lunes, 6 de mayo de 2013

Breve introducción a la teoría de sistemas de Niklas Luhmann


 
BREVE INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA DE SISTEMAS DE NIKLAS LUHMANN
Javier Brown César
La teoría de sistemas del gran sociólogo Niklas Luhmann es de tal manera comprensiva que una exposición detallada sería enciclopédica. Valgan estas breve líneas para presentar algunos de sus principales supuestos.
 
La teoría de Luhmann, revoluciona la tradicional concepción de los sistemas sociales, pero debido a su complejidad, no ha sido todavía ampliamente difundida en México[1]. El marco teórico que presento, no pretende sustituir la lectura de obras como Sistemas sociales, Teoría de la sociedad y La ciencia de la sociedad, sino que es, como el GLU o la presentación de Javier Torres Nafarrate del libro Teoría de la sociedad[2], una primera aproximación. La dificultad de la teoría es patente cuando se considera que la obra introductoria tiene, en su edición española, más de 400 páginas redactadas con un estilo denso y profundo. Además, la novedad del aparato conceptual luhmanniano y la pretensión de universalidad del mismo[3] dificultan en muchos sentidos la labor de estudio; por ello, y para facilitar la comprensión de la teoría, he puesto entre paréntesis, en alemán, algunos de los conceptos fundamentales. 
 
 
1. SISTEMA/ENTORNO
 
 
Durante más de dos milenios, y sobre todo a raíz del perfeccionismo platónico, el cosmos se concibió a partir de su referencia a lo inmutable, a lo ideal. El punto culminante del pensamiento sobre lo inmutable se dio cuando los primeros pensadores cristianos pensaron lo inmutable como lo Uno y Creador, y lo cambiante como lo múltiple y creado. La Suma Teológica de Santo Tomás es sin duda el punto de inflexión en la reflexión sobre la unidad: la Suma comienza en las cuestiones sobre el Creador para terminar con lo creado, va de lo uno a lo múltiple.
 
El punto de partida de la teoría de sistemas de Niklas Luhmann es la diferencia, no la unidad. El pensar debe entonces caracterizarse no como la actividad que forma conceptos, sino como una operación que introduce distinciones en el mundo. Luhmann es un constructivista radical: los conceptos, teorías, leyes y esquemas analíticos son constructos que permiten hacer frente a la complejidad de la realidad. Introducir distinciones es la operación fundamental porque permite aproximarse a la realidad a partir de esquemas diferenciadores: así por ejemplo, el ojo conoce gracias a la posibilidad de diferenciar los colores[4] y la razón gracias a la posibilidad de diferenciar conceptos.
 
La diferenciación resulta de una operación que introduce como distinción una forma bilateral, indicándose primero un lado de la forma y dejando el otro sin marcar, lo que implica la posibilidad de realizar una operación ulterior que permita pasar del lado marcado al lado no marcado de la forma[5]. Los sistemas resultan de una particular construcción operativa, son ante todo entidades analíticas y no realidades materiales. En la teoría se hace uso de la diferenciación para marcar el sistema, distinguiéndolo de su entorno, dándose así una forma doble: sistema/entorno, que funge como articuladora de la teoría. De esta forma, el tema central que articula la teoría de sistemas de Niklas Luhmann es la diferencia entre sistema y entorno (System/Umwelt)[6]. Los sistemas se pueden definir como unidades que deben conservar su estructura mediante operaciones ordenadoras que se dan al interior de ellos mismos, lo cual les permite mantener la diferencia con el entorno.
 
En contraste con el paradigma sistemas abiertos/sistemas cerrados, Luhmann parte de que en todo sistema hay clausura autopoiética. El concepto de autopoiesis[7] fue desarrollado por el biólogo chileno Humberto Maturana[8] para definir la organización de los organismos vivos, la cual se caracteriza por la capacidad de producir y reproducir[9], por sí misma, sus elementos constitutivos, Luhmann entiende este concepto de manera formal[10] y así lo aplica para desarrollar su teoría de la sociedad; por ello, la utilización de la noción de autopoiesis no es una mera transposición de un concepto biológico a las ciencias sociales; el concepto de autopoiesis se introduce con un fin heurístico: sugerir conexiones que son de particular interés para la sociología[11].
 
A diferencia del paradigma de los sistemas abiertos, Luhmann plantea que los sistemas no reciben ningún tipo de input[12] de materiales del entorno, la relación sistema/entorno se da mediante un acoplamiento estructural[13] (strukturelle Kopplung) que brinda al sistema los presupuestos factuales del entorno que éste no puede producir. En un entorno caracterizado por la contingencia y la complejidad (Komplexität), el sistema necesita mantener una cierta invariabilidad en sus límites y en su estructura (Struktur). Esta labor se realiza a partir de la reproducción y la diferenciación (Ausdifferenzierung/Differenzierung). “Los sistemas se constituyen y se mantienen mediante la creación y la conservación de la diferencia con el entorno... la conservación de los límites (boundary maintenance) es la conservación del sistema”[14]. El que los sistemas tengan límites no significa que estén aislados del entorno[15], sino que las operaciones del sistema son internas. Esto implica clausura operacional[16]: “En el plano de las operaciones propias del sistema no hay ningún contacto con el entorno”[17].
 
Así, el nuevo paradigma de la teoría de sistemas parte del agotamiento a que habían llegado los intentos explicativos que se basaban en el paradigma sistemas abiertos/cerrados. La nueva concepción de sistemas implica que éstos ya no son abiertos, sino que ante todo operan a partir de la clausura. Los sistemas son autopoiéticos y lo que les permite subsistir es precisamente su clausura operativa, la cual no significa independencia causal ni aislamiento recíproco; pero en las relaciones entre sistemas, lo único que puede alcanzarse es la vinculación por medio del acoplamiento estructural, con una mutua influencia entre sistemas, compatible con la completa autonomía en la esfera de sus respectivas operaciones: “La dependencia mutua se reduce a una irritación recíproca que solamente es percibida y es objeto de elaboración en el sistema irritado”[18].
 
El funcionalismo, como método[19], implica que lo que define a los sistemas no es la conformación de sus elementos o el establecimiento de relaciones con el entorno, ni siquiera sus estructuras o sus procesos, sino las operaciones que realizan[20]. Estas operaciones permiten mantener los límites y la unidad del sistema a partir de la diferenciación sistema/entorno. Existe una segunda distinción constitutiva que hay que introducir en la diferencia sistema/entorno: ésta es la que existe entre elemento y relación. El elemento es “aquella unidad no más reductible del sistema... “No más reductible” significa... que un sistema sólo puede constituirse y cambiar relacionando elementos,  y nunca mediante la desintegración y la reorganización”[21]. Elementos y relaciones se implican mutuamente: “Así como no hay sistemas sin entorno, o entornos sin sistemas, así tampoco hay elementos sin una vinculación relacional, o relaciones sin elementos”[22].
 
Por otro lado, el entorno es siempre más complejo que el sistema, esta asimetría obliga al sistema a la selectividad respecto de su entorno: “La selección es... una operación que es resultado del establecimiento de una diferencia... toda selección presupone restricciones (constraints). Una diferencia directriz organiza esa encrucijada, bajo el aspecto útil/inútil, sin fijar la elección  misma”[23]. La selección es una necesidad inherente al sistema toda vez que el entorno presenta siempre más posibilidades de las que el sistema puede actualizar. A su vez, la distinción sistema/entorno se puede repetir al interior del sistema, en esta “construcción”, el sistema se usa a sí mismo como entorno para construir sistemas parciales, los cuales constituyen distinciones sistema/entorno propias “presuponiendo la reducción de la complejidad operada por el sistema más comprensivo con respecto al entorno indeterminado”[24].
 
Pero el entorno no es un sistema, por ello “es necesario distinguir entre el entorno de un sistema y los sistemas en el entorno de dicho sistema. Esta distinción tiene un significado apenas valorado. Por consiguiente, hay que distinguir, sobre todo, las relaciones de dependencia entre entorno y sistema, de las relaciones de dependencia entre los sistemas”[25]. Adicionalmente, hay que establecer que “Al igual que en la cosmología de Einstein... la observación del mundo con ayuda de la distinción entre sistema y entorno depende de la ubicación del observador”[26]. El concepto de observador es fundamental en la teoría de sistemas de Luhmann: nuestro conocimiento del mundo depende, sin duda, de la forma como lo observamos y del punto de vista o lugar desde el cual observamos.
 
El constructivismo radical define precisamente al conocimiento como construcción de un observador: “El conocimiento se definirá mediante operaciones de observación y descripción de observaciones. Esto incluye observaciones de las observaciones y descripciones de las descripciones. El observar se lleva al cabo cuando algo queda distinguido y cuando, en dependencia de la distinción, queda indicado”[27]. Así, las operaciones fundamentales son la observación, la descripción de observaciones, la observación de observaciones (observación de segundo nivel o de segundo orden) y la descripción de descripciones. Gracias a estas operaciones, se pueden introducir distinciones para indicar lados de una forma dual.
 
A partir de la diferencia entre sistema y entorno y de la diferencia entre elemento y relación se pueden establecer dos maneras de examinar la descomposición de un sistema: “Una se dirige a la formación de sistemas parciales dentro de los sistemas (o con más precisión: a las relaciones internas entre sistema y entorno). La otra descompone en elementos y relaciones. En el primer caso se trata del cuarto de una casa; en el segundo, de las piedras, las vigas, los clavos... La primera forma de descomposición es proseguida por la teoría de la diferenciación de los sistemas. La otra desemboca en la teoría de la complejidad de los sistemas”[28].
 
2. SISTEMAS SOCIALES
 
El objetivo de la teoría de sistemas de Luhmann es ante todo de carácter sociológico: “Se trata de formular una teoría universal de la disciplina como no se ha intentado desde Parsons”[29]. El marco de referencia para el desarrollo de una teoría de los sistemas sociales es la teoría general de sistemas, la cual sienta las bases para describir cualquier tipo de sistemas. A partir de esta base común, se deben distinguir cuatro tipos de sistemas: las máquinas, los organismos, los sistemas sociales (soziales System) y los sistemas psíquicos. A semejanza de los sistemas psíquicos (psychisches System) y orgánicos, el sistema social se refiere a sí mismo mediante cada una de sus operaciones. La autorreferencia (Selbstreferenz) “designa la unidad constitutiva del sistema consigo mismo: unidad de elementos, de procesos, de sistema. “Consigo mismo” quiere decir independiente del ángulo de observación de otros. El concepto no sólo define, sino que también incluye una afirmación de un estado de cosas, ya que sostiene que la unidad sólo puede llevarse a cabo mediante una operación relacionante”[30].
 
Si bien la autorreferencia define en parte al sistema social, el factor constitutivo que permite diferenciar a éste de otros sistemas es la comunicación (Kommunikation): las operaciones y elementos constitutivos últimos del sistema social son comunicaciones. La comunicación “Es una operación social porque presupone el concurso de un gran número de sistemas de conciencia, pero precisamente por eso, como unidad, no puede ser imputada a ninguna conciencia sola. Es social porque de ningún modo puede ser producida una conciencia  común colectiva, es decir, no se puede llegar al consenso en el sentido de un acuerdo completo; y, sin embargo, la comunicación funciona. Es autopoiética... en la medida en que puede ser producida sólo en un contexto recursivo con otras comunicaciones y, por tanto, sólo en una trama a cuya reproducción concurre cada una de las comunicaciones”[31]. Lo que distingue a la comunicación de los procesos biológicos y la hace una operación específica de los sistemas sociales es que “es una operación provista de la capacidad de autoobservarse”[32].
 
La autoobservación es una operación propia de los sistemas de sentido (Sinn), que les permite remitir a otras posibilidades más allá del dato actualizado. El sentido, en  tanto que experimentar o actuar se determina sólo en las operaciones de un sistema social (comunicaciones) o de un sistema psíquico (pensamientos). “En su totalidad, el sentido es... un procesamiento conforme a diferencias que, a decir verdad, no están supuestas como tales, sino que adquieren su aplicabilidad operativa sólo debido a la plenitud del sentido mismo... La automovilidad del acontecimiento de sentido es, por excelencia, autopoiesis”[33]. Mediante la autoobservación, los sistemas sociales y psíquicos pueden informarse a sí mismos y recabar nuevos conocimientos de sí.
 
En la teoría de la sociedad de Luhmann comunicación e información se distinguen entre sí. En la comunicación, el emisor puede denominarse (un poco inusualmente) alter y el receptor ego. “La diferencia entre información y acto de comunicar abre por sí sola extensas posibilidades para el análisis. Dado que ambas requieren interpretaciones con sentido, el comunicador alter se ve ante un dilema. Dos enlaces incompatibles se ofrecen a su autocomprensión. Respecto de la información, se tiene que comprender a sí mismo como parte del mundo con sentido, en el cual la información es correcta o falsa relevantemente: el acto de comunicar es válido, puede ser entendido. Como alguien que comunica, tiene que otorgarse a sí mismo la libertad de hacerlo o no; en un sentido, debe entenderse a sí mismo como parte del conocimiento universal que se puede conocer, ya que la información lo remite a si mismo (de otra manera no podría manejarla). En el otro sentido, dispone de sí mismo como sistema autorreferencial”[34]. Para clarificar aún más la diferencia entre información y comunicación debe considerarse que, mientras que la información es ante todo “un acontecimiento que selecciona estados del sistema”[35], la comunicación es una unidad de tres cifras: “El primer término designa la propia selectividad de la información; el segundo, la selección de su contenido; el tercero, la expectativa[36] de éxito, es decir, la expectativa de una selección de aceptación”[37]. Así, la comunicación debe entenderse como la síntesis de tres selecciones, como unidad de información, acto de comunicar y acto de entender (comprensión).
 
Por otro lado, “La reunión de información, acto de comunicar y expectativa de éxito en un acto de atención presupone “codificación”. El acto de comunicar debe duplicar la información, es decir, debe dejarla afuera, por un lado, y, por el otro, utilizarla para la participación comunicativa y darle para eso una forma secundaria, por ejemplo una forma de lenguaje (quizá fonética, de escritura, etcétera)”[38]. El código (Code) es entonces “una regla de duplicación que permite relacionar toda entidad que caiga en su campo de aplicación con una entidad correspondiente”[39]. En tanto que regla de duplicación, el código implica un esquema binario que excluye terceros valores, así por ejemplo, la comunicación científica “se diferencia al interior de la sociedad gracias a la orientación verdadero/no verdadero, y constituye un sistema autopoiético cuyas operaciones se refieren a comunicaciones precedentes orientadas a lo verdadero/no verdadero (en cuanto éstas fijan las condiciones y las posibilidades de verdades posteriores) y sucesivas...”[40]
 
La binariedad facilita el paso de un valor de la distinción a un valor contrapuesto (por ejemplo legalidad e ilegalidad) pero presenta la dificultad de que al excluir un tercer valor puede llevar a la presencia de paradojas, latentes o no. La paradoja (Paradoxie) se crea cuando las condiciones de posibilidad de una operación son al mismo tiempo condiciones de su imposibilidad (un ejemplo podría ser el siguiente: supongamos dos enunciados A y B; el enunciado A dice: el enunciado B es verdadero, el enunciado B dice: el enunciado A es falso). Por ello, al formar estructuras, cada sistema debe actuar para excluir la paradoja, para desparadojizarse, evitando así el bloqueo de sus propias observaciones. Esta desparadojización puede realizarse al introducir condiciones que vuelvan asimétrica la circularidad de la autorreferencia, impidiendo así el corto circuito de los envíos al interior de la distinción utilizada. La asimetrización (Asymmetrisierung) interrumpe así la autorreferencia pura de la tautología inherente al código.
 
El problema de las relaciones alter/ego al interior de la comunicación como función constitutiva del sistema social da particular relevancia al tema de la doble contingencia (doppelte Kontingenz). La situación básica de la doble contingencia es sencilla: “dos cajas negras, a causa de quién sabe qué casualidades, entablan relación una con la otra; cada una determina su propia conducta por medio de operaciones autorreferenciales complejas dentro de sus propios límites. Lo que queda a la vista es, por lo tanto, y necesariamente una reducción. Cada una presupone lo mismo respecto de la otra. Por eso, las cajas negras, pese a todo el esfuerzo y a toda la inversión de tiempo (¡ellas mismas siempre son más rápidas!), permanecen sin transparencia una para la otra”[41]. A estos sistemas no transparentes de ego y el alter, se les puede agrupar bajo la denominación de personas, entendido esté término como “aquellos sistemas psíquicos que son observados por otros sistemas psíquicos o sociales”[42]. El problema de la intransparencia de las personas no solamente se relaciona con la pregunta de cómo sea posible el orden social, sino también con el hecho de que la comunicación es un evento extremadamente improbable: no solamente ego puede rechazar las comunicaciones de alter, sino porque también, implica de parte de ego la comprensión del mensaje de alter[43]: “La comunicación es selectividad coordinada. Sólo se genera cuando ego fija su estado con base en una información que se ha comunicado”[44].
 
Las improbabilidades que se presentan en la comunicación son de tres tipos: las referidas a la selección de la información, las referidas a la comunicación y las referidas a la comprensión o acto de entender. La “superación de estas barreras” se da a partir de logros evolutivos[45] que sirven funcionalmente para transformar lo improbable en probable. Los medios son estos logros evolutivos que “sirven funcionalmente para transformar lo improbable en probable”[46]. Para hacer probable que ego entienda lo que pretende alter se ha desarrollado el lenguaje (Sprache), el cual intensifica la comprensión de la comunicación más allá de lo perceptible. Con base en el lenguaje, se han podido desarrollar los medios de difusión (Verbreitungsmedien): la escritura, la imprenta, el teléfono, el telefax, la radio, el cine y la televisión; estos media hacen probable el que la comunicación alcance a sus destinatarios. Por último, para asegurar la probabilidad del éxito de la comunicación, es decir, para que se la acepte y tome en cuenta, se han desarrollado los medios de comunicación simbólicamente generalizados (Symbolisch generalisierte Kommunickationsmedien): la verdad científica, el amor, el  dinero (o propiedad/dinero), el poder (o poder/derecho), el arte (Kunst), y los valores  (Werte). Así, puede afirmarse que “las improbabilidades del proceso comunicacional y la manera como se superan y transforman en posibilidades, regularizan a la vez la construcción de los sistemas sociales”[47] Por ello: “Hay que entender el proceso de la evolución sociocultural como transformación y expansión de las oportunidades para una comunicación exitosa, como consolidación de las expectativas alrededor de las cuales la sociedad construye más tarde sus sistemas sociales”[48].
 
Pero el giro más radical de la teoría de la sociedad de Luhmann es que el sistema social no está constituido por personas: las personas son el entorno del sistema social. Esta revolucionaria y radical concepción es quizá una de los aspectos de más difícil apropiación. La concepción tradicional de los sistemas sociales adscribía al hombre al sistema social, lo hacía parte de él como un engrane es parte de una máquina; pero bajo la óptica de Luhmann, el hombre no aparece como una sustancia asimilable a un sistema, sino como un entorno de enorme complejidad que no puede adscribirse, como unidad, a ningún sistema en particular: El que el hombre es parte del entorno “ha sido entendido como si el ser humano no desempeñara ningún papel en esta teoría, como si se tratara de una magnitud descuidada. Quien llegue a esta conclusión no ha entendido el planeamiento... En esta teoría, el hombre no se pierde como entorno del sistema, sólo cambia la posición jerárquica de la que gozaba en la antigua teoría europea de la sociedad civil. Quien considera seriamente al ser humano como una unidad concreta y empírica, formada física y química, orgánica y psicológicamente, no puede concebir al individuo como parte del sistema social... A la sociología tradicional que como teoría de la acción remite al “sujeto”, habría que reprocharle que, precisamente ella, no toma en serio al ser humano cuando habla de él mediante construcciones nebulosas y sin referencias empíricas”[49].
 
Finalmente, cabe mencionar que, a diferencia del planteamiento teórico de Talcott Parsons, en el que se habla del sistema social en singular, Luhmann propone distinguir tres tipos de sistemas sociales: interacciones, organizaciones y sociedades. Estos sistemas son irreductibles entre sí, aunque todos ellos son sistemas que producen sentido. La interacción (Interaktion) es un sistema social que requiere de la presencia física de los interlocutores de la comunicación para formar límites de interacción y para la selección de lo que se ha de admitir como comunicación. La organización (Organisation) es un sistema social que se constituye con base en reglas de reconocimiento que lo hacen identificable y que le permiten especificar sus estructuras propias. La sociedad (Gesellschaft) es el sistema social que comprende todas las comunicaciones, por ende, fuera de la sociedad, no existe comunicación posible.
 
Un esquema puede servir para resumir los niveles análisis de los sistemas mencionados:
sistemas
máquinas
organismos
sistemas sociales
 
sistemas psíquicos
 
 
interacciones
organizaciones
sociedades
 
2.3. LA DIFERENCIACIÓN DE LA SOCIEDAD
La llamada postmodernidad nos inquieta porque su definición cabal se nos escapa de las manos. Lyotard la concibe desde un punto de vista cognoscitivo: postmoderna es una humanidad para la que ya han dejado de existir grandes relatos, meta-relatos; estos relatos articulaban expectativas sociales bajo principios únicos, por lo que el pluralismo de las sociedades contemporáneas los hace inviables como interpretaciones válidas del mundo, de la salvación o redención del género humano y de la realidad social o natural. Esta es sólo una forma de ver las cosas, una perspectiva. Luhmann explica esta transformación mediante una teoría de la evolución social: se trata del paso de un orden estratificado a una sociedad funcionalmente diferenciada.
 
La teoría de la evolución social de Luhmann identifica cuatro formas fundamentales de organización (diferenciación) social, a las que corresponden sendos períodos históricos: a) las sociedades segmentarias, en las cuales la familia se constituye en la forma a partir de la cual la sociedad es diferenciada (esto corresponde a las sociedades arcaicas, tribales); b) las sociedades citadinas, las cuales se apoyan en formas de diferenciación que se basan en la existencia de desigualdades sociales (en este caso se encuentran los primeros imperios); c) sociedades estratificadas, que nacen porque un estrato superior se cierra y diferencia con respecto a un estrato inferior, por ello, la “identificación de los subsistemas requiere una definición jerárquica de sus entornos en términos de rango o de igualdad/desigualdad”[50] (aquí nos encontramos ya en la Europa del tardo Medioevo y del inicio de la modernidad); d) sociedades funcionalmente diferenciadas, en las cuales se dan subsistemas parciales para las funciones sociales (esta diferenciación se inicia, siguiendo las ideas de Max Weber, sobre todo en los campos de la economía y el derecho que constituye el poder estatal moderno[51]) y que cobra plena forma en el siglo XX.
 
El orden funcional de la sociedad dinamita las jerarquías sociales y relativiza el papel de los subsistemas: ninguno puede reclamar, para sí mismo, la prioridad; ni siquiera el sistema económico: “Una sociedad organizada en subsistemas no dispone de ningún órgano central. Es una sociedad sin vértice ni centro. La sociedad no se representa a sí misma por uno de sus, por así decir, propios subsistemas genuinos”[52]. En este orden social funcional: “La diferenciación de un sistema parcial para cada función significa que para este sistema (y sólo para éste) tal función goza de prioridad ante las demás funciones”[53].
 
La sociedad contemporánea es el primer caso de una sociedad mundial en la que las fronteras geográficas cerradas se desdibujan colapsando en sus cimientos la base teórica de los Estados modernos: el concepto de Estado nacional, el cual sin duda no puede ser sustituido ya por la Nación estado. Además, el viejo concepto de Estado, propio de un orden bidimensional, suponía un esquema de dominación basado en la división gobernantes y súbditos o la dicotomía artificial entre sector público y sector privado, pero las sociedades contemporáneas requieren de un sistema político tridimensional: “En el ámbito del sistema social, el tránsito de una diferenciación estratificada a otra funcional ha provocado modificaciones decisivas. En el sistema político esto corresponde al tránsito de una diferenciación bidimensional a otra tridimensional”[54]. Así, se da paso a “la triple diferenciación de Política, Administración y Público, a las que, en particular en el ámbito de la Administración, pueden incorporarse jerarquías de competencias y mandatos”[55].
 
Podemos hablar también de poderes emergentes en nuestras sociedades contemporáneas. Ante el poder de los gobernantes se confronta el poder de los ciudadanos, desgraciadamente, expresado de forma muy esporádica en las urnas; ante el poder de la economía y la política se opone el poder de los medios, el cual debe aceparse como algo dado: “Tanto el público como la política han de aceptar algo como dado que no se puede alterar: un campo de resonancia para actividades y acontecimientos, que si bien puede influenciar en sus propias acciones, no puede ser nunca controlado del todo por ellos. Lo que elude el control no son tanto los acontecimientos individuales, cuanto el contexto al que la opinión pública se refiere y en el que ésta adquiere su sentido propio”[56].
 
Comienza a surgir también el llamado tercer sector, el cual se caracteriza por evadir la lógica de pago inexorable del sistema económico y la lógica electoral del sistema político para consolidarse como un sector no lucrativo, que articula prácticas sociales e iniciativas solidarias[57].


[1] La excepción es la Universidad Iberoamericana, donde Javier Torres Nafarrate ha realizado una importante labor de difusión y edición del corpus luhmanniano.
[2] Esta presentación se ha reproducido mutatis mutandis, en la revista Metapolítica, No. 8, octubre-diciembre de 1998. 
[3] “Las teorías con pretensión universal son fáciles de reconocer: se presentan a sí mismas como su objeto; si quisieran renunciar a ello, tendrían que renunciar a su universalidad... Las teorías con pretensión de universalidad son teorías autorreferenciales”. Niklas Luhmann. Sistemas sociales. p. 8-9.
[4] Los ciegos no pueden diferenciar color alguno, su visión es apta para la ausencia de color, pero no para la presencia de él. Por ello, aprenden a distinguir los colores por analogía: al palpar la textura de algo, pueden percibir su calor y la cohesión de sus moléculas.
[5] En la terminología de George Spencer Brown: distinction, indication, crossing. La distinción marked/unmarked como forma de observación es una construcción propia de la semántica lingüística.
[6] ... el objeto primero de la teoría de sistemas no es un objeto (o un tipo de objeto), sino la diferencia entre sistema y entorno. Niklas Luhmann. Sistemas sociales. p. 92.
[7] “La autopoiesis no nos dice que el sistema exista por sí mismo, por sus propias fuerzas y sin ninguna aportación del entorno. Más bien lo que se dice es que la unidad del sistema y, con ella, todos los elementos que conforman el sistema son producidos por el sistema mismo”. Niklas Luhmann. La ciencia de la sociedad. p. 27
[8] “... el concepto de autopoiesis de Humberto Maturana significa un elemento nuevo. Los sistemas autopoiéticos son los que producen por sí mismos no sólo sus estructuras, sino también los elementos de que están compuestos, precisamente en la trama de estos elementos”, Niklas Luhmann, Raffaele De Georgi. Teoría de la sociedad. p. 39.
[9] La reproducción consiste en la continuidad de las operaciones del sistema, lo que a la vez reproduce la diferencia entre sistema y entorno.
[10] Jürgen Habermas interpreta el planteamiento luhmanniano de manera fundamentalmente material: “En nuestro contexto es mucho más importante una segunda dificultad, que es asimismo una dificultad de principio y que no puede hacerse derivar de la variabilidad estructural comparativamente alta de las sociedades frente a los organismos”... “Al no percatarse del fracaso de su tentativa de generalizar las categorías cibernéticas hasta el punto de que puedan servir también de soporte a una teoría sistémica de la sociedad, Luhmann incurre, a mi juicio, al definir la reducción de complejidad mediada por el sentido, en un error categorial preñado de consecuencias”. “Discusión con Niklas Luhmann (1971): ¿Teoría sistémica de la sociedad o teoría crítica de la sociedad?” En La lógica de las ciencias sociales.  p. 315, 319.
[11] “... no manejamos el argumento de que, puesto que existen reproducción autopoiética, “cerradura operativa”, evolución, etcétera, en el nivel de las células vivas, dichas estructuras deben existir en los sistemas sociales. Preferimos formular la siguiente pregunta: ¿la existencia de este estado de cosas se pude demostrar en los sistemas sociales, es decir, que se trata de estructuras generales que se pueden realizar tanto dentro del orden vital como del social? Luhmann. Sistemas sociales. p. 14.
[12] “No hay input ni output de elementos en el sistema o desde el sistema: esto es lo que se entiende con el concepto de autopoiesis. El sistema es autónomo no únicamente en el plano estructural, sino también en el plano operativo. Niklas Luhmann, Raffaele De Georgi. Op. cit. p. 40.
[13] “Inclusive el contexto operacional de la conciencia y la comunicación no es sino un acoplamiento que varía a cada momento, un acoplamiento que renueva una y otra vez, al término de cada evento particular, la libertad de los sistemas para llevar a cabo movimientos propios. Maturana... llama a esto acoplamiento estructural... El acoplamiento no conduce a una utilización común de los elementos por parte de los distintos sistemas, no conduce a un “sharing of elements by different organisations”, esto es, a un hecho que Gotthard Günther llamaría intersección. Niklas Luhmann. La ciencia de la sociedad. p. 28, nota 34.
[14] Niklas Luhmann. Sistemas sociales. p. 40.
[15] “Con clausura no se entiende aislamiento termodinámico, sino solamente cerradura operacional, es decir, que las operaciones propias del sistema se vuelven recursivamente posibles por los resultados de las operaciones propias del sistema”. Niklas Luhmann, Raffaele de Georgi. Op. cit., p. 50.
[16] “Con este concepto naturalmente no hay referencia a lo que pudiera ser entendido como aislamiento causal, como falta de contacto o como una especie de segregación del sistema”. Ibid., p. 40 
[17] Ibid., p. 49.
[18] Niklas Luhmann. La ciencia de la sociedad. p. 32.
[19] Respecto al método funcional, Cf. los ensayos contenidos en: Niklas Luhmann. Ilustración sociológica.
[20] “Lo revolucionario de este entendimiento... estriba en que los sistemas ya no serán  entendidos como objetos, sino fundamentalmente como operaciones. Hay pues en ello una intelección radical operativa de los sistemas como condición para captar su unidad”. Javier Torres Nafarrete. “Prefacio a la primera edición”. En Sistemas sociales. p. 19.
[21] Niklas Luhmann. Sistemas sociales. p. 45.
[22] Ibid., p. 44.
[23] Ibid., p. 54.
[24] Giancarlo Corsi, Elena Esposito y Claudio Baraldi, GLU: Glosario sobre la teoría social de Niklas Luhmann. p. 150.
[25] Niklas Luhmann. Sistemas sociales. p. 41.
[26] Ibid., p. 14.
[27] Niklas Luhmann. “El conocimiento como construcción”. En Metapolítica. No. 2, 1997, p. 170.
[28] Ibid., p. 44.
[29] Ibid., p. 9.
[30] Ibid., p. 55.
[31] Niklas Luhmann, Raffaele De Georgi. Teoría de la sociedad. Op. cit., p. 45.
[32] Ibid., p. 45.
[33] Niklas Luhmann. Sistemas sociales, Loc. cit., p. 83.
[34] Ibid., p. 143.
[35] Ibid., p. 83.
[36] Las expectativas (Erwartungen) tienen como función orientar de modo relativamente estable la comunicación y el pensamiento de cara a la complejidad y la contingencia del mundo. En este sentido, las expectativas se forman a partir de la selección de un repertorio limitado de posibilidades a las cuales se puede orientar un sistema: las expectativas se forman mediante la selección intermedia de un repertorio más estrecho de posibilidades respecto de una mejor y más rápida orientación”. Ibid., p. 107.
[37] Ibid., p. 143.
[38] Ibid., p. 144.
[39] Giancarlo Corsi, Elena Esposito, Claudio Baraldi. GLU. Op. cit., p. 40.
[40] Ibid. p. 42.
[41] Niklas Luhmann. Sistemas sociales. Op. cit., p. 118.
[42] Ibid., p. 117.
[43] “Si se entiende la comunicación como síntesis de tres selecciones, como unidad de información, acto de comunicar y acto de entender, entonces la comunicación se realiza cuando y hasta donde se genera la comprensión” Ibid., p. 148.
[44] Ibid., p. 153.
[45] En Luhmann, la teoría de la evolución (Evolution) describe y explica el hecho de que un sistema, estructuralmente determinado, pueda cambiar sus estructuras mediante sus propias operaciones.
[46] Ibid., p. 158.
[47] Ibid., p. 157.
[48] Ibid., p. 157.
[49] Ibid., p.  15.
[50] Niklas Luhmann. Teoría de los sistemas sociales. p. 77.
[51] “Max Weber entiende la modernización de la sociedad como el proceso por el que emergen la empresa capitalista y el Estado moderno. Ambos se complementan en sus funciones estabilizándose mutuamente... El medio organizativo, así de la economía capitalista y del Estado moderno como de sus relaciones mutuas, lo constituye el derecho formal...” Jürgen Habermas. Teoría de la acción comunicativa: I. p. 214, 216. Para una perspectiva de la modernización desde el ámbito de las organizaciones Cf. Niklas Luhmann. Organización y decisión. p. 56.
[52] Niklas Luhmann. Teoría política en el Estado de bienestar. p. 43.
[53] Niklas Luhmann y Raffaele de Georgi. Op. cit., p. 340.
[54] Ibid., p. 62.
[55] Idem.
[56] Ibid., p. 78.
[57] Un ejemplo de este tipo de grupos de acción política es la organización Mothers Against Drunk Driving (MADD), la cual “comenzó como un grupo de mujeres que había experimentado la pérdida de un ser querido o su grave lesión por culpa de un conductor borracho”. Fernando Flores, Charles Siponoza y Hubert L. Dreyfus. Abrir nuevos mundos. p. 166. MADD  “fue capaz de convencer a miembros de muchos grupos para que asumieran distintas prácticas de responsabilidad plena, contando con una fuerza social dada vez mayor”. Ibid., p. 172. De esta forma, lo que MADD logró fue cambiar prácticas sociales mediante la apropiación cruzada, un modo de hacer historia en la vida cotidiana (los autores entienden el hacer historia como una forma de cambiar “el modo en que nos entendemos a nosotros mismos y nuestro vínculo con las cosas”. Ibid., p. 25). La apropiación cruzada “ocurre cuando personas de un ámbito determinado generan una práctica y la entregan a personas de otro mundo, que pueden recibirla y utilizarla sin haberla generado por sí misma”. Ibid., p. 171.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario