempleo o malos
salarios
En educación superior, el Estado
Mexicano tiene varios retos. Uno de los más importantes es aumentar la
inversión en ciencia y tecnología, la cual se mantiene en niveles que
usualmente no superan el que en ocasiones son apenas de cerca del 1% del
Producto Interno Bruto. Otro reto de la educación superior es el de la calidad,
ya que existe un muy desigual estándar de exigencia en las diversas
instituciones, tanto en términos de planes y programas de estudio, como de
instalaciones, planta docente y niveles de exigencia.
A estos retos hay que sumar
otros que son transversales al sistema educativo y que aquí enumeraré
brevemente:
1. La educación pública mexicana
no funciona todavía bajo la lógica de la responsabilidad social, dando la
impresión de que quienes más se interesan en el logro educativo son la
burocracia, el gobierno en turno y los organismos internacionales. La auténtica
responsabilidad social en educación exige que el sistema rinda cuentas a la
sociedad y sus grupos de interés, que la organización escolar haga lo propio
con los padres de familia y el aula a padres y alumnos. La rendición de cuentas
y la transparencia, propias de todo sistema democrático no se reducen a cifras
e indicadores dados a conocer públicamente, ya que lo más importante es el
desempeño concreto de cada persona que está estudiando o que ha egresado del
sistema, en ámbitos como el sistema productivo, la vida social y en el régimen
democrático.
2. Es ya un lugar común suponer
que el aumento en el gasto educativo será por sí mismo factor para la mejora en
la calidad de la educación. Este supuesto es radicalmente falso, ya que el gran
problema de todo sistema educativo no es el monto de los recursos asignados y
ejercidos, sino la forma como se gastan. Cualquier aumento en el gasto
educativo por sí mismo no necesariamente es causa de mejores resultados y en
cambio sí puede causar problemas de distribución y corrupción. En México la
mayor parte del gasto se destina a la administración del sistema (específicamente
en salarios de burócratas y docentes), quedando disponibles porcentajes menores
al 5% del gasto total para proyectos de desarrollo, mejoras en infraestructura,
equipamiento de escuelas y otros gastos que capitalizan al propio sistema.
3. Las políticas compensatorias fueron
desarrolladas por el Estado mexicano bajo el ideal de que el sistema educativo
permite una mayor igualdad de oportunidades. Si bien los programas
compensatorios han sido un factor de mejoramiento de los estándares del sistema
educativo, por sí mismos son insuficientes, si no se acompañan de una adecuada
política laboral: muchas personas pueden tener éxito e ingresar y egresar de
las escuelas gracias a la realización del principio de igualdad de
oportunidades, pero su éxito en la educación puede verse opacado por su fracaso
en la vida profesional. El empleo es un factor crítico que en México es
particularmente sensible, ya que el mundo del trabajo tiene una problemática
propia: antes que a lógica meritocrática los empleos y ascensos están sujetos a
la lógica de camarillas y grupos, con una legislación laboral obsoleta, en un
medio donde hay corrupción y bajos estándares.
4. Los problemas de
equipamiento, así como de construcción de aulas, laboratorios, talleres y
anexos comienzan con la racionalidad del gasto educativo. A esto hay que sumar
que el gasto público es realizado de manera importante a nivel federal, cayendo
dramáticamente a nivel estatal y siendo casi inexistente a nivel municipal.
Aquí es donde figuras como los patronatos de escuela pueden ser exitosas, así
como la promoción de empresas que construyan instalaciones bajo políticas
fiscales atractivas y con la posibilidad de que se promocionen mediante placas
institucionales, práctica extendida en instituciones privadas, pero poco común
en las escuelas públicas estatales y municipales.
5. Cooperación. Las políticas interinstitucionales, sobre
todo las preventivas son parte fundamental de la política educativa. Programas
conjuntos en materia de salud, seguridad, empleo, turismo, tecnologías de la
información y la comunicación, bibliotecas, promoción cultural y artística,
entre otros, son de gran importancia para el desarrollo nacional y se basan en
la cooperación intensiva de diversas áreas funcionales del gobierno.
6 Los mecanismos de evaluación
permanentes son el gran reto del sistema, ya que más allá del atractivo que la
evaluación presenta para quienes se benefician con cargos a través de
institutos autónomos y de las lógicas de los investigadores y expertos en políticas
públicas, el sistema requiere desarrollar la capacidad de observarse a sí mismo.
Las evaluaciones deben ser sistemáticas y estandarizadas, en todo nivel
educativo y al final de cada ciclo escolar, de tal manera que no sólo se pueda
medir el desempeño de las escuelas, sino y ante todo, establecer estándares de
calidad, con base en comparaciones cuya base sea una metodología uniforme. La
gran pregunta por la calidad de nuestras escuelas fue formulada por los
ingleses con el paradigma de las escuelas efectivas (efective schools): ¿qué
valor agradado le da la escuela a los alumnos? O dicho de otra manera: ¿qué es
lo que el alumno sólo obtiene en la escuela? Esta es la pregunta más importante
que tenemos que responder cuando evaluamos los procesos de enseñanza-aprendizaje.
7. Se ha atribuido a la sociedad
y al sector público la valoración de la función magisterial, pero en términos
generales no se ha creado una conciencia generalizada en el magisterio de la
dignidad de su propia función, esta revaloración implica una nueva mística del
servicio: el docente no es un burócrata más, es ejemplo, agente y motor del
cambio mediante procesos de enseñanza-aprendizaje.
8. La certificación de
competencias es un paso importante para el reconocimiento de aprendizajes que
no se dan en la escuela, pero el modelo no se debe basar sólo en conocimientos,
sino ante todo en problemas y retos. A esto debe vincularse la exigencia de
certificados y títulos para todos aquellos que se insertan al mercado laboral
como medio para hacerlo más competitivo y transparente.
9. Un aspecto fundamental de la
reforma curricular es la ampliación de la jornada y el calendario escolares,
junto con una revisión juiciosa del actual modelo educativo y sus resultados. Hay
que considerar que todo cambio curricular, que no lleva anejo mecanismos
intensivos de actualización docente, está condenado al desfase.
10. Al día de hoy debería ser
evidente que ninguna tecnología, por sí misma, es condición del logro
educativo. Hay que considerar que la tecnología educativa más exitosa y
revolucionaria sigue siendo la más barata: el pizarrón y la tiza. Cualquier
introducción de nuevas tecnologías debe basarse en un juicio previo sobre su
pertinencia, relevancia y oportunidad, además de contar con interfases
amigables en función de la edad de los educandos y de facilidades para su uso
en diferentes entornos de enseñanza-aprendizaje.
Conclusión
Estos son sólo algunos de los
principales retos del sistema educativo Mexicano. En este nuevo milenio
podríamos decir que nuestra generación enfrenta una coyuntura particularmente
importante que nos exige dejar sentadas las bases para una transformación
profunda del sistema educativo para que quienes egresan de nuestras escuelas
sean mejores profesionistas, mejores personas y mejores ciudadanos. Si somos
capaces de analizar el presente con calma y de soñar en un futuro deseable para
nuestros hijos y nietos entonces podremos valorar que una de nuestras mejores
alternativas será emprender pronto una auténtica cruzada a favor de la
educación publica universal de calidad, con equidad.
Muchas gracias
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