Laurentina
Por Javier Brown César
Nada comparable
a ver la belleza de tu rostro
a la sonrisa espontánea que se asoma
al grito de alegría que contagia
a la blancura de tus dientes radiantes
al resplandor de tu alma inmadura
a la sorpresa repentina que se avizora
en tu cálida risa inmaculada
Nada igualable
a contemplar tu alma impoluta
a la risa de un ser que asombra
al silencio de tus juegos de niña
a la candidez de tus alegres días
al fulgor de tu cándida vida
a la espontaneidad que asombra
en cada paso de mi amada niña
Octubre 19 de 2013
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