martes, 3 de mayo de 2016

13 comentarios a Wittgenstein


Comentarios a las Observaciones Filosóficas de Wittgenstein

La corriente de la vida, o la corriente del mundo, fluye y nuestras proposiciones son verificadas en determinados instantes. Luego son conmensurables con el presente”. No. 70

1. Wittgenstein afirmó que el concepto de comprensión es un concepto fluido. Esto ubica al lenguaje en la historia. ¿Qué sucede con una proposición que no puede ser verificada en el instante actual? Parece que el sentido de toda proposición es que pueda ser verificada en cualquier instante, aunque sólo sea por parte del quien la pronunció y en el instante que éste la pronuncia. ¿Pero no será acaso reivindicar al lenguaje privado? Parece por el contrario, que la idea de Wittgenstein se refiere más a una verificación colectiva en un momento dado.

Un modo equívoco de representación en nuestro lenguaje es el uso de la palabra “yo”, sobre todo cuando se le usa en la representación de la vivencia inmediata. ¿Cómo sería el que una vivencia así fuera representada sin usar el pronombre personal?” No. 78

2. La vivencia inmediata es siempre mía: mi experiencia, mi dolor, mi placer. La cuestión de fondo parecer ser lo que la palabra “yo” exprese, sea una unidad trascendental de fenómenos, sea la permanencia de un conjunto de estados de conciencia. Cuando digo “yo”, ¿a qué me refiero? 

La generalidad de una aseveración matemática es diferente de la generalidad de la proposición probada. Una proposición matemática es una alusión a una prueba. Una generalización sólo tiene sentido si ella -i. e. todos los valores de sus variables- está completamente determinada”. No. 133.

3. ¿No podrá de aquí deducirse acaso la imposibilidad de aplicar el modelo matemático puro a las generalizaciones relativas a nuestra experiencia o a las generalizaciones científicas? ¿No acaso puede haber generalizaciones no expresables matemáticamente? Ello parece conectarse con los problemas por los que atraviesa la física actual respecto a las partículas subatómicas y a la necesidad de hacer uso de la estadística en lugar de la matemática pura para acercarse a estas realidades. Con ello se critican las ideas de Russell y su formalismo.

“Un sistema es una serie de formas y es precisamente en las reglas de la serie que se describen las iteraciones que de manera sucesiva generan a sus miembros”. XIII

4. Así por ejemplo, el sistema político, el cual consta fundamentalmente de dos series de formas: unas de carácter normativo (las leyes) y otras transmitidas generacionalmente por la sociedad (usos y costumbres, tradiciones, estereotipos, prejuicios, etc.) Las formas normativas establecen un límite a las formas de interacción social. Ambas formas tienen sus reglas propias, pero las reglas de las formas de interacción social no deben contradecir a las reglas de las leyes. Quizá la diferencia entre la organización social conocida como Estado y las formas de organización social anteriores (no necesariamente en el tiempo, sino en cuanto a perfección) sea la relativa presencia o relativa ausencia de leyes que limiten las formas de interacción social. Puede también considerarse que ambas formas se oponen, a partir de la diferenciación que se ha establecido entre lo público y lo privado (como dos esferas).

Comentarios a la Gramática Filosófica de Wittgenstein

“Una oración es un código: ¿En qué momento de la traducción comienza la comprensión?

Las palabras de una oración son arbitrarias; las sustituyo, pues, por letras. Pero ahora no puedo pensar inmediatamente el sentido de la oración en la nueva expresión” Número 81

5. Todo lenguaje formalizado tiene el carácter de la mediatez. La formalización, como tal, se mueve en un plano de abstracción donde se pierde el contacto inmediato con la realidad. Entre más se formaliza un sistema más abstracto deviene, y por ende, resulta más mediatizado y mediatizador, y más nos aleja de la realidad sensible. Un lenguaje o un sistema formalizados son entonces abstractos (las matemáticas, la lógica simbólica).

“¿Cuál es el criterio para determinar que una expresión quiere decir eso? Una cuestión acerca de la relación entre dos expresiones lingüísticas. A veces una traducción a otro modo de representación”. Número 83

6. La función de las definiciones verbales es sustituir una expresión desconocida por otra expresión conocida. Acudir a un diccionario se convierte en muchas ocasiones en una labor de búsqueda de expresiones sustitutas o sucedáneas. La traducción a otro modo de interpretación es plena (completa y correcta) si el sentido original de la expresión se mantiene en el nuevo contexto, o sea, si su referencia al mundo real no se pierde. En muchas ocasiones traducir una expresión a otro modo de representación se realiza sustituyendo una expresión por otra considerada como equivalente, aunque los códigos de ambas puedan parecer tan diferentes: lo importante es que signifiquen o se refieran a un mismo hecho de experiencia o a una misma cosa. 

“¿No hay acaso un hueco entre orden y ejecución? “Lo comprendo, pero sólo porque agrego algo, a saber, la interpretación” -pero si dijera; “Toda oración requiere una interpretación”, eso significaría: ninguna oración puede ser comprendida sin algo adicional”. No. 87

7. La conclusión parece ser válida, o sea, una oración no puede ser comprendida por sí misma. Las oraciones sólo tienen sentido en una situación histórica que marque su contexto y a partir de la existencia de un intérprete. Si el caso es el de una orden, lo primero es comprender aquello a lo que la orden se refiere, después interpretar el sentido de la orden y finalmente ejecutar lo establecido en la orden. Véase también el número 313: “No importa cuántos pasos intermedios intercale yo entre el pensamiento y su aplicación, a un paso intermedio sigue siempre, de manera inmediata, el siguiente, del mismo modo que la aplicación sigue al último paso intermedio. No podemos atravesar el puente hacia la ejecución (de una orden) antes de estar allí”.

“En un lenguaje que nos es familiar experimentamos las diversas clases de palabras de manera completamente distinta. La uniformidad de las palabras nos es clara sólo en un idioma extraño”. No. 109

8. En nuestro lenguaje las diversas clases de palabras tienen diferentes usos. Parece ser entonces el uso el que hace la diversidad, de tal manera que en un idioma extraño, al no estar familiarizados con este uso particular de las palabras, llegamos a la conclusión de la indiferencia de una palabra respecto a otra, simplemente por semejanza externa (visual, auditiva, etc.). Así, por ejemplo, en el idioma chino existen términos cuyo significado varía de acuerdo a su uso, pero cuya escritura y pronunciación es totalmente igual, su diferente significado sólo puede descubrirse a partir de un contexto en donde el uso interviene de manera decisiva.

“¿Es el significado realmente sólo el uso de la palabra? ¿No es la manera en la cual este uso interviene en la vida?” No. 123

9. Aquí puede apreciarse la influencia que el pragmatismo ha tenido en el segundo Wittgenstein. El significado está determinado por una cuestión de índole meramente práctica. Entonces el nombre es totalmente arbitrario y puede ser sustituido por otro (“¿Si me decidiera usar una nueva palabra en lugar de “rojo”, ¿cómo se mostraría que esa palabra ha tomado el lugar de “rojo”? No. 111), ¿cómo saber que una palabra sustituye a otra para designar el mismo objeto? Por medio de la manera como su uso interviene en nuestra vida. Consecuencia: nominalismo.

“¿No son nuestras oraciones parte de un mecanismo? Como en una pianola. Pero, ¿qué tal si ésta se encuentra descompuesta? Entonces, no es el efecto, sino el propósito, lo que constituye el sentido de los signos (las perforaciones en el rollo de la pianola) Su propósito dentro del mecanismo”.

10. Aquí está la teoría instrumentalista del lenguaje. Pero si el propósito constituye el sentido de los signos y no su efecto, entonces ¿es posible tener un propósito al emitir una orden y que su efecto sea exactamente contrario al propósito que se buscaba al emitirla? Claro que sí. Además ¿qué sucedería si el mecanismo estuviera siempre descompuesto?: entonces produciría siempre otros efectos diferentes a los originales y sería en absoluto desconocido en su sentido original. ¿Podría haber un sistema político, por ejemplo, en el que los gobernantes tuvieran un propósito con sus comunicados, pero que un descompuesto mecanismo de opinión pública los transmitiera de tal manera que produjeran efectos contrarios a los que se buscaban?

“Se llama comprensión a un estado mental y se caracteriza como un proceso hipotético”. No. 157

11. ¿Cómo interpretar este estado hipotético? Supongamos, yo recibo una instrucción, pienso comprenderla y entonces actúo en concordancia con ella, la hipótesis entonces se demuestra en el momento de actuar. La comprensión es un proceso hipotético, porque sólo deja de ser hipótesis cuando tiene efectos reales para la acción. De tal manera, comprensión sin acción parece ser algo absurdo. Entonces, toda experiencia genuina de comprensión debe llevarme a la acción; sólo entonces las hipótesis enunciadas en la comprensión se demuestran o no, por sus consecuencias prácticas. ¿Pero qué pasa cuando la comprensión no conduce de manera inmediata a la acción?

“Ningún signo nos lleva más allá de sí mismo”. No. 221

12. Si esto es así, entonces todo nuestro sistema de signos sólo se remite a sí mismo. Con ello se cierra el signo a la trascendencia y al mundo real. Resultado: el sistema de signos sólo vale por su uso, pero no existe un sentido que remita a la realidad, ni a algo que esté más allá de esta realidad. Pero si el signo lleva implícito un más allá, entonces su riqueza no está sólo en su uso sino en un sentido más profundo. Entonces la metafísica es posible, porque el signo está abierto a algo diferente. Entonces, el signo remite algo que hay que buscar, porque se encuentra fuera del sistema de los signos. El signo del pan en la comunión no remite acaso a algo diferente que a sí mismo, entonces ¿no se cierra también Wittgenstein a toda teología? Se podría pensar que esta es una frase aislada, pero entonces ¿cómo explicar el que se repita, casi textualmente en las Observaciones filosóficas (XII p. 155): “Reflexionamos demasiado poco en que el signo realmente no puede significar más de lo que es”.

“La tarea de la filosofía no es la creación de un lenguaje ideal, sino aclarar el uso del lenguaje existente”. No. 223

13. Este es el fin terapéutico de la filosofía, según Wittgenstein, pero si aclaramos el uso del lenguaje existente, entonces ¿no cerramos con ello el lenguaje a la analogía? Pero además este aclarar su uso ¿no se convertirá acaso en una labor imposible?, ya que para aclarar el uso del lenguaje lo tengo que hacer remitiéndome a los casos en que éste se usa, pero ¿no tienden estos casos a ser ilimitados? O ¿acaso se refiere la aclaración del uso a un promedio, a una norma? Entonces, la aclaración del uso puede cerrarse a la analogía del lenguaje, ya que el signo queda encuadrado dentro de un uso particular, específico y por ende, cerrado (esquemático). ¿Acaso las palabras no significan algo más allá que su mero uso? Habría que ir más allá del concepto utilitario del lenguaje. ¿Qué pasa entonces con la poesía? Pero además, ¿qué pasa cuando el lenguaje se usa para disfrazar la realidad? ¿No acaso entonces aclarar el uso es poner en evidencia su uso falaz, mediante la comparación de lo que es falso con lo que es verdadero? Aún más, la verdad no consiste en la claridad, aunque la claridad es una nota de ciertas verdades. Aclarar entonces no necesariamente nos pone en contacto con la verdad, pudiendo sólo ser un preámbulo para prepararnos para la recepción de la verdad: v. gr. fui injusto en algún momento dado, aclaro entonces mis pensamientos y me doy cuenta de la injusticia, sólo entonces estoy preparado para confesar mi injusticia y arrepentirme (sólo después de esta confesión y de este arrepentimiento estoy listo para conocer o recibir en mi la verdad -la palabra de Dios, la comunión-).

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