Por Javier Brown César
Un día llegó al orfanato una
botarga, o por lo menos eso creyeron en su momento las monjas que vieron el
pequeño cesto de mimbre. Pensaron que era una broma hasta que la botarga
bostezó. Le pusieron Johnny, nadie sabe en honor o en recuerdo de quién y desde
pequeño todos lo conocieron como Johnny Botarga.
Todos tenemos una misión en la
vida, que tarde o temprano se revela a las inteligencias más lúcidas, y que en
el caso de la mayor parte de la humanidad puede llegar a no ser descubierta
jamás. Un hombre sabio me dijo un día: tu misión en la vida es aquello en lo
que eres mejor que todos los demás, descubre esa habilidad o talento que te
hace único y explótala al máximo, porque ahí está el sentido de tu existencia.
Es una lástima que muchas personas, por vivir en la miseria y en la opresión no
puedan desarrollar al máximo sus potencialidades; otras encuentran ese talento,
pero por desidia, estupidez o mediocridad no lo desarrollan.
Johnny fue el tipo de persona
capaz de desplegar al máximo su misión: era una botarga. A donde fuera hacía lo
mejor que podía hacer, que era representarse a sí mismo. Él era su mejor
personaje, su obra maestra. Hay que alabar la congruencia de su vida, siempre
fue una persona confiable hasta las últimas consecuencias.
Un buen día, Johnny se quiso
deshacer de sí mismo para encontrar su verdadera identidad. Ese día se dio
cuenta, muy tarde, de que no podía dejar de ser botarga. Vagó por las calles
sin que nadie le hiciera caso. Había perdido la gracia que tenía para todos
quienes se quedaban pasmados en las plazas y jardines ante su impactante
presencia y que luego comentaban entre sí la experiencia de haber visto a la
más extraordinaria botarga de todas. Parecía tan real, que no era posible
pensar que debajo hubiera un ser humano, se solía comentar.
Pero ahora Johnny vaga sin sentido
ni identidad, es uno más de esa masa anónima e impersonal que se encuentra
todos los días en las calles y que no tendrá ningún efecto ni consecuencia en
nuestras vidas. Si alguien, en algún momento, encuentra a Johnny ya no lo sabrá
reconocer. Esa es la tragedia de quien una vez fue gloria para muchos y ahora
es nada para nadie.
Descanse en paz, Johnny Botarga.
Julio 20 de 2015
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