Por Javier Brown César
No amigo, el negocio de los
bancos es como el de los casinos, la casa nunca pierde. Trabajé 30 años en un
banco. La vida en ese trabajo es la de un esclavo, comienza muy temprano en la
mañana y termina después del cierre. Hay días en que las filas son
interminables y días en los que no sabe uno qué hacer para no aburrirse porque
la gente nada más no llega. Pero no puedes ver la televisión o jugar en la
computadora porque tu terminal está destinada sólo a los servicios financieros
y la televisión pasa interminables anuncios que enaltecen las bondades del
banco. Se puede hablar con el compañero de al lado, pero después de algunos
meses de pláticas interminables conocemos los milagros, gracias y obras de
todos en la oficina y después sólo nos queda hablar de las noticias, de los
chismes, romances, aventuras y dislates de los colegas. Si tienes suerte y
puedes estudiar asciendes, en caso contrario te quedas ahí, porque además el
banco te encadena con los préstamos para casa y automóvil, a tasas preferentes
ciertamente, pero con el magro salario que te pagan terminas liquidando el
capital después de décadas de horripilante trabajo.
Todos los días tienes que
enfrentarte a la tortura de los arqueos de caja y si las cuentas no te cuadran
estás frito. Todos los días ves circular una cantidad impresionante de
personas, toda una geografía humana de la ciudad, en la que puedes descubrir tanto
la desesperanza del pobre que cobra un cheque por cantidades miserables, como la
arrogancia del rico que llega rodeado de sus secuaces y que te exige y demanda
el mejor servicio y la mejor de las sonrisas, aunque tu hijo esté en el
hospital gravemente enfermo o aunque tu padre haya muerto el día anterior. Tienes
que procesar la diaria inconformidad de una pléyade de clientes que, con justa
razón, se queja de un servicio ineficiente por el que además se pagan altas comisiones.
Como te decía, el banco nunca
pierde. Si crees que depositando todos tus ahorros en una cuenta obtendrás los
altos rendimientos que te anuncian, estás equivocado, porque al final del año
tendrás menos dinero del que invertiste; la inflación se habrá devorado una
parte de tus ahorros. ¿Y qué crees que hace el banco con tu dinero? Se lo
presta a otros a tasas altas de tal forma que lo único que hace es intermediar
entre la riqueza de algunos y las aspiraciones y las necesidades de otros. El
banco gana si compras divisas, porque las paga a un precio más bajo del que las
vende; también gana con cada transacción en la que se cobran comisiones; gana
con los seguros, porque el riesgo está calculado y la prima es siempre
proporcional al riesgo, por lo que si alguna vez te roban, habrás pagado más
por el seguro que lo que el banco te da a cambio del bien robado. Y al final,
después de tanto perder con los bancos, si éstos llegan a quebrar siempre hay
un gobierno o un banco central que los rescate de la quiebra. Pero si tú
quiebras no habrá nadie que te ayude. Así de crueles son los bancos, son
maquinarias impersonales, egoístas, movidas por la usura y al servicio de la
mercantilización generalizada de la vida.
Y aquí me tienes, después de 30
años, deseando no saber nada del mundo, habiendo visto que mis mejores años
pasaron sin que apenas me diera cuenta. Encerrado ahora en esta pequeña oficina
trato de vivir como siempre he querido, pero las fuerzas me abandonan y las
ideas no llegan a mi mente. Es una desgracia que la vida transcurra así y que
vea que lo que me queda de vida no será suficiente para disfrutar del dinero,
que con tanto trabajo ahorré y de la casa que tanto sudor compré. Porque ¿sabes
una cosa querido amigo? Ayer me dijeron que tenía cáncer y que no viviré más de
un año.
Julio 3 de 2015
Fuerza Javier! Estoy estudiando algunas cosas sobre el dinero y terminé buscando "El banco nunca pierde" que es a lo que estoy llegando. Muchas Gracias por el post, espero que estés bien. Un abrazo.
ResponderBorrarAl final, después de muchos desvelos y de haber sido víctima de los bancos, se da uno cuenta de a quién realmente sirven. Saludos
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