CLXIV
Por Javier Brown César
Férreas nubes y negros horizontes
detrás de la amalgama de las horas
contemplan imponentes las miserias
el paso de los hombres y sus sombras
Desplegando sus brazos por el cielo
abrazan todo y a la vez no abrazan nada
dejando todo oscuro y todo negro
como el día en que todo comenzara
Puede más el viento del otoño
que trae el olvido y la ausencia
que la garra inclemente de la guerra
que no borra la huella de la tierra
Perdura el nombre y perdura la mirada
la mano odiando y el cuerpo siempre en pena
pero pronto, muy pronto hará que muera
el nombre y la mirada prisionera
el viento otoñal que todo acaba
28 de noviembre de 1992
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