martes, 5 de septiembre de 2017

Cuento: Amputación


Te acostumbras a vivir con el cuerpo que tienes, entero si eres afortunado, sin miembros faltantes ni facultades mermadas; así vives, hasta que un buen día, un accidente fortuito y absurdo te deja sin una parte de él. Entonces te das cuenta de que algo falta, en mi caso fue una pierna amputada desde la parte superior del muslo, dejando 10 centímetros de lo que antes era casi un metro. ¿Te pueden imaginar?: la masa de carne, músculos, venas, arterias y huesos perdidos, kilos de vida que se pierden en segundos. Vi la parte faltante entre sueños, tendida en un lugar distante, llamando al resto del cuerpo, vida que muere por falta de conexiones. Y entonces te das cuenta de todo lo que perdiste, porque sientes el desbalance, la falta de apoyo, y en el extremo, todavía crees que estás entero y te tratas de parar, pero caes. Te das cuenta de que esto puede tardar días meses o años. Si pierdes un brazo o los dos, dejas de atrapar y manipular al mundo, pero si pierdes una pierna o las dos, ya no tienes capacidad de moverte por el mundo, te ves recluido a un espacio reducido, en el que te puedes desplazar, si careces de instrumentos para movilizarte, como sillas de rueda o muletas. Al perder un brazo pierdes la capacidad para balancearte y en poco tiempo caminas normalmente, inclinando el cuerpo hacia donde falta el peso, sólo para compensar, pero si pierdes una pierna no puedes hacer nada más que depender de un apéndice artificial para desplazarte, y en las noches sientes el desbalance de un miembro mayor, tus vueltas en la cama ya no son iguales, falta demasiado para descansar con tranquilidad; y los sueños te recuerdan aquellos destellos de estupidez que configuraron tu vida para siempre, que te llevaron al accidente irreversible, a la pérdida de tu extremidad. Si quieres ir al baño de noche, tienes que pensarlo varias veces, porque si es difícil en medio de los sueños ordenar que el cuerpo se levante, cuanto más lo es si le falta algo esencial. Te desplazas por la vida con un pedazo de materia que no es tu cuerpo y nunca lo será, tratas de no ser diferente, pero lo eres y todos se dan cuenta y algunos se compadecen y odias a todos y quieres que alguien pague por lo que te hicieron. Y lleno de odio te retiras, otra vez a la larga noche de tu incompleta humanidad.

 

Junio 23 de 2017

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