sábado, 1 de abril de 2017

Cuento: La salamandra del diablo

Por Javier Brown César


Comunico el descubrimiento de una nueva especie a la que he denominado la salamandra del diablo, un extraño engendro que sería inexplicable si no recurriéramos a la ficción de fusionar serpiente, dragón y salamandra. Se trata de un ser exótico en su complexión, parecido a una salamandra, con piel azul brillante y motas rojas de un fulgor seductor; no obstante, carece de extremidades, de una cabeza prominente y de la lengua viperina de las serpientes. Los ojos, incrustados en la parte superior de este ser inconcebible, que en su dorso presenta alas incipientes, son dos diabólicas pupilas fijas contenidas por globos oculares, blancos como la fusión de todos los colores, que rodean esos impenetrables abismos ausentes de color, en los que se pierde uno en una insondable oscuridad. Este ser, de diez centímetros de diámetro y treinta de longitud vive en el agua, y en ella se regodea y retuerce, con movimientos ondulatorios que recuerdan a esos seres bífidos y traicioneros que en un instante inyectan su veneno mortífero. Sumergida por completo en el elemental líquido, no saca su cabeza para respirar, pero se mantiene atenta a lo que pasa en torno suyo, desplegando su cuerpo en espirales que muestran su brillante cuerpo azul y los destellos rojizos que hipnotizan al observador incauto, invitándolo a destapar el contenedor; quien obedece este mandato del averno escucha un grito devastador que aturde y ensordece, hasta que se tapa de nuevo el envase. En resumen, se trata de un ser extremadamente peligroso y profundamente seductor, que no sabemos qué pueda hacer si logra escaparse de su encierro: todo parece indicar que es capaz de inyectar su poder demoniaco en todo lo que lo rodea. En estos momentos no estoy seguro de no haber sido poseído por una fuerza que parece emanar del mismísimo diablo a través de esta insólita criatura.

 

Marzo 27 a 1 de abril de 2017

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